Los analistas creen que el gobierno no logrará mantener el IPC entre 3% y 7% este año. Excluyendo los precios más volátiles la inflación permanece en valores relativamente altos
La caída de los precios de las verduras y de productos sujetos a la evolución del dólar (turismo y electrodomésticos) contuvieron el aumento del Índice de Precios al Consumo (IPC) en abril y la inflación fue menor a la esperada. Sin embargo, varios analistas privados consultados por El Observador sostuvieron que las presiones inflacionarias persisten dado que si se eliminan los precios más volátiles (frutas, verduras y tarifas) los precios continúan subiendo a un ritmo relativamente alto.
La inflación de abril fue 0,33%, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), casi medio punto porcentual por debajo del 0,80% esperado en promedio por los analistas encuestados por el Banco Central del Uruguay.
De esa forma, el IPC fue de 3,2% en el primer cuatrimestre del año y de 7,08% en los 12 meses finalizados en abril. Ese último resultado, el más bajo de los últimos 14 meses, está ocho centésimas por encima del rango fijado como meta por el equipo económico para este año, de entre 3% y 7%.
Un dato de inflación por debajo de lo esperado es una buena noticia para el Poder Ejecutivo, ya que es el indicador que más preocupa y por el que más medidas se han tomado. No obstante, la baja variación del IPC en abril no constituyó una respuesta a los estímulos del gobierno, sino que se debió a las fluctuaciones de oferta y demanda fundamentalmente en los mercados de alimentos y divisas.
Si las medidas antiinflacionarias tomadas por el gobierno a fines de abril logran el efecto deseado, es probable que el aumento del IPC siga contenido durante los próximos meses.
Fuera de la meta. Un efecto contrario en la inflación tendrán las subas de los combustibles y el posible aumento de tarifas de UTE (ver página 13).
Los analistas consultados por El Observador no creen que la inflación finalice el año dentro de los márgenes previstos por el gobierno.
Existe consenso entre los economistas que el dato de abril fue positivo pero que la inflación subyacente (que no tiene en cuenta los precios más volátiles como los de alimentos y de tarifas públicas) sigue relativamente alta.
La mayoría de las estimaciones apuntan a una inflación subyacente de 0,6% en abril, superior al incremento del IPC. En ese sentido las presiones no han cedido.
La coordinadora de coyuntura del Instituto de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas, Gabriela Mordecki, aseguró que el dato de inflación fue una “sorpresa positiva”, ya que en el instituto se había proyectado una cifra más alta para abril. Sin embargo, afirmó que “esto no cambia la tendencia”. “La inflación subyacente se ubicó por encima del nivel general de precios”, añadió.
Mordecki sostuvo que el gobierno debe seguir realizando acuerdos con diferentes sectores para contener los precios de productos básicos. Por otra parte, indicó que si las medidas propuestas para contener la inflación (aumento de encajes, pagos de impuestos y de letras en dólares) también detienen la baja de la divisa, no se contará con ese factor de contención del aumento de precios.
Para el economista Pablo Roselli, de la consultora Deloitte, la inflación subyacente finalizará el año por encima de 7%. Por lo tanto, estimó que la variación del IPC dependerá de cómo evolucionen los precios de frutas, verduras y precios administrados (tarifas).
Subas y bajas. El grupo de precios que más subió en abril fue el de vestimenta y calzado (1,99%) por el inicio de la temporada; seguido por vivienda (0,82%) por el aumento de los alquileres, gastos comunes y supergas; y por el alza de los alimentos y bebidas (0,43%), donde la caída de las verduras compensó el aumento de otros rubros.
En tanto, el grupo de productos de esparcimiento, equipos recreativos y culturales registró un descenso (-1,64%) donde podría estar incidiendo la caída del dólar.
¿Por qué preocupa? La inflación es una preocupación para el gobierno, ya que afecta principalmente a las familias de menores ingresos. El aumento persistente de los precios de los productos de consumo básico, como los alimentos, quita poder de compra a los salarios.
Como los hogares de menores ingresos gastan una proporción importante en consumos básicos, son los que se ven más afectados por la inflación. Además, niveles inflacionarios mayores crean más exigencias de los sindicatos por aumentos salariales.
Eso afecta a las arcas públicas, ya que los gremios estatales también solicitan incrementos, lo que significa un mayor gasto público.
Tema de atención “permanente”
El ministro de Economía, Danilo Astori, dijo ayer que la atención sobre la suba de precios es “permanente” y “diaria”, en tanto la inflación sigue bajo control. El titular del MEF aseguró que “es fundamental” controlar las presiones inflacionarias, que han sido “muy fuertes”, en particular en el caso de los alimentos. Astori recordó que se están tomando medidas en los “campos monetario, fiscal y comercial”, y dijo que los acuerdos para bajar precios, como el del arroz, son una herramienta “importante”.
Lo dijo
Mercedes Comas
PriceWaterhouseCoopers
«Evitar el traslado de las subas del petróleo a los combustibles es la medida más efectiva para combatir la inflación»
Rafael Mantero
CPA/Ferrere
«La inflación tendencial continúa siendo alta a pesar del buen resultado mostrado por el IPC en el mes de abril»
IPC en hogares pobres
Los hogares más pobres fueron los más afectados por la inflación. En abril, el IPC de esos hogares creció 1,66%, un alza cinco veces superior a la registrada para el resto de los hogares. Los precios de vestimenta fueron los de mayor suba.
Doña María y el precio del arroz
La Comisión Sectorial del Arroz, que integran el Estado y el sector privado, se reunirá mañana para ajustar detalles de la fijación del nuevo precio, con la participación de los distribuidores. La intención es que la rebaja llegue efectivamente a los consumidores, dijo a El Observador el ministro de Ganadería, Ernesto Agazzi. Según recordó, el gobierno eliminó impuestos, como en el caso del pollo, pero cuando el producto llegaba al mercado “a doña María el precio no le bajó mucho”, dijo.
El Observador, 6 de mayo
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