miércoles, 19 de septiembre de 2007

Editorial: Tarifas de Ancap. ¡Inexplicables!


En ocasiones nos quedamos pensando ante soluciones de tipo técnicas presentadas por idóneos para la resolución parcial o total de una problemática y que nuestro sentido común rechaza en primera instancia.

Es el caso del Ministerio de Economía. Hace una semana planteó 7 medidas para combatir la creciente suba de precios en el mercado, una de ellas, llama la atención.

Es la baja del 3,2% de promedio en los combustibles.

La justificación para ello, es la baja del dólar y que gracias a ello, el Estado no genera déficit para Ancap, dice alguno por allí, sin mucha convicción, que el Estado “empata” con esta medida.

¿Cuál es el razonamiento esgrimido a favor de la medida?

Se necesitan menos pesos para comprar el petróleo ya adquirido pero aún por pagar, es decir, Ancap baja su recaudación en pesos pero necesita menos pesos para la compra de dólares y así obtener el oro negro.

Claro, aquí es cuando a cualquier “cristiano” le asaltan las dudas.

El precio del crudo continúa con una fuerte alza a tal punto, que ayer llegó al record histórico, superó los U$S 80,57. Pero para peor y simultáneamente, el Banco Central del Uruguay sale a comprar dólares para evitar que siga cayendo la moneda norteamericana (y evitar la pérdida de competitividad del sector exportador, ésta última, parecería orientada exactamente en sentido contrario al objetivo perseguido o sea contener la inflación).

Si Ancap tenía un déficit al 31 de agosto de 95 millones de dólares (ver articulo: “El déficit de Ancap comienza a pesar en las cuentas públicas”), vale la pena pensar en las consecuencias que generará dicha baja del combustible, en la vida de todos nosotros en un futuro mediato e inmediato.

Sólo hay dos conclusiones posibles:

A) El Estado tenía un superávit financiero importante, que le permitía “bancar” la nueva pérdida y en este caso, la pregunta es: ¿Por qué no lo hizo antes?; ¿Cuánto dinero había ahorrado?; ¿Por cuánto tiempo puede mantener la baja del precio?; ¿el destino de ese dinero, sería para el futuro carnaval electoral?

B) El Estado no tiene superávit y subsidia el precio del combustible sin recursos genuinos, por tanto, aumenta el déficit fiscal.

Entonces: ¿Cómo se financia dicho aumento?; ¿acaso más inflación?; ¿más deuda externa?; ¿Pan para hoy, hambre para mañana?.

En cualquiera de los dos casos, parece que el equipo económico, siempre reserva una porción de información que resulta básica para aclarar “los tantos”.

¿Cómo negociar la integración de los organismos de contralor con este Gobierno, que hace y deshace a su antojo sin respetar la tan buscada y desaparecida transparencia?

NdR: la caricatura es del diario la juventud del 18/set

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