Como Herrera, el Presidente tuvo en Paso de los Toros su página a medida.
El imaginario popular dice que cuando Luis Alberto de Herrera estaba ya muy enfermo pero insistía en escribir para El Debate, le imprimían una página especial para él en la que aparecía su nota que el veterano caudillo creía publicada en la edición de ese día. Este recuerdo de charlas con nuestro abuelo nos vino a la memoria ayer, cuando vimos el acto que le organizaron al presidente Tabaré Vázquez en Paso de los Toros. Se dice que fueron cincuenta ómnibus que partieron de todos los Departamentos, trasladando a militantes, legisladores nacionales y departamentales, funcionarios del gobierno, a la plaza de la ciudad de Paso de los Toros, donde se sumaron a los habitantes del lugar logrando la platea necesaria para mostrar que el Presidente no estaba solo. Banderas tricolores y cartelería dieron la bienvenida al presidente y su séquito de jerarcas, creando la ilusión de un pueblo andante y feliz, satisfecho con el cambio. El Presidente sentó a todos sus ministros presentes y pasados sobre el tinglado armado para la ocasión y convencido como Herrera de la realidad de ese “gentío”, intentó recrear el clima que tanto resultado le había dado en las varias campañas electorales que realizó previo a alcanzar la presidencia.
Vázquez caminó por el escenario, dialogó con sus ministros, los embretó y hasta le dio a alguno un buen palo, como a Gargano – vuelto el hombre más crítico desde que salió de la cancillería- cuando le dijo: “Quisiera hacer, Polo, algunas precisiones para corregir tergiversaciones y algunas medias verdades” –parece que el informe de Joaquín Etchevert que maneja el ex canciller esta vez no fue del gusto del Presidente-; al tiempo que rezongó también con algún otro ministro que reconoció públicamente que este gobierno había “ligado” con el aumento de los precios de las materias primas en los mercados internacionales.
El calor del discurso le hizo tener un lapsus mujiquesco cuando aclaró que no solo ha sido suerte sino también esfuerzo. Pero los palos no fueron solo para los suyos, también le llegaron a la supuesta “oposición” de blancos y colorados, a quienes ha tenido –hay que reconocerlo- la gran habilidad de dejarlos sin argumentos. Todos lo felicitan porque este gobierno hizo todo lo que no les dejó hacer a ellos, cuando estaba del otro lado del mostrador..
Una hora y 29 minutos duró el discurso del Presidente, en el que criticó a los críticos, a quienes sólo dan “malas noticias”, y no difunden la “OBRA” de su gobierno. Son los “profetas del oscurantismo y el negativismo”, quienes dijo le atribuirían “intenciones espurias. Van a decir que este era un acto frenteamplista. Este es un acto del gobierno nacional para todos los uruguayos”.
Peor, aún el Frente pagó la locomoción de un acto para todos los uruguayos, donde logró juntar unas 2000 personas, en su mayoría integrantes del gobierno.
Un hora y 29 minutos en la que el Presidente si bien abordó temas como el Impuesto a la Renta o la posibilidad de salir del régimen de AFAPS, y la rebaja salarial que genera el FONASA, respondiendo a trabajadores, jubilados y pensionistas, desconoció los reclamos de policías, funcionarios de los Caif, maestros, pequeños agricultores, de los funcionarios de AFE, de la Seguridad Social y demás Entes que se hicieron presentes.
En los anuncios de Vázquez no hubo nada nuevo, salvo la ratificación que no aceptaría que le “impongan” del funcionariado. La jornada de Paso de los Toros llegaba a su cierre con un presidente absolutamente convencido del apoyo popular con que cuenta y de que si no tiene más, es por culpa de los agoreros que solo tiran pálidas.
La encuesta de opinión de la empresa Interconsul, que dice que sólo uno de cada dos frenteamplistas apoya la gestión del gobierno, es decir la mitad está desconforme había quedado atrás. El presidente parece que ni siquiera se enteró de ello, pues al igual que Herrera él tuvo su página de El Debate en la plaza de Paso de los Toros.
Fuente: La Juventud, 12 de marzo
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