miércoles, 26 de marzo de 2008

Según el Ec. Cancela, Uruguay balconea crisis de USA hasta 2010


Uruguay tiene margen para soportar impacto de crisis Presidente del Banco Central dijo que es posible “balconear” la situación dos añosCancela advirtió de que, si decae el crecimiento mundial, exportaciones pueden ser afectadas. Analistas consideran que la región está mejor preparada que antes para enfrentar la coyuntura El presidente del Banco Central (BCU), Walter Cancela, dijo ayer que Uruguay tiene por los menos dos años para “balconear la crisis”, en alusión a la capacidad de respuesta ante las dificultades que plantea el mercado financiero internacional por la crisis inmobiliaria en EEUU. El martes, el ministro de Economía, Danilo Astori, había asegurado que el país está preparado “como no lo estaba en 2005” para resistir eventuales consecuencias del impacto de esa crisis. Según Cancela, una serie de condiciones aseguran la protección del país y evitarán “efectos importantes”: el nivel de reservas, la ausencia de necesidad de financiamiento hasta 2010, la menor vulnerabilidad de la moneda, la fortaleza del sistema bancario (con baja morosidad, alto nivel de capitalización, adecuados niveles de liquidez y ausencia de bancos expuestos), la “sostenibilidad” fiscal y de la balanza de pagos, y una política monetaria “consistente” con inflación controlada. El funcionario fue ayer uno de los principales expositores en el seminario Crisis Externa: extensión y efectos para la región y el Uruguay, organizado por el Consejo Uruguayo para las Relaciones Internacionales (CURI) y la Cámara Mercantil de Productos del País. “La situación del sector público, basada en el equilibrio fiscal, permite transitar las turbulencias financieras internacionales sin efectos negativos, por lo menos en el horizonte previsible”, dijo el titular del BCU, quien agregó que la ausencia de compromiso con el tipo de cambio permite flexibilidad a la política monetaria para enfrentar eventuales presiones inflacionarias y sobre la balanza de pagos. De todos modos, Cancela advirtió que, a diferencia de crisis anteriores, los posibles impactos vendrían por la vía comercial a través del precio de los commodities agrícolas. Caída de precios. “La crisis puede extenderse y una desaceleración del crecimiento mundial puede afectar la demanda de nuestros productos y probablemente tengamos impactos en la caída de los precios de las exportaciones”, dijo a El Observador. Ese panorama se manifiesta en la presión sobre los precios internos: “la harina sube porque el trigo sube”, ejemplificó. Un informe presentado el lunes a la Mesa Política del Frente Amplio por el director de la Asesoría Macroeconómica del Ministerio de Economía, Fernando Lorenzo, mostró que la coyuntura mundial puede provocar un declive de la demanda de commodities, lo que provocará una caída de los precios internacionales. Para amortiguar los efectos de la crisis, Cancela marcó la necesidad de mantener la disciplina fiscal y el manejo de la deuda pública, asegurar la consistencia de la política monetaria con la política fiscal, continuar la mejora del marco regulatorio del sistema financiero y desestimular el sobreendeudamiento del sector privado “que aparece como riesgo cuando los ingresos son fuertes, el desempleo es bajo y la liquidez de los bancos es alta”. En el mismo foro, el economista Pablo Rosselli, de la consultora Deloitte, aseguró que Uruguay usufructúa reformas planteadas en la década de 1990 (como la liberalización del agro y la de la seguridad social), la salida en orden de la crisis de 2002 y la estabilidad de reglas macroeconómicas. Asimismo, dijo que el país “es menos vulnerable a la exacerbación de una crisis por derrame desde Argentina”, aunque la falta de energía en la región se presenta como una nueva debilidad. También llamó la atención sobre algunas señales adversas en el frente microeconómico, como las restricciones a la propiedad de la tierra, el riesgo de restricciones a las exportaciones (“por ahora no significativas”) y la política oficial sobre relaciones laborales. Región. Al mismo tiempo, varios analistas coincidieron en señalar que la región está mejor preparada que años atrás para enfrentar la crisis. El secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina (Cepal), el argentino José Luis Machinea, dijo que la región es “menos vulnerable” que en la década pasada y que la crisis afectará en mayor medida a los países que exportan y reciben remesas desde Estados Unidos, y también a aquellos que tienen necesidades de financiamiento. La desaceleración de las exportaciones de manufacturas impactará fuerte en países de América Central y México, indicó, aunque el efecto depende del tipo de producto y la capacidad para colocarlo en otros mercados. Para el asesor económico regional para el Cono Sur del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Eduardo Fernández, la región aparece “más fuerte” por varios motivos: alto nivel de reservas, bajas necesidades de financiamiento a corto plazo, menor dolarización financiera, tipos de cambios flexibles (no sobrevaluados) y la credibilidad de sus políticas macroeconómicas. “El crecimiento latino está ayudado por condiciones externas, pero con la misma suerte en otros años la región no hubiera estado tan fuerte”, apuntó. Rosselli sugirió tener una visión “cautelosa”, en especial porque la expansión económica global coincidió con desequilibrios macroeconómicos, como el exceso de gastos en EEUU, políticas expansivas en países desarrollados y el exceso de liquidez. “La inflación, que parecería muy controlada hasta hace meses, comienza a insinuarse como problema global” en distintos países, concluyó. El Observador, 26 de marzo

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