jueves, 7 de febrero de 2008

Trabajadores del Parlamento rechazan sistema de salud


HOY EL PODER LEGISLATIVO LES PAGA TODA SU ATENCIÓN MÉDICA PERO AL INGRESAR AL FONASA PERDERÁN MUCHOS BENEFICIOS

Aducen que tendrán una pérdida salarial, pero el oficialismo dará marcha atrás

Los trabajadores del Palacio Legislativo cuentan con beneficios que son la envidia de cualquier empleado público y privado del Uruguay. El ingreso al Fondo Nacional de Salud (Fonasa) a partir del 1º de marzo próximo para todos los funcionarios del Parlamento, así como para los propios legisladores, desatará en las próximas semanas un conflicto laboral.
Hoy en día el Legislativo le paga a sus funcionarios, luego de presentar las boletas correspondientes, el 100% de sus gastos en salud, el 100% de las cuotas de sus padres y el 100% de los gastos de salud de sus hijos.

Además si son casados también sus cónyuges tienen la cuota paga y si tienen hijos, el 100% de los gastos en salud de éstos también son pagos por el Poder Legislativo.

El problema es que al ingresar al Fonasa a partir de marzo próximo, esos beneficios los van a perder casi todos. Aprovechando las ventajas que les da el Parlamento, la gran mayoría de sus trabajadores y los que se benefician por su labor, son socios de algunos de los ocho seguros privados o de lo contrario tienen en las mutualistas un servicio vip.

Al ingresar al Fonasa los trabajadores podrán seguir en los seguros o con sus servicios premium si quieren, pero ya no tendrán el 100% de su cuota paga.

Así como el resto de los trabajadores del país, tendrán la cobertura de salud propia y de sus hijos paga si quieren ir a una mutualista o atenderse en los hospitales públicos.

De lo contrario, si quieren seguir en los seguros privados deberán pagar la diferencia entre lo que vale la cuota salud que el Fonasa vuelca al prestador de salud (que varía según el sexo y la edad de la persona) y lo que cuesta el seguro. Además, con el ingreso al nuevo sistema de salud también perderán los beneficios sobre el resto de los familiares.


Conflicto. De aquí a marzo la comisión administradora del Legislativo negociará con los gremios de trabajadores la forma en que se dará esa incorporación y los trabajadores pedirán mantener algunos de los beneficios. Los funcionarios no quieren entrar en el Fonasa y ya lo manifestaron durante la discusión de la ley.

El dirigente de la Asociación de Funcionarios de la Cámara de Representantes (Afucar), Gerardo Ximeno, dijo en la Comisión de Salud en noviembre pasado que con el cambio en el sistema de salud los trabajadores se verán perjudicados.

“El cambio propuesto tiene implícita una rebaja salarial, en virtud de que actualmente no pagamos ningún costo periférico de las prestaciones y en el nuevo sistema tendríamos que abonar por todos los servicios”, agregó.

Sostuvo que los ex funcionarios y cónyuges tienen actualmente la misma cobertura que los funcionarios activos. “En el régimen propuesto estos no gozarán de beneficio alguno. Esta situación creemos que es sumamente injusta e innecesaria”, dijo Ximeno.

Más allá de éstas argumentaciones, la bancada del Frente Amplio está dispuesta a ir adelante en el tema y votará en las primeras sesiones del año todas las normas internas reglamentarias que correspondan para hacer efectivo el ingreso al Fonasa, dijeron fuentes políticas.

Algunos legisladores oficialistas incluso son proclives a no negociar nada con los trabajadores y que ingresen al sistema perdiendo los beneficios con los que cuentan.

Ahorro. Si el ingreso al Fonasa de todos los trabajadores del Palacio Legislativo se hace como el del resto de los trabajadores y no negocian nada a cambio de los beneficios que perderán, sólo la Cámara de Senadores ahorrará $ 12,5 millones.

En la actualidad, la cámara alta gasta cerca de $ 25 millones anuales en gastos de salud.

Con el ingreso al Fonasa, la cámara alta deberá pagar un aporte patronal del 5% de los $ 248 millones anuales que paga en salarios, lo que implica aproximadamente unos $ 12,5 millones.

Para el FA, los funcionarios fueron “metidos a dedo”

En el oficialismo quieren terminar con los privilegios de los trabajadores del Legislativo, que consideran fueron “metidos a dedo” por blancos y colorados.
Sobre fines del año pasado, en un desayuno de trabajo de ACDE, el vicepresidente Rodolfo Nin Novoa dijo que los funcionarios del Parlamento accedieron al trabajo por ser amigos de políticos. “Pregunten por el apellido de los empleados. Verán que son todos sobrinos ‘de´ o parientes de senadores, diputados y ministros”, agregó. En ese discurso Nin Novoa criticó también la existencia de una guardería para los empleados del Palacio Legislativo (ver claves). “Tiene maestras en exceso, puestas amigablemente, digamos; además tiene salarios muy altos y muy buenos”, aseguró.

El jerarca informó que se ha reunido con las asociaciones de empleados pero sin éxito alguno.

Fuente: El Observador, 7 de febrero

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