lunes, 2 de junio de 2008

“No vendría mal tener fondos de reserva, pero se gasta todo”



El economista Javier de Haedo, integrante de la conducción económica durante el gobierno de Luis A. Lacalle, encomia el manejo que el gobierno ha hecho de la deuda externa. También considera que la favorable coyuntura financiera "podría revertirse en el futuro" y que para esa contingencia "no vendría mal tener ahorros de reserva". Estos, apreció, "lisa y llanamente no se están haciendo" y la inversión, por su parte, "es buena pero no explosiva". En declaraciones a Ultimas Noticias, De Haedo consideró que está bien que los inversores extranjeros se lleven sus ganancias,"porque es legítimo y porque para eso vinieron".

-¿Cómo evalúa el manejo que ha hecho el gobierno de la deuda externa?

-Ha sido un punto de inflexión en la gestión. Sobre él, entiendo, no pueden existir dos opiniones. Ha sido un manejo bueno, que generó reperfilamientos adecuados y una liquidación oportuna de alguno de los efectos de la crisis de 2002. Por lo demás se cancelaron los adeudos con el Fondo Monetario, se diversificaron plazos y se alargaron otros para las amortizaciones emergentes de los reperfilamientos. Como digo: no creo que existan opiniones divergentes en este tema.

-Las opiniones divergentes surgen, en todo caso, respecto al gasto público.

-Todo gobierno tiene varios objetivos posibles en materia de gasto público cuando inicia su gestión. Uno podrá priorizar el ponerse al día, cumpliendo compromisos atrasados. Otro puede optar por eliminar su déficit de infraestructura y por eso acometerá un conjunto de obras públicas. Otro, por fin, preferirá acumular reservas. En todo caso es una decisión política, en el que cada gobierno es soberano.

-¿Cómo caracteriza al gasto público uruguayo? Astori ha priorizado el gasto social desde el principio, pero últimamente enfatiza más que nunca en ello.

-Tengamos en cuenta un par de datos objetivos. El primero es que dicho gasto pasó de 25 a 28 puntos del Producto Bruto pero éste, a su vez, está resultando un 35% mayor que el de 2004. Eso es crecer mucho. Repito: mucho. El segundo es que hay que ver por qué se generan los ingresos del país. Si éstos presentan una continuidad que permita llegar a 2009 con las metas de crecimiento previstas, ese gasto estaría bien. Todo parece indicar que esas metas se van a lograr.

-Vuelvo al gasto social: ¿encuentra adecuadas las asignaciones que se le otorgan?

-Le reitero: es una opción política. La cuestión es determinar qué sería más saludable: si reservar una parte de estos mejores ingresos por si se revierte la actual coyuntura económica o gastarlo todo. Acá se ha elegido el camino de gastarlo todo. Habrá que ver cómo se reacciona en caso de darse esa reversión.

-Es que esta prosperidad mundial parece muy estable. A lo mejor el gobierno apostó a largo plazo.

-Estamos, en efecto, en un momento muy especial del mundo. No tengo duda de que estos últimos cinco años han sido de los mejores de la historia moderna. En el caso uruguayo, además de los factores que le mencioné, bajó el dólar e hizo que los intereses por deuda generaran más recursos.

-¿Por cuál solución hubiera optado usted?

-Yo soy partidario de una política no tan expansiva. Sería más cauteloso y restrictivo.

-Estamos en presencia de pujos inflacionarios claros. ¿A qué los atribuye?

-Es verdad. La inflación por encima -aunque no mucho- de las previsiones del gobierno. Obedece a tres factores principales: el precio internacional de los alimentos, una política fiscal no contractiva y una política salarial de expansión. El precio de los alimentos no me preocupa demasiado, pero los otros son más incidentes en tanto dependen más del país que de coyunturas externas.

-Sin embargo el gobierno ha intentado contener el precio de los alimentos básicos acordando con las cadenas productivas. ¿Cree usted que estos convenios son un recurso idóneo para desahogar el bolsillo popular?

-Son soluciones que siempre ayudan y está bien concretarlas en la forma en que se concretan aquí: yendo a buscar a los cultivadores y a los industriales, preguntándoles cuál puede ser el precio posible y canalizando el consumo con organización. Otra cosa sería si se articularan a la manera argentina, es decir, ejerciendo presiones fuertes -y hasta amenazando- a los productores desde el poder. Así no.

“Es legítimo que se lleven sus ganancias”

Para Javier de Haedo, director de OPP entre octubre de 1993 y febrero de 1995, el país está registrando “índices positivos, aunque no explosivos”, de inversión. Ante la pregunta de cómo visualiza el movimiento inversor responde que los indicadores revelan niveles de inversión que, globalmente considerados, “están alcanzando los máximos previos a la crisis de 2002”.

Entiende asimismo que ha habido una importante inversión nueva y compra de activos que llevan dicha inversión a perfiles “buenos y positivos”.

-Es otro elemento, entonces, que respalda la solidez de nuestra economía.

-Digo que es una inversión positiva, pero no explosiva. Tampoco tenemos que exagerar.

-Ahora bien: las empresas extranjeras vienen, invierten, dan trabajo y pagan impuestos, pero se llevan, sin límite, las ganancias para su país. ¿Qué lectura da a este movimiento?

-Que así debe ser. Ya se sabe que si las empresa extranjeras vienen, es para ganar dinero. Es un proceder legítimo.

-¿No es éste un país demasiado liberal en tal sentido? Otros exigen un mínimo de reinversión obligatoria para otorgar permisos.

-Las empresas manejan sus reinversiones de la manera que mejor se acomoda a la tarea que vinieron a cumplir. Si los términos de la radicación en el país son favorables, la reinversión va a venir sola porque será parte de su buen funcionamiento.

Últimas Noticias, 2 de junio

No hay comentarios:

Placa de Facebook

Webmaster/Editor

Prof. Daniel Solari Derquin