miércoles, 21 de noviembre de 2007

Quedó prohibido dar coscorrón o palmadas correctivas a hijos


Código de la Niñez. Votaron a favor el Frente Amplio y el Partido Colorado, y en contra el Partido Nacional. Padres no podrán pedirle al juez que interne a sus hijos por problemas de conducta

Iván y Sofía, de 4 y 9 años, suelen portarse como "satanes en la tierra". Su padre, Washington Abdala, los corrige como puede "cuando se pasan de listos". Abdala es uno de los 46 diputados que votó la ley que prohíbe el castigo físico a los hijos.
La iniciativa, que vino del Senado, modifica el Código de la Niñez vigente desde 2004 e impide cualquier trato "humillante" como forma de corrección a los niños, aunque no establece sanciones concretas ni dispone formas de control.
La ley solo tuvo votos en contra de la bancada nacionalista, cuyos integrantes dicen que se trata de un "catálogo de buenas intenciones" que en los hechos no se podrá aplicar. El diputado Sergio Botana incluso argumentó que se "limita" el poder de los padres y se "perfora" la institución familiar.

Los diputados frenteamplistas hicieron hincapié en que el objetivo de la ley es modificar una conducta hoy aceptada socialmente: la del "coscorrón" o "palmada en la cola" como forma habitual de corregir a los niños. De hecho, los diputados frenteamplistas y blancos debatieron varias horas acerca de si es correcto castigar físicamente a los hijos y si una palmadita es o no un castigo humillante.

LíMITES. En nombre del Partido Colorado, Abdala definió la ley como "muy buena obra", pero admitió: "Cuando alguno de mis hijos se pasa de listo intento corregir con todos los instrumentos a mi alcance, sin llegar a producir una barbarie. A veces uno tiene que conmover a esos pequeños cuando se transforman en satán en la tierra". Y bromeó: "Me gustaría que convivieran conmigo alguna jornada, son noches efervescentes". Más tarde, ya en su casa y mientras el más pequeño de sus hijos hacía "desastres" en la cocina, Abdala dijo a El País que los padres deben "fijar límites" sin llegar a la violencia o "pegar un cachetazo".

El diputado Edgardo Ortuño (Vertiente Artiguista) defendió la ley: advirtió que no prohíbe "ponerle límites" a los niños, sino que se intenta evitar que el castigo físico sea la única forma de educar a los hijos y que se use en forma recurrente.
Ortuño admitió que la ley "no soluciona todos los problemas", busca establecer pautas sociales de "lo que no es correcto" e "inhibir prácticas" que lesionan los derechos de los niños. "Antes en las escuelas se ponían orejas de burro y se pegaban tinguiñazos con la regla. Hoy es socialmente rechazable. Apostamos a que dentro del hogar eso tampoco sea práctica habitual", explicó.
Las sanciones a castigos físicos ya están previstas en el marco legal general y por eso no fueron incluidas en esta iniciativa, indicó Ortuño. Y se quejó porque se "ha ridiculizado" esta ley desde que empezó a tratarse en el Parlamento.
BOTIJA. Para Pablo Álvarez (MPP) es correcto prohibir "un coscorrón" y es difícil encontrar un límite: "No es lo mismo un coscorrón de un tipo de 2.20 metros que de uno de 1.70. La mayoría de las veces el castigo es por bronca del padre que dice `no te soporto más botija, andá al cuartito`", dijo Álvarez. El diputado aún no es padre.
Mientras, su compañera de bancada Nora Castro sostuvo que haber participado en un hecho como el que se prohíbe "no inhibe de legislar" y argumentó que en occidente hay una "confusión conceptual" entre "disciplina y castigo".

Para el nacionalista Botana (Alianza Nacional), esta ley "perfora" la institución familiar. "¿Cuándo este gobierno va a presentar un proyecto para defender la unidad de la familia? La semana que viene se vota la ley de unión concubinaria entre personas del mismo sexo", se quejó. Y preguntó: "¿Ahora soy un delincuente por dar una palmadita en la cola? Esta ley la hacen para que no la cumpla nadie o para generar brutal distorsión en el Poder Judicial".

Alfredo Cabrera, también de Alianza Nacional, entiende que la ley se prestará para un uso "distorsionado" entre padres que están peleados. El herrerista Gustavo Borsari lanzó munición gruesa: dijo que la ley es "profundamente inconveniente" porque "sobreabunda" en la legislación y atiende a posiciones filosóficas en boga en los años 70. Habló de la teoría de la permisividad en la educación de los niños, "que tanto daño hizo". Borsari preguntó a puro grito: "¿Qué es un castigo físico? ¿Darle una palmada en la cola al niño cuando va a poner el dedo en el enchufe? ¿Quién no lo ha hecho?". Además, planteó si esta ley "no es un mandado" para "alguna" organización internacional: "Que se vayan a dar consejos a otros países, que no fueron pioneros".

Fuente: El País, 21 de noviembre

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