viernes, 30 de noviembre de 2007

"El Panes no eliminó la pobreza, pero hay menos indigencia"


Es uno de los responsables del proyecto "Las Políticas de transferencia de ingresos en Uruguay", un estudio del Banco Mundial que analiza la aplicación del Plan de Emergencia. El estudio fue presentado ayer en Montevideo.

-¿Cree que el Plan de Equidad será eficiente para reducir la pobreza y la indigencia?

-Sí. Ya el Plan de Emergencia, a través del Ingreso Ciudadano, tuvo un impacto importante.

-El estudio del Banco Mundial señala que si para seleccionar beneficiarios se emplearan criterios de ingreso por hogar, en relación al salario mínimo, en vez de la medición indirecta de la pobreza que aplicó el Panes, sería un sistema más efectivo y más costoso. ¿Cree que debe reorientarse este enfoque?

-No. Creo que son opciones estratégicas que tienen pros y contras. Si uno quiere encontrar a la gente pobre tiene que hallar el mecanismo de identificación de la pobreza. Lo mostramos porque en ese momento había una discusión sobre el modelo de asignaciones familiares que daba derecho a acceder a través de todo el ingreso del hogar y el Panes lo hacía en función de una aproximación al nivel de pobreza del hogar. Un plan es más barato que el otro porque incluye menos gente. Entonces, puede ser fiscalmente más sostenible, pero hay que pensar en la cantidad de gente. Es una decisión política que no tiene que ver con que sea mejor o peor.

-¿Cuáles son los riesgos que ve en la aplicación del Plan de Equidad tal como está diseñado?

-Los riesgos que hay son los propios de cualquier programa social: que termine siendo un mecanismo de trasferencia de ingresos y no de integración. No es un defecto del diseño, es un riesgo. La lógica es tratar de que esto no se convierta en un cheque mensual. También tiene que ver con asegurarse que tenga niveles de cobertura sostenibles en el tiempo, que llegue a toda la gente que hace falta y que sea tanto fiscal como políticamente sostenible.

-¿Qué debe hacer el gobierno para dar sostenibilidad a las políticas sociales del Panes y del Plan de Equidad?

-Tiene que generar credibilidad política. Estos programas cuando no funcionan bien se vuelven políticamente muy frágiles porque hay gente que dice que es plata que se regala a gente que no quiere trabajar. Hay que hacer un gran esfuerzo para asegurarse que es efectivo, que tiene impacto y darle validación social, ya que hace que la sociedad lo considere digno de ser sostenido. Y, en lo fiscal, hay que asegurarse que no se descontrolen los números que se manejan, que hoy son absolutamente manejables y sostenibles.

-¿Y para integrar a las personas al sistema?

-Se están desarrollando varios componentes. Por un lado, una estrategia para generar mecanismos y controles en la salud y educación de los chicos y, para los adultos, está "Uruguay Trabaja". El objetivo es decirle a la gente: le voy a dar la transferencia porque lo importante es que tengan los recursos que hacen falta pero, además, le estoy construyendo el espacio y dando las herramientas para que usted lo haga sostenible a través del trabajo cotidiano.

-El estudio del BM señala un déficit en la atención de los adultos jóvenes con posibilidades de trabajar. ¿Cree que es subsanable?

-Sí. "Uruguay Trabaja" es el tipo de actividades que hay que hacer. A los adultos jóvenes hay que facilitarles la vida para que consigan trabajo.

-¿Cómo se hace?

-Se hace con capacitación, esquemas de agencias de colocación que faciliten la búsqueda de trabajo, con trabajo focalizado viendo en qué sectores hay más demanda para generar la oferta correspondiente.

-Se ha criticado al Panes por ser excesivamente asistencialista y desestimular el trabajo en los sectores afectados por la pobreza y la indigencia. ¿Qué piensa al respecto?

-No he visto ninguna evidencia de esto, he leído comentarios. Creo que es una preocupación válida. Seguramente hay algún señor que dice que con el ingreso ciudadano está bien. El desafío es saber cuán grave es, si es un señor o 50.000 y, además, cuál es el análisis costo-beneficio a nivel social.

-La evidencia empírica de niños en la calle, limpiavidrios en las esquinas, gente durmiendo a la intemperie y la sensación de inseguridad ante el delito y la violencia lleva a pensar a muchos sectores de la población que estas políticas no son efectivas. ¿Cómo se revierte esta percepción?

-En Uruguay hay gente pobre, el Panes no eliminó la pobreza. Hay gente que tiene dificultades laborales, que sigue viviendo en la calle y tiene hambre. Uruguay pasó por una profunda crisis económica y social y ha ido saliendo. Hay que entender que esto no se soluciona por decreto en una semana. Los números que conozco me dicen que hay bastante menos indigencia de la que había hace dos años.

Perfil

Nombre: Rafael Rofman

Edad: 45 años. Gerente del proyecto "Las políticas de transferencia de ingresos en Uruguay".

Demógrafo

Licenciado en Economía de la Universidad de Buenos Aires, magister en Demografía Social de la Universidad Nacional de Luján y Ph.D. en Demografía de la Universidad de California. Especialista líder en protección social del Departamento de Desarrollo Humano para América Latina del Banco Mundial. En su posición actual ha trabajado en temas de desarrollo humano y protección social en Argentina, Bolivia, Dominica, Ecuador, México, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela.

Fuente: El País, 30 de noviembre

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