lunes, 18 de febrero de 2008

No hay “contraindicaciones” del Tifa con el Mercosur


Reportaje. Carlos “Chacho” Álvarez. Presidente Mercosur

Hace dos años desembarcó en Uruguay para presidir el Mercosur. Carlos "Chacho" Álvarez se muestra cauto, pero a la vez porfiadamente íntegrador. Sabe que hay asimetrías, pero dice -con optimismo- que el primer paso para solucionarlas está dado: los gobiernos las asumieron. Así habló con Ultimas Noticias.

En Diciembre pasado, en una reunión extraordinaria del Grupo Mercado Común se analizó un documento del Foro Consultivo Económico y Social por el cual se recomienda establecer una agenda "para la reducción y/o eliminación de las asimetrías". ¿Por dónde pasan las acciones para atemperar las diferencias?
-Estamos cumpliendo una primera fase que es la aceptación del tenia. Es uno de los más duros y conflictivos en la construcción de un bloque regional. Si los miembros del proceso no se sienten ganadores, la integración no va a marchar como tiene que marchar. Con todos los procesos de integración que conocemos, los países sienten que mejoran sus chances. Por lo tanto, no puede haber una divisoria en donde algunos se benefician y otros no.
-Se advierte que hay asimetrías de distinta índole, de diferente jerarquía.
-Es así. Hay asimetrías de carácter estructural y otras de políticas públicas. Hay asimetrías que tienen el tamaño de las economías. Brasil tiene el 70% del bloque, Argentina el 25% y el resto se lo reparten Uruguay y Paraguay. Es probable que en desarrollo humano Uruguay pueda estar mejor que Brasil.
-Usted dijo que hay una primera fase de voluntad política, de asumir el tema.
-Los presidentes así lo determinaron e instruyeron a los cancilleres para trabajar decididamente en las asimetrías. No es un tema menor, porque eso implica un compromiso mayor. Ahora estamos en la discusión y debate de instrumentos o políticas que puedan compensar, amortiguar o achicar el tema de las asimetrías. Una primera decisión fue el Focen, el fondo para atemperar las asimetrías. En Europa, los fondos permitieron a España, Irlanda, Grecia y Portugal el salto de desarrollo. Estamos hablando de 10.000 millones de euros. Eso mejoró mucho las infraestructuras, la red vial, los transportes, la cohesión social.
-¿Ese es el camino?
-Es uno de los principales caminos. Los fondos de convergencia son
uno de ellos. Nosotros tenemos un fondo de 150 millones de dólares anuales. No podemos aspirar a los fondos que tiene Europa, pero tenemos que tratar de incrementar esos fondos. Por otro lado, tiene que haber un compromiso de los países de no fomentar un conjunto de medidas que conspiren contra la construcción del mercado común.
-Medidas paraarancelarias, incentivos, etcétera, que promueve Argentina y Brasil.
-Sí, y eso es lo que yo digo políticas públicas. Esos países tienen que ir desarmando esas políticas gradualmente y paralelamente se encuentran compensaciones a esas políticas. El tercer elemento es ampliar la dimensión de la integración. El año pasado trabajamos mucho en la complementación productiva, como construimos cadenas productivas entre empresas pymes de los países. Nosotros ayudamos a que se vote un fondo pymes que se tiene que instrumentar con la misma lógica de los fondos de convergencia estructural. Ahí viene la idea de la marca Mercosur para pymes y la conformación -es lo más importante-de una agencia para el desarrollo productivo y la innovación tecnológica. Tenemos que construir soportes institucionales que impulsen este tipo de herramientas.
-Mientras se desmontan esas políticas, el gobierno uruguayo ha propuesto -para congeniar las necesidades del país de integración regional, combatir las asimetrías y tener una inserción más amplia el concepto de "regionalismo abierto". ¿Por dónde pasan las dificultades para que Uruguay alcance acuerdos bilaterales con pauses fuera del Mercosur, como China, Estados Unidos o India?
-Creo que hay que ser flexible con los países de economía más pequeña para que firmen acuerdos comerciales que beneficien su inserción económica internacional. Hay que analizar caso por caso. En el caso de Estados Unidos, en los temas del Tifa yo creo que no tiene contraindicaciones. En Uruguay hubo un debate sobre el TLC. Ese debate saldó en el gobierno de Tabaré Vázquez el no insistir con ese tema. Eso tiene otras connotaciones. Yo creo que hay que ser flexibles. Y el Mercosur tiene que acceder a acuerdos con otras regiones. Por ejemplo, estamos trabajando con los países de Asia.
-¿En qué nivel de aproximación se encuentran estas conversaciones?
-Es un proceso largo. Fuimos a Japón, ellos vinieron y ahora vamos de vuelta. Con Europa se retoma el diálogo en Bruselas en marzo y en mayo hay una cumbre en Lima. Ahí se ve que una de las ventaj as de pertenecer a un bloque es que uno consigue un piso más alto.
-Uno de los elementos que ha generado ruido en el Mercosur son los acuerdos permanentes, bilaterales, entre Brasil y Argentina. Estos acuerdos fortalecen precisamente las asimetrías. ¿Cómo observa esto usted?
-Se lo he planteado a los cancilleres de Brasil y Argentina. Una cosa es saber que el Mercosur va a funcionar mejor si hay buen relacionamiento entre Brasil y Argentina. Pero otra cosa son las conversaciones que pueden trasmitir la idea de que hay socios de primera y socios de segunda. Eso es totalmente negativo para la conformación del bloque. Hay que estar muy atentos a eso y sobre todo cuando el Mercosur quiere ser el núcleo duro de la conformación de la comunidad sudamericana de naciones. Vamos a asimetrías mucho más heterogéneas.

Los cortes de ruta
En forma paralela a la discusión de las asimetrías estalla el tema de los cortes de ruta por la apertura de Botnia. ¿Afectan o no esos cortes la legalidad del Mercosur?
-En todo esto se puede diferenciar el conflicto por la pastera y el propio proceso de integración o de relaciones entre Uruguay y Argentina.
-Se encapsuló el conflicto para que no contaminara el resto de las relaciones.
-Exactamente. Creo que se obró de forma muy inteligente para que el conflicto de las pasteras no terminara tomando todo el Mercosur. Eso hubiera paralizado el bloque en momentos que está rediscutiéndose y asumiéndose el tema de las asimetrías. Y hay críticas desde Uruguay que han que atender. Por suerte, la inteligencia de los cancilleres y el pulso de los presidentes acotó el problema Hay avances concretos entre los países por encima del conflicto de las pasteras.
-Usted habla de la planta de re-gasificación, por ejemplo.
-Sí, pero también está la asignación de los fondos del Focen ante una propuesta de Uruguay y Paraguay y el uso de Uruguay de los fondos del Focen para una interconexión eléctrica con Brasil: Hay una dinámica que se sigue desarrollando independientemente del conflicto. Hay otras acciones de diverso orden. Todas hablan de la inteligencia con la que se ha obrado.

Fuente: Últimas Noticias, 18 de febrero

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