Según analistas, medidas monetarias no son suficientes para frenar suba de precios
Expertos afirman que las decisiones deberán complementarse con una moderación del gasto La política monetaria es “insuficiente” para evitar la aceleración de la inflación –impulsada principalmente por el alza sostenida de los precios de las materias primas y la energía–, y en el corto plazo será necesario recurrir a nuevas medidas de política fiscal que impacten directamente sobre el Índice de Precios al Consumo (IPC), coincidieron en señalar analistas económicos consultados por El Observador. También destacaron que el gobierno deberá enfrentar el “dilema” de continuar el combate frontal contra la suba de precios –con una mayor contracción monetaria que puede exacerbar la caída del tipo de cambio–, o resguardar la competitividad de la economía, que hoy mantiene niveles “adecuados”. Esos comentarios fueron realizados luego que el Banco Central resolviera el jueves 17 mantener sin cambios la tasa referencia de política monetaria en 7,25% por quinto mes consecutivo. Para Gabriela Mordecki, directora del Área de Coyuntura del Instituto de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas, el gobierno tiene en este momento “pocos instrumentos” para manejar, y las medidas de política monetaria “lo único que están produciendo es la caída del tipo de cambio”. En ese sentido, afirmó que se está llegando a un grado “que compromete la competitividad”, sin que se noten efectos relevantes en la contención de los precios. La economista señaló que deben adoptarse medidas fiscales que impacten directamente en la inflación, de tipo similar al paquete de subsidios y rebajas de tarifas anunciado en setiembre. Con esa visión coincidió el economista Michele Santo, quien sostuvo que “a corto plazo (iniciativas fiscales directas sobre precios regulados) son lo único que puede evitar la aceleración de la inflación”. Esas medidas deberán complementarse con una moderación del gasto público y aumentos salariales reales que solo contemplen el incremento de productividad, acotó. Sobre este punto, Mordecki dijo que el control del gasto será “un problema”, por los compromisos asumidos de cara a la última Rendición de Cuentas con aumento de recursos, previo al año electoral. Si bien el Ministerio de Economía tiene sobre la mesa la “herramienta fiscal” para combatir la suba de precios, su aplicación inmediata se enfoca a un manejo más “prudente” de la expansión del gasto público, y no están en carpeta nuevos subsidios ni bajas de tarifas con cargo a Rentas Generales. No obstante, la Rendición incluirá partidas extras de US$ 130 millones para la educación y unos US$ 40 para la salud, a lo que se sumarán fondos destinados a seguridad e infraestructura, en un espacio fiscal de US$ 350 a US$ 400 millones adicionales de gasto. Por su parte, Pablo Roselli, de la consultora Deloitte, dijo a El Observador que “la evolución de precios en los próximos dos meses va a ser importante”, y coincidirá con una “apreciación” de la moneda . Frente a esto, dijo que el gobierno enfrentará el “dilema” de ser más contractivo en la política monetaria subiendo las tasas –a riesgo que un deterioro de la coyuntura internacional conduzca a un enlentecimiento de la economía–, o mantener la tasa call en 7,25%, y correr el riesgo que el contexto externo no empeore y continúe el crecimiento de demanda interna y externa, sosteniendo las presiones inflacionarias.
El Observador, 21 de abril
Expertos afirman que las decisiones deberán complementarse con una moderación del gasto La política monetaria es “insuficiente” para evitar la aceleración de la inflación –impulsada principalmente por el alza sostenida de los precios de las materias primas y la energía–, y en el corto plazo será necesario recurrir a nuevas medidas de política fiscal que impacten directamente sobre el Índice de Precios al Consumo (IPC), coincidieron en señalar analistas económicos consultados por El Observador. También destacaron que el gobierno deberá enfrentar el “dilema” de continuar el combate frontal contra la suba de precios –con una mayor contracción monetaria que puede exacerbar la caída del tipo de cambio–, o resguardar la competitividad de la economía, que hoy mantiene niveles “adecuados”. Esos comentarios fueron realizados luego que el Banco Central resolviera el jueves 17 mantener sin cambios la tasa referencia de política monetaria en 7,25% por quinto mes consecutivo. Para Gabriela Mordecki, directora del Área de Coyuntura del Instituto de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas, el gobierno tiene en este momento “pocos instrumentos” para manejar, y las medidas de política monetaria “lo único que están produciendo es la caída del tipo de cambio”. En ese sentido, afirmó que se está llegando a un grado “que compromete la competitividad”, sin que se noten efectos relevantes en la contención de los precios. La economista señaló que deben adoptarse medidas fiscales que impacten directamente en la inflación, de tipo similar al paquete de subsidios y rebajas de tarifas anunciado en setiembre. Con esa visión coincidió el economista Michele Santo, quien sostuvo que “a corto plazo (iniciativas fiscales directas sobre precios regulados) son lo único que puede evitar la aceleración de la inflación”. Esas medidas deberán complementarse con una moderación del gasto público y aumentos salariales reales que solo contemplen el incremento de productividad, acotó. Sobre este punto, Mordecki dijo que el control del gasto será “un problema”, por los compromisos asumidos de cara a la última Rendición de Cuentas con aumento de recursos, previo al año electoral. Si bien el Ministerio de Economía tiene sobre la mesa la “herramienta fiscal” para combatir la suba de precios, su aplicación inmediata se enfoca a un manejo más “prudente” de la expansión del gasto público, y no están en carpeta nuevos subsidios ni bajas de tarifas con cargo a Rentas Generales. No obstante, la Rendición incluirá partidas extras de US$ 130 millones para la educación y unos US$ 40 para la salud, a lo que se sumarán fondos destinados a seguridad e infraestructura, en un espacio fiscal de US$ 350 a US$ 400 millones adicionales de gasto. Por su parte, Pablo Roselli, de la consultora Deloitte, dijo a El Observador que “la evolución de precios en los próximos dos meses va a ser importante”, y coincidirá con una “apreciación” de la moneda . Frente a esto, dijo que el gobierno enfrentará el “dilema” de ser más contractivo en la política monetaria subiendo las tasas –a riesgo que un deterioro de la coyuntura internacional conduzca a un enlentecimiento de la economía–, o mantener la tasa call en 7,25%, y correr el riesgo que el contexto externo no empeore y continúe el crecimiento de demanda interna y externa, sosteniendo las presiones inflacionarias.
El Observador, 21 de abril
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