viernes, 18 de abril de 2008

Los malos negocios del Estado



Los uruguayos estamos acostumbrados a escuchar permanentemente sobre los ya no malos sino pésimos negocios del Estado.
A propósito de que lo de Pluna está en el tapete y algunos se regocijan al ver los nuevos aviones adquiridos en Canadá, es sano recordar lo que nos ha sucedido en este tipo de aventuras anteriormente.
Más importante aun es que todos los ciudadanos recuerden que el Estado somos nosotros y que si la aventura resulta negativa, pagamos todos. Para que quede más claro, parte del presupuesto se destina al servicio de la deuda externa, en un altísimo porcentaje producto de inversiones erróneas y salvatajes de bancos fundidos. Para un empresario esto resulta muy claro, así como resulta claro que ningún empresario hubiese tomado el lugar que tomó el Estado uruguayo en Pluna al asociarse primero con Varig y ahora con Leadgate, en las condiciones que lo hizo.
Ningún empresario uruguayo hubiese comprado las estaciones de Sol Petróleo en Argentina al precio que las compró, y sin embargo el Estado uruguayo a través de ancap lo hizo.
Volviendo a los nefastos negocios, debemos recordar lo de San Luis Finantial en la compra del Banco Comercial y lo del Banco Pan de Azúcar adquirido por Stephane Benhamou.
Respecto de Pluna, si bien es cierta la importancia estratégica que tiene para nuestro turismo así como el permanencia de las fuentes de trabajo, el riesgo es altísimo y no hay garantías suficientes de parte de los nuevos socios, ni hay antecedentes de idoneidad en el manejo de una línea de aeronavegación. Todo esto se lleva adelante cuando el gobierno debería impulsar producciones estratégicas con materias primas nacionales cuya colocación está prácticamente garantizada, como sería la instalación de tintorerías industriales para textiles, curtiembres para procesar la enormidad de cueros vacunos que se faenan y que se seguirán faenando para alimentar la exportación de carne, sólo por mencionar algunas oportunidades.
Así las cosas, no parece que el país haya cambiado en relación con gobiernos anteriores y no condice con la tan promocionada idea de país productivo. Una vez pasada la bonanza en los precios de nuestros productos primarios, el país volverá a sufrir una severa crisis, cayendo nuevamente el empleo, el nivel de inversión y el nivel de vida de muchos ciudadanos. Habrá una severa caída del pbi, lo que aumentará a niveles muy altos el porcentaje comprometido de la recaudación (hoy cercano al 60) y también el riesgo país, lo que hará que aumente el costo del dinero que ya debemos, por lo que sería muy eficiente recomprar deuda con el alto nivel de reservas actual del Banco Central.
El gobierno no debe ocupar su tiempo en las próximas elecciones, sino agotar horas de trabajo en dialogar con los sectores productivos para llevar adelante emprendimientos como los que mencionaba, atendiendo créditos de inversión a través de la cnd, créditos blandos, con años de gracia y tasas internacionales, haciendo un seguimiento de cada inversión para evitar que ocurra lo de Mi Granja. La cnd debe tener mentalidad empresarial.

Brecha, 18 e abril

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