lunes, 28 de abril de 2008

Las empresas pierden competitividad



Empresas que dan más empleo están perdiendo competitividad.
TIPO DE CAMBIO REAL CAYÓ 24,8% EN LOS DOS PRIMEROS MESES DEL AÑO

Vuelven a venderle a los países del Mercosur porque no pueden competir más lejos. Algunas firmas dejaron de agregar valor porque no resisten los costos de producción

Las ramas de actividad que ofrecen más empleos son las que más terreno están perdiendo en la competencia internacional. “Algunas exportadoras directamente ya no pueden competir y están volviendo al Mercosur, justamente lo que queríamos evitar”, dijo a El Observador el presidente de la Cámara de Industrias (CIU), Diego Balestra, al explicar la situación que se está viviendo.
En la misma línea, Edmundo Macchi, tesorero de la Unión de Exportadores opinó que “las empresas con mayor valor agregado son las que están teniendo mayores dificultades”.

Por su parte, Dolores Benavente, asesora de la Cámara Nacional de Comercio (CNCS), dijo que “hay empresas de servicios, en particular de turismo y logística, que están perdiendo competitividad”.

Hay consenso entre los empresarios en que los números globales de competitividad están cayendo pero todavía no llegaron a niveles inferiores a los de 2000 o 2001, y esconden realidades muy diversas.

Son unos pocos rubros los que se salvan de los efectos de la caída del dólar de los últimos meses y de una inflación más alta: aquellos que comercializan materias primas y compensan las pérdidas de competitividad con los precios en alza. El resto hace lo que puede, aseguran los representantes de las distintas cámaras.


Dólar, inflación y competitividad. La apreciación de la moneda hace que por cada dólar que se exporta se reciban cada vez menos pesos. Por lo tanto, las exportaciones cada vez rinden menos frente a costos internos crecientes en pesos, como los salarios y las tarifas, en especial las de combustible y energía. Esos costos crecientes pueden llevar a perder totalmente la rentabilidad de un negocio o, al tener que subir los valores de exportación, quedar fuera de competencia.

La forma de medir el doble efecto negativo de la inflación y la caída del dólar se denomina inflación en dólares. Esa es justamente la medición que se toma en cuenta para comparar la competitividad entre países. Se trata de cómo evolucionan los precios de un país de cara al mundo.

En ese sentido un país es más competitivo si su inflación en dólares fue menor a la de otro país. Si bien el dólar cae en todo el mundo, no cae en igual magnitud en todos lados ni la inflación de cada país es igual.

Hay otros factores que deberían tomarse en cuenta a la hora de medir la competitividad, como ser la infraestructura, la capacidad de innovación y la productividad, pero por falta de información se sigue midiendo a través de los índices de tipo de cambio real, que comparan la inflación en dólares de diferentes países.


Pérdida de valor agregado. Macchi indicó que hay sectores que dejaron de agregar valor a sus productos porque los costos internos ya no les permiten competir con un precio atractivo. Ese es el caso de los fabricantes de lana que cada vez producen más lana sucia y menos lana procesada, dijo.

En tanto, Balestra aseguró que los sectores que impulsan las exportaciones son la carne, arroz, lácteos y las empresas industriales de las zonas francas, “el resto no tiene fuerza”, acotó.

Por otro lado, se refirió a las empresas que trabajan en el mercado local y que deben competir con artículos importados con un dólar barato “que los mata”.

“Suben los costos medidos en dólares en buena medida por el aumento del costo de la mano de obra que se incrementó por encima de lo que puede haber crecido la productividad”, agregó.


En cifras. De acuerdo con el índice de tipo de cambio real efectivo, que elabora el Banco Central para medir la competitividad, en los primeros dos meses del año Uruguay perdió 24,8% de su capacidad de competir con el mundo.

En 2007 la baja había sido de 6,78% y se acumula 20,8% desde el nivel máximo de enero de 2004. Ese nivel superior se dio tras la fuerte devaluación de la moneda uruguaya luego de la crisis de 2002. La contracara de la devaluación fue una disparada del dólar, que benefició a los exportadores.

No obstante, el índice tipo de cambio real efectivo, debería medirse en un período de mayor plazo para poder abstraerse de los descensos por la caída del dólar o los ascensos por un alza de dicha moneda. En ese sentido, tomando los datos desde 2000 (cuando el BCU comenzó la medición), Uruguay se encuentra hoy en una posición más favorable que en aquella fecha. Con respecto a enero de ese año, la competitividad es ahora (con el último dato disponible de febrero de 2008) 16,63% superior.

Eso fue lo que enfatizó el ministro de Economía, Danilo Astori, en su alocución del pasado jueves en un almuerzo de ADM.

Sin embargo, en aquel momento la competitividad de Uruguay no era la óptima. Desde que se implementó el plan de estabilización a comienzos de los años de 1990, que logró reducir la inflación a un dígito, el país fue perdiendo lentamente capacidad de competir.

En el año 2000 ya era notoria la necesidad de devaluar y los sectores exportadores denunciaban la existencia de atraso cambiario.

El Observador, 28 de abril

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