miércoles, 21 de noviembre de 2007

Para contrarrestar los subsidios del gobierno de Kirchner


Industria de alimentos propone ley que suba más los aranceles para Argentina
Los productores de alimentos se reunirán la semana que viene para plantear una salida legal que permita elevar más de lo actualmente permitido la tasa arancelaria para productos argentinos.

En los hechos, se quiere emular el ejemplo de Chile que en 2007 duplicó y llevó a 33% el arancel para la harina argentina y derivados. Esta medida fue recurrida por Argentina y le dio la razón la Organización Mundial de Comercio. A pesar de ello, Chile siguió adelante con la medida.

La semana pasada representantes de la Cámara Industrial de Alimentos se reunieron con técnicos de la Asesoría de Política Comercial del Ministerio de Economía para que, por lo menos, se eleve de 10% a 18% la tasa a los derivados de la harina como galletitas y fideos.

En el encuentro los funcionarios se comprometieron a estudiar el planteo aunque dijeron que este tipo de medidas debe ser compatible con el mantenimiento de precios bajos en la economía, los que se encarecerían con la adopción de aranceles elevados.

La gremial se reunirá la semana que viene para recurrir al Parlamento para que se logre una barrera más alta a las importaciones desde Argentina.

Al comienzo de 2007 se impuso una tasa de 10% que hoy es considerada insuficiente por los industriales ante las nuevas medidas tomadas por Argentina. En noviembre la administración Kirchner elevó de 20% a 28% la detracción a las exportaciones de trigo.

Así, los molinos tienen acceso a un trigo más barato y las industrias un menor precio de harina respecto a sus competidores uruguayos.

Esta semana el Poder Ejecutivo aprobó un decreto que aplica una tasa de 12% a la importación de harina argentina debido a la aplicación de los subsidios que reciben los molineros argentinos. Los empresarios locales ya dijeron que la tasa no alcanzará para cubrir las asimetrías de costo con sus pares argentinos.

Lo cierto es que el gobierno es cauto y las decisiones que tomó son más precautorias ante lo que puede venir que a atacar un problema. Funcionarios del área industrial y de comercio exterior creen que hasta ahora no ha existido una avalancha de productos argentinos tanto en alimentos como en la harina.

Técnicos y jerarcas dijeron a El País que se mira con atención el efecto de la política argentina sobre la competitividad de sus productos sobre los locales.

Los industriales fabricantes de galletitas, en cambio, dicen que la tasa debería ser de por lo menos 25% o 30%. Un empresario dijo que en los terceros mercados no pueden competir con Argentina si no existe alguna traba al ingreso de sus productos por los subsidios. Su compañía pudo concretar negocios en Chile justamente porque la tasa de 33% equipara sus precios con los de Argentina.

Fuente: El País, 21 de noviembre

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