martes, 14 de octubre de 2008

Manual para entender la crisis global



Colapso financiero. Seis claves para entender lo que está pasando Técnicamente aún no hay recesión en Estados Unidos La Gran Depresión fue mucho más grave que la situación actual
The New York Times (NS) K. Blanton
Las calamidades financieras se produjeron en oleadas en las dos últimas semanas, incluyendo descensos continuos de las viviendas, rescates gubernamentales de gigantes financieros y la desaparición de venerables firmas de Wall Street.
Repentinamente se ha vuelto necesario entender los términos financieros y aprender a moverse entre detalles complejos sobre el funcionamiento interno de un sistema financiero estadounidense -y mundial- que está en crisis. Para entender la situación es necesario entender al menos seis claves.
1.Por qué los títulos respaldados por hipotecas son un problema
Durante el auge de la compra de viviendas muchas entidades crediticias otorgaron préstamos subpreferenciales a compradores de casas. Estos préstamos presentaban riesgos y tenían tasas de interés que aumentaron durante su vigencia. Wall Street compró estos préstamos subpreferenciales y los vendió.
Los inversionistas metieron al menos US$ 1.000 millones en estos títulos respaldados por hipotecas subpreferenciales hasta que el mercado de la vivienda se desaceleró y los compradores de casas cayeron en mora en cantidades récord y se cayó el valor de estos títulos.
Estas pérdidas son la raíz de la crisis. Conforme sigue decreciendo el mercado de la vivienda y la economía se desploma, las pérdidas se están propagando al mercado hipotecario tradicional y amenazan con profundizar la desaceleración económica. Los inversionistas han perdido hasta ahora US$ 600 mil millones en títulos respaldados por hipotecas preferenciales y subpreferenciales, según Global Insight.
2.Cobertura por riesgos crediticios: una bomba de tiempo.
"Armas de destrucción masiva financiera``, así llamó el inversionista Warren Buffett a las coberturas por riesgos crediticios que derribaron a American International Group.
Son contratos de seguros adquiridos por inversionistas para protegerse contra pérdidas por títulos respaldados por hipotecas. AIG perdió US$ 18 mil millones por estas pólizas.
Las coberturas se popularizaron entre los especuladores y los fondos de cobertura de riesgos. Las coberturas también están respaldadas por tarjetas de crédito, préstamos para coches, negocios y de otro tipo, y una larga cadena de transacciones de cobertura vinculadas con inversionistas en este mercado de US$ 62 billones.
3.La crisis del mercado financiero conduce a una contracción del crédito.
Conforme aumentaron las pérdidas, el pánico se apoderó de todo el sistema financiero. Los préstamos escasearon y se volvieron caros, creando una contracción del financiamiento. Sin préstamos, hay menos gasto y una desaceleración económica.
Las corporaciones están teniendo dificultades para acceder el mercado crediticio para financiar los gastos cotidianos. American Express redujo los límites de las tarjetas de crédito y Bill Heard Enterprises Inc., el mayor distribuidor de coches de EE.UU., tuvo que cerrar porque no podía arreglar financiamientos para los compradores.
La contracción del crédito es la razón principal por la que el secretario del Tesoro, Henry Paulson, y el gobernador de la Reserva Federal, Ben Bernanke, diseñaron un plan de rescate. Esto permite que el gobierno federal compre hipotecas a las compañías financieras, lo que a su vez les libera capital para que puedan prestar a empresas para inversiones y a consumidores para comprar con tarjetas de crédito y otros préstamos.
4.Rescates podrían flexibilizar la contracción del crédito.
El gobierno de Bush ideó un plan para gastar US$ 700 mil millones para comprar las hipotecas de baja calidad a compañías financieras e inversionistas en quiebra. Hay que agregar a eso US$ 85 mil millones por la adquisición del American International Group, la aseguradora estadounidense más grande, y se inyectarán otros US$ 200 mil millones a Fannie Mae y Freddie Mac, dos compañías hipotecarias. Casi US$ 1 billón podría ser el precio del rescate financiado por los contribuyentes, eso significa más de US$ 3 mil por cada persona en EE.UU.
Nariman Behravesh, economista en jefe de Global Insight, dijo que el costo final será menor porque el gobierno venderá muchos activos. Sin embargo, aun si el rescate hipotecario cuesta US$ 700 mil millones, eso equivaldría a sólo 4,5% del PIB estadounidense. En comparación, el rescate bancario de Japón en los ochenta y el del presidente Franklin Roosevelt del sistema bancario estadounidense fueron de 20% del PIB.
5.El sistema bancario sigue siendo un problema.
La fortaleza del sistema bancario estadounidense también es una preocupación importante. Los bancos han estado bajo una tensión severa conforme los prestatarios han caído en mora de los pagos de hipotecas, dejando a las entidades crediticias con carteras de casas embargadas y pérdidas crecientes.
En 2007 empezaron a quebrar diversas entidades crediticias que concedieron hipotecas subpreferenciales y los problemas se aceleraron en las últimas semanas cuando quebraron las principales compañías bancarias.
Reguladores federales confiscaron a IndyMac Bank en julio y la semana pasada lo hicieron con Washington Mutual Inc. que se tambaleaba por su cartera de préstamos subpreferenciales. JPMorgan Chase la compró en US$ 1,9 mil millones. Fue la quiebra más grande en su género en la historia bancaria estadounidense. La Bank of America Corp. también adquirió Merrill Lynch & Co., la correduría más grande del país.
Si siguen avanzando, habrá una porción mayor del mercado en manos de menos instituciones financieras.
6.Recesión contra gran depresión. ¿Qué tan mal está la economía?
Los sucesos de las dos semanas pasadas fueron dramáticos, pero no rivalizan con la Gran Depresión. Entonces, se hundieron 1.500 bancos, cerraron fábricas y uno de cada cuatro estadounidense estaba desempleado. La crisis actual golpeó duro a Wall Street, pero no ha devastado a la economía estadounidense. El desempleo en agosto fue de 6,1%, una tasa baja históricamente, y EE.UU. no está técnicamente en recesión pues la economía creció 2,8% en el segundo trimestre.
No obstante, muchos economistas creen que el país entró en recesión en el tercer trimestre y, si el sistema financiero no se estabiliza, la economía podría entrar en una crisis prolongada y profunda. El año entrante, pronosticó Global Insight, la economía estadounidense crecería menos de un punto porcentual, y el índice de desempleo podría alcanzar 7% o más. Las cosas podrían empeorar sin una inyección de dinero del rescate federal al sistema, lo que contrarrestaría parte del impacto negativo de la contracción del crédito, dijo el economista Behravesh.
El País Digital, 12 de octubre

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