sábado, 24 de noviembre de 2007

Gargano: de profesión parlamentario y a veces, diplomático


Algunos dicen que las personas, “no cambian, sólo envejecen”. Lejos de analizar la popular frase, queremos concentrarnos en el actual Canciller Reinaldo Gargano.

SigloXXI, fin del año 2007, septuagenario él, socialista desde la década del 50 del siglo pasado, acostumbrado a la vieja estructura del PS, exiliado político, y legislador de la república desde el regreso a la democracia, hoy, Presidente del Partido Socialista y Ministro de Relaciones Exteriores de la República, se llama Reinaldo Gargano.

Acostumbrado a las grandes utopías de la izquierda tradicional, se topó con el poder y el Gobierno a los casi 70 años de edad.

Las famosas experiencias de Pavlov, podrían pintar su situación, acostumbrado a ser oposición siempre, a ver frustrado el sueño de una sociedad guiada y transformada por el marxismo, termina con un Gargano, que apoya una política económica de neto corte neoliberal pero que, al veterano dirigente le debe recordar tantos de sus discursos anti-neoliberales que lo hace aferrar con uñas y dientes, a lo que cree queda de ese antiguo discurso opositor de 15 años para atrás.

MERCOSUR es la palabra que le permite dormir relativamente tranquilo con su conciencia.

Apoya el MERCOSUR en forma irrestricta, es lo único que le queda de su pasado contestatario, por momentos debe pensar que continua en una banca como legislador de la oposición y dice lo primero que se le ocurre, porque ya no nos caben dudas que olvida el rango que ostenta dentro del Estado y dispara frases al barrer sin medir consecuencias.

¿Es profesional y atinado para el Canciller de la República, efectuar un comentario sobre la última cumbre de Santiago de Chile como el siguiente: “Y la negociación fracasó y no fracasó por falta de capacidad de diálogo de Uruguay, sino que fracasó porque Argentina fue con la posición de no discutir nada y de no hacer nada, ni siquiera sacarse una foto junto al rey, con el presidente Vázquez y el presidente Kirchner”?

Lo efectuó a la salida de la Comisión de Asuntos Internacionales ayer 23 de nov. Seguramente, la diplomacia nunca fue su fuerte. Atornillado a su sillón ministerial, ha permitido que cualquier funcionario del Estado con menor rango que el suyo en la estructura política de la República, entablara negociaciones diplomáticas con la República Argentina por el conflicto de Botnia. ¿Cuántos “Cancilleres” tiene la República Oriental del Uruguay?

El Ministro Gargano ya ni se inmuta.¿Qué habrá pasado con la ética que reclamó durante tantos años a tantos políticos que según su parecer miraban para el costado y así, evitaban renunciar a sus cargos de confianza?

Ayer participa en un seminario sobre “las izquierdas emergentes en la región”, aclara que lo hace en su condición de Presidente del Partido Socialista y no como Canciller de la República.

Luego, dispara contra la prensa de nuestro país, según sus dichos, “falta democratizarla”.Vaya uno a saber, qué quiso decir, el ocurrente Ministro.

Parece que no le alcanza que haya prensa buena y mala, de izquierda y derecha ó de oposición y oficialista.

El Canciller demuestra casi una paranoia persecutoria, una “rabieta infantil” porque las versiones periodísticas no se ajustan a su oblicua realidad. Tal vez, haga lo del “tero”, y pretende sólo distraer para esconder tanto fracaso cosechado en su gestión.

Es probable que al Ministro Gargano no le interese, pero el 61% de la población reprueba su gestión, parece ser mucha gente y sobre todo, si está enmarcada en una “causa” casi nacional como Botnia, que cuenta con el apoyo del 81% de la población Creemos que R. Gargano como Canciller de la República es un buen Presidente del Partido Socialista del Uruguay. El Canciller a veces y por momentos, parlamentario Gargano, es partidario de “socializar” las pérdidas de su cartera y las ganancias de las de sus colegas.

Respecto de la consigna inicial, Gargano es la excepción.

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