lunes, 28 de julio de 2008

Presupuesto de IMM “es una porquería”, 50% va a sueldos



El director de Cultura de la IMM, Mauricio Rosencof, confesó que vivió "a las puteadas" (sic) el paro de la Asociación de Empleados y Obreros Municipales (Adeom) y consideró que las obras que se realicen en el Teatro Solís tienen "la espada de Damocles" de los paros sorpresivos. Reconoció además que el presupuesto municipal “es una porquería. No hay plata que sea suficiente”.

-¿Cómo vivió el paro de Adeom cuando un elenco español iba a representar "Don Juan de las Calzas Verdes" de Tirso de Molina?
-A la puteadas, ¿se puede vivir de otra manera? Además, tenemos la espada de Damocles con los paros sorpresivos. Con esta administración, logramos restituir para Montevideo la ópera; este año arrancamos con Madame Butterfly, con las mejores voces, instrumentos, director. Tenemos una fecha para estrenar. Si aparece un paro sorpresivo, estamos con el Jesús en la boca y no puedo dar respuesta, como no la puedo dar respecto de levantar la basura cuando se pare Limpieza.

No voy a opinar sobre el tema, sí marco un aspecto del hecho que constataron como diario, sobre el grupo español que vino a actuar y no pudo. Luego, se repitió con la actuación del joven músico argentino Luis Aristimuño.
Tenemos una luz amarilla y no sabemos cuándo va a saltar la liebre. Escapa a las reglas de juego. Si te dicen que el paro es un 25 o 24, hacemos el espectáculo el 23, pero como son sorpresivos, te dejan como botella de jardín.

-¿Qué opina del conflicto municipal?
-Hay una comisión que está manejando la situación, está el director Pablo Anzalone, un viejo militante del Partido por la Victoria del Pueblo. Lo peor que podemos hacer es opinar sobre un conflicto que lleva años.

-¿Es difícil trabajar desde el Departamento de Cultura con el presupuesto que se cuenta dentro de la Intendencia de Montevideo?
-Es una porquería. No hay plata que sea suficiente. Más del 50% del presupuesto es para salarios; está bien, han sido conquistas obreras. Solo constato un hecho y la ciudadanía tiene que derecho a saber en qué se va la patente o los tributos domiciliarios que paga. Además, hay un 17% para funcionamiento y se tiene que arreglar calles, luminarias y demás.

-Ahora, ¿una temporada de ópera no permite generar ingresos mediante auspiciantes y otros recursos, por ejemplo? ¿La cultura no genera ingresos?
-Ese es un buen ejemplo. Durante la preparación para asumir, con Ricardo (Ehrlich) hablábamos de la ópera y resolvimos que no podía costarnos. Si viene una cantante famosa de Francia, la embajada se hace cargo.
Junto con la aparición de sponsores, estamos logrando poner dos óperas por año y esto es creación de primer nivel y sin cargo.

Ahora estamos "peludeando" con el Museo de las Culturas. El ex Bazar Mitre tiene varios pisos, subsuelos, todo esto hará actividad en la zona. La inmigración es importante y tenemos que contar la historia según el número de abuelos. Hay veintidós colectividades y van a estar presentes todas: la armenia, judía, española, italiana. Tienen que estar presentes todas porque el tema de las migraciones es muy urticante hoy; también hablaremos de esto.

-Como hombre de la cultura, ¿qué piensa de los planteos de Luis Mardones respecto de la televisión chatarra?
-Muchos pensamos parecido. El baile del caño es antes de cenar o de sobremesa. No creo que sea educativo, pero las latas son muy baratas. Hay que buscar alguna vuelta, no sé si es la que propuso Luisito, pero es un tema para la mesa de las preocupaciones.

-La IMM comenzó a darle un fuerte apoyo a proyectos teatrales de la ciudad a partir de este año, ¿en qué consisten?
-Se acaba de expedir el jurado del programa Montevideo, Ciudad Teatral. Hay 24 grupos teatrales que recibirán un monto acorde a sus proyectos. Esto se reeditará todos los años, la cifra que tenemos es de $ 2.500.000; vamos a hacer una conferencia de prensa. Más cuesta la obra de la Sala Justino Zavala Muniz en el Teatro Solís, pero la vamos a terminar el 2 de octubre. Contará con los espacios de ensayo de la Comedia y la Filarmónica; incluso, tendremos el restaurante en el viejo local de El Águila.

-¿Cómo se maneja que la actividad cultural no sea vista como uno de los objetivos básicos de los municipios?
-Es cierto, pero también lo es que estamos muy bien vistos. Cuando el defensor del vecino, Fernando Rodríguez, planteó que quería hablar con los directores municipales, dejó a este departamento. Se le dijo que faltaba hablar con Rosencof, pero contestó que no, que no tenía quejas de los vecinos contra el Departamento de Cultura.

“Quien vea gris a la ciudad que cambie los Ray Ban”
-¿Existe un movimiento de cultura de los barrios que requiere de espacios de expresión o la IMM?
-Quien crea que esta es una ciudad gris, que se cambie los "Ray Ban". Montevideo canta desde los barrios. Tenemos espacios esquineros, los vecinos no esperan que lleguemos para armar la murga o el grupo de rock. Pasemos al tema Proyecto Esquinas. La Facultad de Humanidades nos confirmó que la gente de los barrios humildes y los asentamientos pedía clubes sociales y deportivos porque desaparecieron los boliches.

Levantamos 50 lugares esquineros, con "Ubú Rey" en La Teja, por ejemplo. Si hay que apoyar una murga de una esquina, van Pitufo Lombardo o Pinocho Routin.
Esta actividad tiene la particularidad del afincamiento. Es muy importante que la Filarmónica vaya 50 veces por año a los barrios, lo va a seguir haciendo, pero cuando se va solo quedan los sonidos, la alegría y la referencia del día.
Ahora, con el afincamiento logramos la contención de la muchachada y la identidad ciudadana y nacional.

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