Trancazo a los anestesistas, calma por la inflación, y distancia con Bengoa
Sobre las denuncias de corrupción dijo que no quería linchamientos pero que no es cómplice
La aceptación de la renuncia de los anestesistas públicos –“nadie es imprescindible”–, una señal de tranquilidad a quienes están preocupados por el aumento de los precios –“no dudaremos en tomar las medidas que sean necesarias” para frenar la inflación–, y una toma de distancia de las denuncias de corrupción contra el director de Casinos –“no somos cómplices de nada ni de nadie”– fueron los puntos fuertes del discurso de casi una hora que el presidente de la República grabó con sus asesores de Presidencia y luego repartió entre los canales para que, quienes quisieran, lo emitieran como una falsa cadena de televisión.
El resto fue un monótono repaso de lo que el presidente consideró los principales logros al haber llegado a la mitad de su gestión. Cuando se cumplieron dos años de gobierno, Vázquez habló durante tres horas y media. Esta vez fue casi una hora, pero, con aquel tedioso antecedente, sus asesores le armaron un escenario en el que, además del ya tradicional atril gris con el escudo uruguayo, había una silla a un costado del estudio (por el que Vázquez caminó y luego se sentó mientras hablaba), una mesa con una copa de agua, fotos de fondo, y gráficas que se iban insertando a medida que Vázquez mencionada alguna cifra.
La aceptación de la renuncia de los anestesistas públicos –“nadie es imprescindible”–, una señal de tranquilidad a quienes están preocupados por el aumento de los precios –“no dudaremos en tomar las medidas que sean necesarias” para frenar la inflación–, y una toma de distancia de las denuncias de corrupción contra el director de Casinos –“no somos cómplices de nada ni de nadie”– fueron los puntos fuertes del discurso de casi una hora que el presidente de la República grabó con sus asesores de Presidencia y luego repartió entre los canales para que, quienes quisieran, lo emitieran como una falsa cadena de televisión.
El resto fue un monótono repaso de lo que el presidente consideró los principales logros al haber llegado a la mitad de su gestión. Cuando se cumplieron dos años de gobierno, Vázquez habló durante tres horas y media. Esta vez fue casi una hora, pero, con aquel tedioso antecedente, sus asesores le armaron un escenario en el que, además del ya tradicional atril gris con el escudo uruguayo, había una silla a un costado del estudio (por el que Vázquez caminó y luego se sentó mientras hablaba), una mesa con una copa de agua, fotos de fondo, y gráficas que se iban insertando a medida que Vázquez mencionada alguna cifra.
corrupción. Vázquez no le sacó el cuerpo a un tema espinoso y habló de las denuncias de corrupción que llueven sobre el director de Casinos del Estado, Juan Carlos Bengoa (ex director de Casinos Municipales en Montevideo).
“Nadie está libre de este flagelo, nosotros tampoco”, aseguró de entrada. “No prejuzgamos a nadie, no somos jueces ni fiscales y en la medida que se constaten irregularidades, adoptaremos las medidas que correspondan, sin dramatismo pero con serena firmeza”, advirtió.
Vázquez cuestionó los “linchamientos” públicos, pero enseguida se desmarcó de Bengoa: “No somos cómplices de nada ni de nadie”, expresó. El diputado denunciante de los actos de corrupción, el blanco Jorge Gandini, señala que el ministro de Economía, Danilo Astori, como superior de Bengoa, es “responsable político” de lo sucedido.
“En este gobierno podremos equivocarnos pero no se meterá la mano en la lata, y si alguien lo hace, se la cortamos”, sentenció el presidente con un gesto como quien corta una mano con otra.
Inflación. Vázquez reconoció que el incremento de la inflación es “innegable”, pero advirtió que “no es imprevisto, inexplicable o incontrolable, se puede controlar. No es un drama, eh”, enfatizó. “No hay hiperinflación. Hay un empuje inflacionario que comenzó hace varios meses y se debe a varios factores”, agregó para explicar que la inflación se debe al alza de precios de los commodities en el mercado internacional y el petróleo, además de “fenómenos climáticos internos”. También justificó la inflación por el aumento en la demanda en el mercado local, “porque hay más dinero, la gente gana más, trabaja más, consume más”.
Vázquez advirtió que sigue de cerca la evolución de precios y que además de las “medidas de tipo financiero”, no dudará en tomar “las que sean necesarias para controlar ese impuesto a los pobres que es la inflación”.
También salió al cruce de los que ven a la reforma tributaria como la culpable de la inflación: “Sin esta reforma el aumento de los precios hubiera impactado más aún en la economía de la gente”.
Anestesistas. Moviéndose de un lado a otro de la escenografía, cual conductor de TV, Vázquez no dejó pasar la oportunidad de trancarle fuerte a los médicos en conflicto.
“En el marco de la esencialidad de los servicios (decretada el 13 de agosto), un grupo de médicos anestesistas formalizó la renuncia a su cargo. Las mismas serán tramitadas y consideradas como corresponde. Todos somos importantes pero nadie es imprescindible”, sentenció el presidente advirtiendo que acepta las renuncias y les dará trámite.
Aseguró que mantendrá el diálogo pero si es “respetuoso y leal”. Previendo más renuncias de médicos públicos, Vázquez aseguró que el gobierno “garantiza plenamente la asistencia de toda la ciudadanía”.
Fuente: El Observador, 8 de setiembre
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