jueves, 1 de noviembre de 2007

Astori ya abandonó la pelea por Conrado Hughes


El ex director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto durante el gobierno de Luis Alberto Lacalle reclamó verdaderas reformas más profundas, insistió en el alejamiento de Uruguay del Mercosury se quejó de los sindicatos privilegiados. Consideró que la interna frentista, le torció el brazo al ministro de Economía.
Este gobierno está dentro de lo que usted esperaba? -Sí, está dentro de lo que uno esperaba. Por lo pronto, desde que el ministro Danilo Astori había anunciado que iba a controlar las variables macroeconómicas más importantes y, en especial, enfocarse hacia una política fiscal sensata y facilitadora de la inversión. Todo eso ha sido así, pero las contradicciones internas de los diferentes grupos le han ido quitando al ministro Astori ganas de dar la pelea. Si pensamos que en agosto del año 2005 puso en juego su cargo por el tema de la Rendición de Cuentas y logró que el gobierno se echara para atrás, hoy me parece que no pone condiciones. El gasto público está volando. En los períodos de bonanza no hay que duplicar el gasto, hay que guardar porque habrá períodos de vacas flacas. El ciclo de gastos nunca puede acompañar al ciclo económico, porque eso compromete muy seriamente la situación. Pero este error lo cometieron también los gobiernos anteriores, el segundo gobierno de (Julio María) Sanguinetti fue pro-cíclico y entonces cuando el ciclo se dio vuelta a partir de 1999 con la crisis de Brasil, quedamos con las patas para arriba y llegamos a la dramática del 2000. Países serios como Chile han acumulado reservas mientras están en un período de bonanza y países irresponsables, como Venezuela y Argentina, sólo acumularon un poco de reserva y después empezaron a despilfarrar. Es posible que la economía mundial crezca con un incremento del poder sindical y un despilfarro a manos vistas con cosas locas y asociándose internacio-nalmente con los menos serios del mundo, como (Julio César) Cháyez con sus locos proyectos o Evo (Morales). Eso, lo único que va a hacer, es enterrar el proyecto político del ministro Astori y creo que, en alguna medida, el proyecto del frente.
-Ignacio de Posadas dijo en el programa "El Pueblo Quiere Saber", que conducía Gerardo Sotelo, que él estaba a favor de las políticas anti-cíclicas pero que se había dado cuenta de que Uruguay está muy acotado en su presupuesto como para tener un margen de maniobra que permita guardar algo de dinero.
-Sí, pero no es así porque los comentarios de Ignacio de Posadas son de alguien que estuvo en el Ministerio de Economía y no tenía las fuerza políticas que tiene el frente. De hecho, Astori se puso muy firme en agosto del 2005 y los resultados estuvieron a la vista. Logró frenar el impulso gastador pero luego, cuando hicieron el presupuesto, pudo patear hacia el ocho y el nueve el incremento grande de los gastos. Pero ahora estamos en pleno carnaval. Todavía tenemos superávit porque el ciclo de las materias primas está espectacular pero no es un ciclo eterno.
-El ex presidente Luis Alberto Lacalle decía que el primer año de gobierno es de oro para efectuar los cambios drásticos, el segundo es de plata y el tercero de bronce. ¿Qué cree que ha hecho este gobierno con sus mejores años?
-Ésa es una receta de alguien que gana las elecciones con el 22% como las ganó Lacalle, pero no es la receta para alguien que gana con el 52%. En realidad, el gobierno pasó el primer año prácticamente sin hacer nada, porque anunció cosas y después no hizo nada. Eso le permitió andar muy bien, pero ahora le vino la necesidad de hacer cosas y me parece que están todas mal. El proyecto de la salud me parece un disparate que va a ser otro mazazo. Fíjese, ayer salieron las cifras el gasto público total. Es similar al de Suecia cuando no había políticas liberales.
-Uruguay pasa por un buen momento desde el punto de vista de la macroeconomía. ¿En qué medida usted cree que los uruguayos somos responsables de estos números benévolos y cuánto depende de factores exógenos?
-No, los uruguayos no tenemos nada que ver con la política del gobierno, el mérito de los buenos números macroeconómicos es del equipo económico.
