lunes, 18 de febrero de 2008

Gastos al alza, recaudación topeada


Resultado| Al cabo del último año el Sector Público registró un déficit equivalente al 0,34% del PIB; la carga de intereses bajó al 3,8%

La participación de los ingresos de la DGI en el PIB se ha estabilizado, lo que señala que la economía se ha normalizado luego de la recesión

El resultado financiero del Sector Público al cabo del año recientemente finalizado fue levemente deficitario por el equivalente al 0,34% del PIB. No obstante, llama la atención el comportamiento del último mes, ya que en los doce meses móviles finalizados en noviembre, el Sector Público era superavitario en 1,05% del producto; se deterioró 1,4 puntos en un solo mes.

Si bien el objetivo de esta nota es analizar y evaluar el desempeño de las finanzas públicas en el último año, previamente nos detendremos a comentar lo que pasó en el último mes.

DICIEMBRE. En primer lugar cabe señalar que el resultado que mostraban las cuentas hasta noviembre era engañoso, y así lo señalaba el MEF en cada comunicado que acompañaba la divulgación de las cifras a fin de cada mes.

En efecto, todo el deterioro de diciembre se explica por el aumento de los gastos, y dentro de estos dos son los que sobresalen, las inversiones y las transferencias.

En cuanto a las primeras, en el año móvil a noviembre representaban el 2,18% del PIB, saltando al 3,02% un mes después. Ese aumento se explica en su casi totalidad por la recomposición del stock petrolero de Ancap. Precisamente los distintos comunicados del MEF señalaban que el superávit que iban mostrando las cuentas se debía en buena medida al manejo de stock, y que una vez que se normalizase, el resultado se acercaría al previsto al comienzo del ejercicio, lo que efectivamente aconteció sobre fines de año.

En definitiva, la recomposición del stock del último mes no afectó al resultado, en todo caso fueron las menores adquisiciones efectuadas a lo largo del año quienes mejoraron relativamente el resultado de esta empresa.

En cuanto a las transferencias, en el último mes del pasado año se cancelaron obligaciones con distintas instituciones del país por $ 3.063 millones, algo así como el 0,57% del producto.

Se trata de pagos por una sola vez, alguno de los cuales se adelantó, pero que en "una estrategia de ordenamiento financiero" del MEF, deberían estar previstos.

De todas formas, si excluimos las transferencias por única vez, no así la recomposición del stock, que forma parte de los gastos permanentes, las cuentas del Sector Público cerraron el año 2007 con un ligero superávit, del 0,23% del PIB.

EL AÑO. Hechas las precisiones anteriores nos centraremos ahora en analizar el desempeño a lo largo del año con una mayor perspectiva.

El hecho más importante que aconteció durante 2007 fue la puesta en marcha de la reforma tributaria en el pasado mes de julio, cuya característica más saliente fue la introducción del Impuesto a la Renta de las Personas Físicas (IRPF) con la consiguiente derogación del IRP, la rebaja en un punto de la tasa básica del IVA, del 23% al 22% y la disminución de la tasa mínima al 10%, pero con una ampliación de la base imponible que más que compensa la reducción, y la eliminación del Cofis.

Por ello es que comenzaremos a analizar la evolución de las finanzas públicas a lo largo del último ejercicio por el lado de los ingresos.

En tal sentido, en el cuadro que acompaña la nota se observa que, en términos del producto, los ingresos totales del Sector Público aumentaron por el equivalente a 0,62 puntos. Pero lo llamativo es que ese aumento no lo explica la recaudación tributaria.

En efecto si se analiza en conjunto la recaudación de la DGI y la del IRP, se constata que cayó en 0,37 puntos del PIB.

Es claro que tiene que caer el IRP y más que compensarse con el IRPF. Con todos los inconvenientes que tuvo la implementación de este último, en el primer semestre de vigencia (de hecho cinco meses de recaudación efectiva) recaudó el equivalente a 0,9 puntos del producto, lo que permite suponer que una vez que funcione aceitadamente recaudará más que el IRP en sus momentos de máxima, cuando se habían aumentado transitoriamente sus tasas en el medio de la crisis económica.

