
MOVIMIENTOS ELECTORALES Y GIRAS POR EL PAÍS
Los blancos se lo toman sin ninguna culpa y ya están recorriendo el interior para recuperar a los votantes que perdieron en los últimos comicios, cuando la izquierda les quitó varias intendencias y se llevó el gobierno nacional. Los vaivenes y las fricciones internas son cosa del día a día entre los blancos.
Entre los colorados el problema parece aludir más al quién que al cuándo. El único dirigente que ya parece haber respondido a ese dilema entre ser o no ser –Pedro Bordaberry– también recorre el interior en procura de consolidar su imagen como precandidato. Si bien en los demás sectores colorados aún no se perfilan claramente los postulantes, Bordaberry ya busca desbrozar el terreno, no sea cosa que se encuentre con sorpresas. Por eso prácticamente pidió al ex presidente Jorge Batlle que guarde silencio porque cada vez que habla los colorados pierden votos.
En el oficialismo el presidente Tabaré Vázquez anunció a los suyos que saldrá a recorrer el interior del país para defender su gestión, que será la principal bandera de quien sea candidato en la izquierda. ¿José Mujica? ¿Danilo Astori? Ese parecía ser el eje de los posibles candidatos, pero apenas surgieron dudas de que ninguno de los dos lo sea (uno por la edad y el otro por las resistencia internas que genera) se empezó a mover la segunda linea. Y por eso en los últimos días el vicepresidente Rodolfo Nin Novoa fue ensalzado en un acto de la 738 y el director de la OPP, Enrique Rubio, salió a discrepar con Astori en torno a algunos aspectos de la reforma tributaria.
La situación quizás se resuma en una frase que el principal precandidato nacionalista, Jorge Larrañaga, le dijo a El Observador: “Eso de decir ‘este no es tiempo de candidaturas´ no me lo cree ni la vieja mamá”.
Perdurar. Porque, al menos en el Partido Nacional, aquella frase desgastada por los políticos que dice “estos no son tiempos electorales” parece estar dejando paso a una actitud más sincera y pragmática. El propio Larrañaga visitó en el último mes más de cincuenta pueblos de todo el país.
A los viajes del líder de Alianza Nacional se suman los movimientos de los precandidatos herreristas quienes andan recolectando adhesiones en cada departamento. La semana pasada Larrañaga se cruzó con el senador Luis Alberto Heber en Artigas, y el senador de Correntada Wilsonista, Francisco Gallinal, se encontró en Minas con el ex presidente Luis Alberto Lacalle.
“Yo estoy visitando todo el país porque me parece que la campaña electoral es una forma de tratar de perdurar uno en la vida política, y si uno perdura también viven sus ideas. A nadie le debería dar vergüenza decir que está en campaña electoral”, dijo a El Observador la diputada Beatriz Argimón.
Lacalle ha dicho que si Tabaré Vázquez sale a recorrer el país para defender su gobierno –lo cual entiende correcto– él le seguirá los pasos para responderle. Pero, aunque aún Vázquez no ha concretado su anuncio, tanto Lacalle como Heber y los también herreristas Carmelo Vidalín y Juan Chiruchi recorren rutas y caminos del país.
“La interna herrerista nos está motivando a todos y por eso la campaña en el Partido Nacional ha cobrado mayor intensidad”, dijo Heber quien la semana pasada estuvo en Artigas, Salto, Colonia y Rocha.
Por su parte, Gallinal ha dedicado los últimos días a realizar veinte actos en Canelones, además de visitar Cerro Largo y Treinta y Tres. “La gente ya está pensando en las elecciones. Y los blancos están más animados porque ya no tienen dudas de que el Frente Amplio no gana en la primera vuelta”, contó Gallinal.
En estas visitas a los virtuales votantes, cada dirigente nacionalista atiende sectores del electorado que responde a sus futuras ambiciones. Larrañaga ya se sabe candidato presidencial y en sus viajes aceita su estructura política e intenta conseguir nuevas adhesiones. Los herreristas ponen el ojo en los militantes de ese sector. En tanto, quienes aspiran a ganar o a mantener una banca en el Senado tejen alianzas para, luego, elegir a quien votarán para presidente. Los candidatos a diputados son quienes menos viajan ya que el botín electoral que necesitan está dentro de sus departamentos.
Fuente: El Observador, 8 de octubre
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