viernes, 22 de febrero de 2008

El peor de los acertijos. Los dilemas del programa del FA para 2009


Hay una rara coincidencia entre los sectores del Frente Amplio (FA): la discusión del programa para un segundo gobierno viene retrasada. La cuestión no es menor dado el grado de disensos en materia de modelos y propuestas. Mientras emepepistas y comunistas quieren una impronta más socialista, los asambleístas creen que un programa más “radical” pondría en riesgo el triunfo en 2009.
Que Mujica-Astori (o viceversa). Que Astori-Carámbula. Que Carámbula-Rubio… Durante todo el verano los nombres danzaron sin parar. ¿Pero qué pasa con las ideas? ¿A qué apelará el fa para intentar continuar en el gobierno durante el período 2010-2015? ¿El modelo seguirá volcándose hacia el centro o será más “socialista”? ¿Qué influencia tendrá la experiencia de gobierno en el programa? Todo parece tener signos de interrogación y la preocupación por la falta de elaboración programática atraviesa a la diversidad de los sectores del FA.
La Comisión de Programa recién acaba de instalarse y los tiempos urgen. Todos los dirigentes consultados por Brecha coinciden en que hay mucho debate por procesar, dadas las diferencias de enfoques y de agendas que subyacen en el interior de la fuerza política, y que se debe actuar con celeridad. “Es una preocupación que tenemos todos en el mpp. La verdad es que la Comisión de Programa no está funcionando como debería. Estamos tratando de juntar a alguna gente para que se ponga al frente de la construcción programática para el Congreso del Frente y pensando ya en un segundo gobierno”, reconoció el diputado de ese sector Héctor Tajam.
Y en este punto, por lo menos, es total la coincidencia en Asamblea Uruguay (AU). “La Comisión de Programa hace bastante tiempo que se debía haber instalado, pienso por lo menos en un año atrás, para poder hacer con toda tranquilidad la evaluación de la marcha de las reformas e iniciativas, para luego entrar en la etapa de seguimiento y por último plantear los elementos caracterizadores de un segundo período de gobierno”, planteó a su vez el senador Carlos Baraibar. De todos modos, el dirigente de au sostuvo que todavía se “está en plazo” para llegar al congreso programático de diciembre con la “síntesis necesaria”. El Partido Comunista (PCU) también ha insistido mucho en este tema.
Después de una larga siesta, la semana pasada en la Mesa Política del fa hubo una primera señal. “El jueves 14 hubo como un principio de despertar. Hubo algunas resistencias, porque algunos sectores juegan a la pasividad, pero dimos la pelea”, confiaron a Brecha fuentes de ese organismo. La Comisión de Programa sigue presidida por el ministro de Turismo, Héctor Lescano, y sus dos vicepresidentes son Eliazar de León (PS) y Victorio Casartelli (PCU). En la tarde de ayer, jueves, quedaron instaladas cinco subcomisiones en torno a los grandes ejes que habían sido planteados para 2004-2010 (Uruguay democrático, social, productivo, integrado y cultural). El paso siguiente sería integrar a las diversas unidades temáticas que se desprenden de cada uno de ellos. La expectativa es que el funcionamiento se agilite en simultáneo con la reanudación del Congreso Liber Seregni, prevista para el 19 de abril. Algunos sectores creen que es fundamental reconstruir la comunicación con la ciudadanía y las organizaciones sociales.
Pero la percepción es que se está lejos de la efervescencia evidenciada por el millar de personas que trabajaron para conformar los documentos programáticos de cara a las elecciones de 2004 (véase recuadro). No sólo está el pequeño detalle de que en aquella oportunidad se trabajaba para alcanzar por primera vez el triunfo de la izquierda, sino también el hecho de que muchos de los cuadros que integraban las unidades temáticas forman parte del Poder Ejecutivo. El tema se ha vuelto especialmente sensible, en virtud de que para destrabar la cuestión de las candidaturas sería esencial, en opinión de muchos, entre ellos el propio José Mujica, definir primero el programa.

ACUMULACIÓN. Si se analizan los discursos de los sectores, se advierte una vez más que las discusiones serán áridas y que la necesaria síntesis requerirá mucho trabajo de zurcido. Los dirigentes no quieren todavía arriesgar muchos elementos concretos, pero de todos modos surgen claras diferencias ideológicas o conceptuales.
Así, por ejemplo, Tajam cree que el gobierno tiene que hacer en un segundo período un mayor énfasis en la distribución del ingreso: “El Frente tiene que comenzar a definir algunas cosas en el campo económico que no nos han dejado satisfechos. Ha crecido mucho el país, pero no se ha distribuido lo suficiente”. A su juicio, este es un tema central puesto que para la izquierda el crecimiento y la distribución son cosas que tienen que ir de la mano. En este sentido, piensa que se debe seguir profundizando una trayectoria hacia el socialismo. “El mpp –explica– tiene una definición de liberación nacional en socialismo, en la cual la profundización tiene que ver con la democratización de los recursos, de los ingresos, de una mayor inversión en educación. Hemos ido avanzando, más bien en recuperar un país con muchas injusticias y con mucha población que había quedado al margen de la actividad económica y social. Pero no basta con eso. Para avanzar a otro proyecto tenemos que avanzar en la democratización real en la que la izquierda siempre creyó.”
A su criterio, se trata de un proceso nada sencillo puesto que no basta con la voluntad de algunos, sino que se requiere de una acumulación política y social. Tajam cree que la mejora de la reforma tributaria es un desafío que también requiere de un proceso acumulativo, no sólo porque la sustitución de impuestos indirectos por directos no es tan sencilla (en virtud de las características de la recaudación), sino porque se necesita lo que en otros tiempos se llamaba creación de conciencia.
“Todavía cada uno cuida su bolsillo y no hay una suma de voluntades para ir más allá de lo que se ha hecho. Falta más compromiso en función de la militancia y el voto. Creo que las marchas y contramarchas con el irpf indican eso”, reflexiona Tajam.

