Somos hijos de la disputa
Somos criticones y eso nos da alegría.
Pretendemos sindicatos sumisos.
Queremos una central obrera seguidista.
Deseamos trabajadores-engranaje.
Rechazamos la independencia de clase.
¿Alcanza con estas etiquetas?
Bien ahora hablemos en serio.
En los últimos tiempos algo huele mal
en el movimiento sindical.
Los perfilismos intra y extra partidarios
campean por doquier.
Generan conflictos, producen declaraciones
potencializan liderazgos, marcan tendencias.
Si a ésto se le suma los intereses corporativos,
llegamos rápidamente al CORPORATIVÍSIMO.
Aunque a muchos no les caiga bien esa palabra.
Pero es más fácil quedar bien que enfrentarlo.
A todo ésto se le suma que la izquierda gobierna.
Y no es sencillo decirle NO a los compañeros.
Para complicarla aun más, se visualiza
en el horizonte la campaña electoral.
Las posturas de hoy pueden ser los votos de mañana. Los piolas del presente pueden ser los futuros candidatos. La miopía cunde por las chacras partidarias.
Y el Frente, gran estancia, es terreno baldío.
0 laburamos parejo por el proyecto colectivo.
O metemos el hombro en la causa común.
0 arrimamos gente y ganas a la fuerza política.
O se nos va al carajo el sueño compartido.
Retomar el espíritu de la resistencia.
Reflotar la histórica mística frentista.
Redoblar muchachos la esperanza.
Fuente: Voces del Frente, 1º de noviembre
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