Pero pese al IRPF, la recaudación de la DGI cayó levemente en el último ejercicio.

Ello se debe a que el monto que pagaron las Empresas Públicas (EE.PP.) por concepto de Impuesto a la Renta cayó en el último año en términos del producto. La explicación no es otra que el peor resultado que registraron durante 2006, que derivó en menores ganancias, y por ende menos impuestos que pagar.

RECAUDACIÓN TOPEADA. Ya que estamos con la DGI, detengámonos en el IVA, el principal tributo. La recaudación de este impuesto, que en los últimos años creció en términos del PIB, se frenó en el primer semestre, para caer en los meses previos a la implementación de la reforma, cuando los uruguayos pospusieron consumo. En los meses siguientes, pegó un salto, al recuperarse nuevamente el gasto, lo que se puede apreciar en el Gráfico Nº 1.

El IVA es un impuesto que recae básicamente sobre el consumo, o sea que su evolución no va de la mano con el producto, sino del ingreso. Y estas dos variables no necesariamente van juntas, por ejemplo en el último año el ingreso subió más que el producto, al mejorar los términos de intercambio y disminuir el peso del pago de intereses. Ello podría estar diciendo que la recaudación habría estado a tono con la evolución de la variable que lo determina, lo que se sabrá a ciencia cierta el próximo mes, cuando sean divulgadas las cifras relativas al Ingreso Nacional.

A su vez, la experiencia internacional demuestra que este impuesto no rinde mucho más que 10 puntos del PIB, nivel similar al actual, todo lo cual parecería indicar que se habría agotado el efecto recuperación, por el cual la recaudación, que cayó fuertemente durante la recesión, se recupera a un ritmo mayor que el del nivel de actividad, hasta alcanzar un nivel en que evolucionan juntos.

Del cuadro se desprende que la recaudación del BPS, que aumentó en los últimos años como consecuencia de la recuperación tanto del empleo como de los salarios, también se estabilizó en términos del producto, de hecho cayó levemente.

Los mayores ingresos del Sector Público provinieron de las EE.PP., cuyo resultado primario corriente se incrementó en 1,09% del PIB en el último año.

El mejor primario de las EE.PP. se debe a una importante disminución de gastos, que más que compensó la caída de los ingresos.

Los gastos cayeron por el menor costo de generación de energía eléctrica y, como mencionáramos anteriormente, por los menores impuestos que se pagaron.

En cuanto a los ingresos, cayeron los de Ancap, influenciados en gran medida por la política que en materia de tarifas siguió el gobierno en los últimos meses del año, período en el que se enfocaron las baterías a impedir que el IPC superara la barrera del 10%.

MÁS GASTO. Por el lado del gasto sobresale el menor peso de los intereses, por el doble efecto de la apreciación cambiaria y la reducción de la deuda como porcentaje del producto. No obstante aquí pueden aparecer algunos problemas a futuro, ya que viene aumentando la participación de la deuda denominada en pesos, cuyo costo es mayor al de la expresada en dólares.

Otros componentes del gasto también crecen de manera importante. Se trata de los gastos no personales y de las transferencias (descontados los pagos por una sola vez), que en el último trimestre del 2007 aumentaron en promedio un 15% en términos reales respecto a igual período del año anterior, tal cual se observa en el Gráfico Nº 2.

Las perspectivas para el presente año son de un deterioro de las cuentas públicas. Por un lado, tal cual hemos visto, la recaudación parece haber perdido el impulso de la recuperación y se habría estabilizado como porcentaje del PIB. Se habla incluso de revisar la reforma y disminuir la base no imponible del IRPF e incluso de bajar la tasa del IVA, lo que la podría afectar.

Por el lado del gasto están previstos aumentos que derivan del Presupuesto, los de la Rendición de Cuentas y el financiamiento del nuevo sistema de salud que comenzará a regir el próximo 1º de enero, además de los reajustes de salarios y pasividades. Si bien hasta el momento el nivel de ejecución del gasto ha sido inferior al permitido, estimamos que ese margen se irá diluyendo, al ir cobrando mayor importancia los tiempos políticos.

Fuente: El País, 18 de febrero

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