RIESGOS. La profundización del modelo socialista se da de bruces con la perspectiva de sectores como au. Según Baraibar, “un programa que arriesgue, o que genere medidas más radicales, y que ponga en riesgo la posibilidad de ganar, es un mal programa, porque en definitiva todo lo mucho que se ha avanzado en este período de gobierno no se va a poder continuar”. El senador no comparte “para nada” la perspectiva de quienes abogan por un modelo más izquierdista o socialista (“creo que el camino es el que hemos venido transitando”).
El veterano dirigente considera que el gobierno ha cumplido con su programa, “que es el programa del Encuentro Progresista, una fuerza más amplia, más allá de que los demás dirigentes decidieron integrarse al Frente Amplio. La campaña pasada fue hecha a partir de los acuerdos del Encuentro, cuyo significado era llegar a sectores más amplios. Y eso fue lo que nos permitió llegar al 50 por ciento de los votos”. Sin eufemismos, el legislador insiste en que el “mejor programa” va a ser aquel que pueda ser llevado a la práctica en función de ganar las elecciones.
Otra de las grandes zonas fangosas será la referida a la inserción internacional del Uruguay, lo que seguramente incluirá el debate sobre posibles tratados bilaterales de comercio. Las concepciones, ya se sabe, son muy diferentes, con sectores que se oponen fervientemente como el pcu (que ahora advierte “lo que habría sido” haber firmado un tlc con Estados Unidos, un país que se enfrenta a la posibilidad de una importante recesión) y con otros, como au, que los miran con simpatía.
Para el pcu, el capítulo de inserción internacional se convierte en cardinal a partir de los efectos que producirá sobre la economía global la crisis de Estados Unidos. El senador Eduardo Lorier considera que hay un cambio cíclico con seguras repercusiones en los países dependientes: “Vamos a tener a un Estados Unidos exportador, y no se va a poder sostener más el modelo agroexportador y dependiente de las inversiones extranjeras”. Por eso cree que el futuro programa tiene que plantear nuevos escenarios, como un mayor estímulo del mercado interno (con mayores salarios y pasividades), un modelo productivo menos dependiente de los commodities y más justicia social.
La percepción es muy diferente en au. “Uruguay necesita incrementar su comercio fuera de la región, sin dejar de pertenecer al Mercosur. Y para eso, lo mejor es explorar tratados comerciales mutuamente convenientes. Si un tlc es conveniente para los intereses nacionales, no se puede decir a priori con este país sí o con éste no. Uruguay está negociando tratados con India o Israel, el problema con Estados Unidos es ideológico o político”, opina Baraibar, para quien Chile es un buen ejemplo en esa materia.

“MÁS Y MEJOR DE LO MISMO.” La senadora socialista Mónica Xavier cree que el concepto a manejar debe ser “más y mejor de lo mismo”. A su criterio, se debe proseguir con la tendencia que logró las tasas de desempleo “más bajas de la historia”, hay que afianzar el sistema nacional integrado de salud y proseguir con las reformas que se han planteado y las que falta concretar (entre ellas mencionó una “bandera histórica” como la descentralización política y administrativa). “Son áreas trascendentes que hay que profundizar, porque ninguna de estas cosas se hace en un solo acto político o legislativo –apunta Xavier–. Son procesos que llevan décadas.”
La legisladora no concuerda con que haya primado en el primer período una lógica de “derrame” del crecimento y cree, en cambio, que “ya se ha redistribuido”. En cuanto a quienes abogan por una profundización de sello socialista, Xavier responde que el fa no tiene definiciones socialistas (“Hay definiciones antimperialistas y progresistas, pero no debemos confundir los programas. Eso lo tenemos claro quienes pertenecemos al PS”). Sin embargo, la corriente más vinculada al garganismo sí considera que se deben apretar las clavijas en este sentido.
Pero más allá de la cuestión de los contenidos, a varios sectores les preocupa también el gran tema del relacionamiento entre la fuerza política y el gobierno, y cómo construir mecanismos para que los programas sean algo más que “progreso manuscrito”. “Lo primero que se debe lograr es que el programa se cumpla. El camino debe ser de profundización de las líneas programáticas, con los objetivos de justicia social y del Uruguay productivo. Estamos todavía lejos de esa construcción”, insistieron a Brecha fuentes de la Mesa Política. En este sentido, uno de los balances que se discutirá ya en abril deja sentado el incumplimiento de las definiciones del congreso programático de 2003 en cuanto al relacionamiento entre el gobierno y la fuerza política.

Fuente: Brecha, 22 de febrero

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