Pero ahora, cuando los números se ponen mal y ya se están poniendo mal, empieza la inflación, empieza a estar fuera el sistema sindical y además, los legisladores están eufóricos haciendo legislaciones en contra de la inversión. Bueno, los responsables de esa reversión van a ser también los legisladores, tampoco usted o yo. Si los bancarios van a llorar, yo, que me sacaron el 20% de mis ingresos, no voy a romperme nada más para tratar de mantener el nivel posible, porque no voy a tener ningún motivo. Mucho menos cuando entro al Banco República y sé que los muchachos que están ahí quieren encajarme la cuenta de la Caja que tienen fundida y el impuesto a la renta que yo tengo, que pagué y que ellos no quieren pagar. O los muchachos de Mabel Lolo en la Intendencia. Entonces en esas condiciones la gente va a terminar yéndose del país y lo más curioso: los que empezaron a invertir en el país van a decir que ellos se van de acá.
-De acuerdo a como usted avizora el mundo en el mediano plazo, ¿qué reforma debería encarar el país para sacar provecho de lo que se viene y no perder el tren?
-Las reformas no tienen nada que ver con las que están planteando, la reforma es abrir mucho más la economía.
Primero, desenchufar el Mercosur que es como estar conectado a 220, como si eso nos diera energía. Pero si nos conectamos a 220 lo que nos va a dar es un" patatús. Entonces yo ya ni hablaría más, como la señora de Kirchner (Cristina) que no habla, y el senos Lula (Luiz Inácio) que tampoco habla, no hablemos más, olvidemos. No se habla más del Mercosur. Bajemos nuestros aranceles y abramos el Uruguay al mundo y gastemos mucho, no en educación pública, gastemos mucho en que los padres puedan disponer de más recursos para gastar en educación. Demos oportunidades para que la oferta de educación sea más amplia, en vez de centralizar, y generemos condiciones. No aprobemos leyes locas en contra de la tenencia . de tierra y de los campos. Hagamos negocios con gente seria en el mundo, que esta lleno de gente seria. Casi todos los que están en Asia son mucho más serios
que cualquiera de los que tenemos cerca. Hagamos acuerdos comerciales con Estados Unidos, con Japón, con Corea, con China y con Vietnam.
-¿Qué sabor le dejó el TIFA en el paladar?
-El TIFA, como dice Javier Haedo, significa "Train Is Far away": el tren está lejos. El tren del que nos habló Vázquez en agosto del año pasado, cuando dijo que estaba pasando uno. Yo creo que tenía razón en la metáfora pero, a instancia de muchos sectores de la izquierda, lo dejamos pasar. Todo el resto de los ciudadanos, que no somos el gobierno, estábamos a favor y lo dejamos pasar. Es una pasión por las formas.
-¿Cómo se puede realizar una reforma del Estado cuando en Uruguay los gremios de empleados estatales, municipales, paralizan el país de un día para otro?
-Se puede hacer, hay que partirles el espinazo. El problema es que no hay capitalismo sin lágrimas, y en Uruguay nos encantaría que sí existiera. Entonces nos imaginamos que puede haber capitalismo sin lágrimas. Que Pluna puede perder durante décadas y seguir existiendo. Si no hay lágrimas, si uno no tiene riesgos y a la empresa no le puede ir mal, entonces no le va a ir bien. Como dice un viejo maestro, que es Milton Friedman: "no hay almuerzo gratis". El almuerzo lo paga otro pero es a cambio de alguna cosa: de que yo lo elogie, le trasmita información fantástica que al otro le sirva, o que crea que me compra con un almuerzo; pero gratis no hay. En Uruguay creemos que sí hay almuerzo gratis, y los funcionarios públicos especialmente. Los 17 mil empleados del Ministerio Salud Pública no han hablado en contra de la reforma porque sólo llegan los rnédicos. Los 500 del Banco Central, los 5.000 del Banco República y los increíbles 1.000 y algo del Banco Hipotecario, que no hacen nada desde hace siete años y ya perdieron US$ 1.500 millones del Estado, de gente como usted y yo que los capitalizamos, ésos sí quieren seguir ganando 50 palos y no pagar impuesto a la renta.
-¿La OPP puede ser una buena plataforma para un futuro cambiando la presidencia?
-No, los que hemos pasado por la OPP está muy claro que carrera política no hicimos, no hicimos ni carrera de embolsados.
Fuente: Cien, 1º de noviembre

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