El rechazo frenteamplista a que una comisión parlamentaria investigue al cuestionado director nacional de Casinos, Juan Carlos Bengoa no es el mejor camino para despejar la tormenta centrada en este jerarca, desatada por las pérdidas sin precedentes en los casinos municipales y los contratos por las máquinas tragamonedas. El escándalo estalló primero por el hecho, inédito en la historia mundial del juego, de que todos los casinos municipales acumularon pérdidas durante cinco años consecutivos, cuando Bengoa estaba al frente de su dirección. Se le agregaron acuerdos dudosos sobre la contratación de slots, en los que aparecen involucrados colaboradores de Bengoa y otras personas allegadas a ellos.
Pero la propuesta del diputado nacionalista Jorge Gandini naufragó ante la defensa de la mayoritaria bancada oficialista. Se argumentó que no correspondía una comisión investigadora del entuerto del juego estatal porque el tema está actualmente en manos de la Justicia. Aunque una comisión parlamentaria no asegurara la pronta definición del caso, la línea oficial de defensa sonó a endeble. Como señalaron legisladores de la oposición, bajo administraciones anteriores se han instalado comisiones investigadoras ante casos que también estaban en la Justicia.
Toda la situación de Bengoa, cuya renuncia han pedido desde la oposición y hasta su correligionario Víctor Vaillant, y de los demás acusados de presuntas irregularidades se ha estirado demasiado. La continuada indefinición afecta la imagen de transparencia a que está comprometido el gobierno, reafirmada hace pocos días por el presidente Vázquez en referencia indirecta a Bengoa. Ya que ha quedado descartada una comisión investigadora del Parlamento, es conveniente que la Justicia falle lo antes posible sobre acusaciones cuya gravedad requiere pronto pronunciamiento en aras de la cristalinidad.
Fuente: El Observador, 20 de setiembre
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