martes, 24 de junio de 2008

Editorial: Ahorro energético y el sentido común


Columnista Invitado: Mario Colombo

Estamos preocupados por el ahorro de energía.

Nuestro país, sólo se dedica a gastarla en sus diferentes formas ineficientemente. Asimismo no logra ahorro sustantivo como si lo hacen los países desarrollados.

Cambiando los horarios de apertura y cierre de comercios, shoppings, supermercados obtendríamos un ahorro primario que podría provocar un efecto domino sobre el resto del comercio en este caso.

Los bancos en otros países, atienden al público de 9 a 15hs. y el personal se retira a las cinco de la tarde así se ahorra muchísimas horas de luz puesto que cambia los horarios comerciales.

Los shoppings y buena parte de los comercios, podrían abrir y cerrar más temprano.
En este país todo empieza tarde y se pierde muchas horas de luz natural, desaprovechando el resto del horario para realizar otras actividades (estar en familia, en otro trabajo tal vez, etc.)

En este país se nos obliga a vivir para trabajar y no, trabajar para vivir. La vida es demasiado corta como para que los horarios de trabajo conspiren ya no, contra el gasto energético sino que también, para una mejor calidad de nuestras vidas.

No inventamos nada, el cambio de horario se ha implementado infinidad de veces y en diversas ciudades del mundo con singular éxito.

El Poder Ejecutivo tiene las herramientas para hacerlo. No son necesario los cortes de luz obligatorios a la población como ahorro y una amenaza permanente para todos.

De igual modo, el tránsito en Montevideo, no sólo es una causa de mortalidad importante en menores de 30 años, sino que se ha vuelto pesadísimo. Demasiados vehículos en circulación.

¿No será la hora de aplicar aquella vieja disposición que indicaba determinados días de la semana para los autos con matrículas terminadas en cifras pares y otros días con las terminadas en cifras impares? Podríamos aliviar el tránsito, ahorrar una importante cantidad de combustible y hasta activar el transporte capitalino que ya está subsidiado por el gobierno.

Para ahorrar energía hay muchas formas, los cortes de energía eléctrica programados son una medida extrema para el pueblo y todavía, seguimos esperando las bombillas de luz de bajo consumo. La eficiencia es la clave, menos discurso y más soluciones concretas de real aplicación.




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