viernes, 30 de mayo de 2008

Voluntarios contra frío y pobreza



Observa dialogó con dos brigadas de voluntarios que recorren Montevideo llevándole un plato caliente a las personas en situación de calle. "Estamos convencidos de nuestro granito de arena", dijo una joven a Observa

Cuatrocientos cincuenta montevideanos duermen con el cielo como techo y con hojas amarillas como colchón. Imposible soñar con los angelitos cuando, además, se cena un plato de nada. Las personas que viven permanentemente en situación de calle no van a los refugios; entonces, los voluntarios deben ir hacia ellos. Así lo hacen Andrea Rodríguez y los miembros de la Brigada Caldo, un grupo de alumnos y ex alumnos del colegio Santa Teresa que encontraron una mejor respuesta que encogerse de hombros ante la realidad. También lo hacen René Arellano y allegados a la Cruz Roja que, aunque Meteorología pronostique -3°C salen de todas formas.

"Estamos convencidos de nuestro granito de arena", declaró Rodríguez a Observa. Alrededor de 10 chicos salen cada martes y jueves de 21:30 hasta la 1, entre mayo y setiembre, a recorrer el barrio para darles a la personas en situación de calle algo calentito para llevarse a la panza.

Si bien habló una joven, las apariencias engañan. La Brigada Caldo está compuesta por veteranos del voluntariado. Desde 2002 mantienen la campaña que se repite cada invierno y ayudan entre 70 y 100 personas todas las noches. "Llevamos caldo, guiso de arroz, pan y mandarinas", dijo, pero rápidamente se retractó. Para las primeras salidas de este año todavía no han podido contar con la pieza de pan en el menú, porque ninguna panadería les ha enviado una donación. "Pedimos lo que les sobre", rogó Rodríguez.

Mejor suerte tuvieron con una verdulería por lo que la sopa va bien polenteada, pero necesitan otros ingredientes como arroz, lentejas, arvejas, caldos, aceite y salsa de tomate. "¿Qué es donar un aceite una vez al mes? Quizás es lo que gastás en el quiosco en golosinas", comparó, esperando que la inflación no haya vuelto al uruguayo más amarrete.

Por su parte, la Cruz Roja comenzará, en breve, la larga travesía que hace por la ciudad hasta las heladas 4 de la mañana. Desde el Puente Carrasco hasta el Cerro, la ambulancia y los voluntarios visitan, uno por uno, a los que requieren su ayuda. "Les ofrecemos cocoa y pan con dulce", habló Arellano sobre la cena. Sus salidas se producen tres o cuatro días a la semana hasta que la primavera destierre al frío.

Al igual que Rodríguez, Arellano también hizo el pedido: "Necesitamos donación de leche en polvo".

Reacciones

De las personas sin techo se dicen muchas cosas. Que son sucios, borrachos, drogadictos, que están locos. A estos voluntarios les preocupa solo dos cosas: que estén afuera y que estén solos. "La gente de la calle tiene valores", apuntó Arellano con autoridad.

Rodríguez relató que ha tenido mil y una experiencias y que, en muchas de ellas, ha completado la jornada conmovida. "Un cuidacoches de la esquina de la Facultad de Psicología nos bendijo. Hay gente a la que la da vergüenza, otros te dicen '¡otra vez guiso!' y hay gente que se pone a llorar y te agradecen", manifestó.

Arellano también tuvo historias para contar. Recordó que una vez, en Plaza España, un niño salió corriendo detrás del grupo para que fueran a buscar a su papá -alojado a la intemperie de otro rincón de Montevideo- para que también pudiera cenar. Y otra vez, contra un paredón del Cementerio de Buceo, una familia no quiso recibir más alimentos esa noche, puesto que ya les alcanzaba para el guiso y otras familias también merecían irse a dormir tras haber hecho buen provecho.


Por donaciones

Brigada Caldo: 099 992 047
Cruz Roja: 099 294 033


Observa, 30 de mayo

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