miércoles, 15 de octubre de 2008

"El problema no es fiscal, es de gasto"



Economista, consultor, ex subsecretario de Economía, Javier de Haedo, blanco equidistante, evita las visiones catastrofistas que agitan los voceros de la oposición y las optimistas y complacientes de los voceros oficiales. La crisis internacional va a pasar por Uruguay, inexorablemente, pero De Haedo confía en que el gobierno adoptará medidas correctivas llegado el caso. Y éstas se centran en el nivel de gasto y en establecer pautas salariales acordes a la coyuntura. Un ajuste fiscal en un país de altos impuestos no es la receta. El problema tampoco está en los bancos ni en el financiamiento. Ve que la temporada turística no será tan buena como la esperada.
Alejandro Nogueira
-Los gobiernos de EE.UU. y Europa están poniendo cifras siderales para conjurar la crisis financiera pero ésta sigue y el temor no cede ¿Por qué?
-Creo que se debe a que aún no se termina de conocer la magnitud del problema y que se teme que sea aún mayor a lo que aparenta ser. Mientras esto suceda, se va a creer que las municiones son insuficientes y se esperará más.
-¿Cómo nos pega una recesión en Europa y EE.UU.?
-Más allá de la creciente importancia de China y otras grandes economías emergentes, EE.UU. y Europa siguen siendo el principal motor del mundo. Si entran en recesión ese motor se apaga y hay menos crecimiento económico y aún menos crecimiento del comercio mundial. El Uruguay de los últimos años, que se metió en la globalización, no puede no sentirlo.
Si el crecimiento económico se enlentece, no habrá un problema fiscal. El problema puede venir si el nivel de actividad cae, y más aún si cae el consumo, al cual está ligada la recaudación, pero no es éste el escenario que aparece hoy como el más probable.
-Si hay financiamiento para "tirar" en 2009 ¿habrá necesariamente ajuste fiscal en 2010?
-2010 está todavía muy lejos. Ni siquiera hemos terminado 2008 y hoy hay un gobierno a cargo de la situación. Y aún cuando el próximo es un año electoral, yo no descartaría que el actual gobierno tomara medidas correctivas si la situación lo requiriera. Siempre hay que ver cuál es la alternativa y ésta puede ser peor incluso políticamente. Una medida correctiva posible podría ser poner un tope a la ejecución presupuestal.
No creo que haya que pensar en un ajuste fiscal porque si hay una cosa clara en nuestro país es que los impuestos son altos y no bajos. Nuestro problema no es de impuestos bajos sino de gasto alto. Subir impuestos puede ser muy negativo en un contexto de receso o escaso crecimiento. Lo que hay que corregir es el nivel de gasto primario, que desde 2007 viene volando en forma inconsistente con una tasa de crecimiento económico "normal" para nuestro país.
-¿Cree que el único problema es que caigan los precios de los commodities? ¿Qué representa esto para Uruguay?
-No, el problema es mucho más amplio: la recesión mundial, el fortalecimiento del dólar, la dificultad para acceder a financiamiento, la caída de los precios de los commodities.
Lo de los precios de los commodities (que todavía están muy arriba de los niveles previos al boom de los últimos años) impacta en la rentabilidad de los sectores productores de bienes primarios. Pero esta rentabilidad también estará determinada por una reducción de algunos costos y por la recuperación en el precio del dólar.
-Desde el punto de vista de flujos como el turismo ¿qué puede esperarse para este verano?
-Hay que ver por un lado, dónde estarán el real, el peso argentino y el peso uruguayo al momento en que se tomen las decisiones en materia de hacer turismo. Por otro lado, si los turistas que habitualmente recibimos tienen pérdidas de ingresos o patrimoniales. Es evidente que esta próxima temporada ya no va a ser tan buena como se hubiera esperado dos meses atrás.
-¿Y en materia de inversiones, tanto internas como externas?
-En un contexto como el actual, deben esperarse menos inversiones o la interrupción de proyectos de inversión, y es posible que en algunos casos esto suceda. Sin embargo, creo que el tipo de inversiones que hemos estado recibiendo, las más importantes, están más allá de la coyuntura y llegaron para quedarse. Creo que ahora más que nunca debemos cuidar a los inversores mediante la estabilidad de las reglas de juego y las políticas de Estado. Es más probable que dejen de venir si hacemos cosas equivocadas nosotros mismos.
-Usted ha dicho que las pautas salariales se hicieron para un mundo que dejó de existir. ¿Qué debe cambiar? ¿Alcanza con una cláusula de salvaguarda que diga si las cosas empeoran nos sentamos de nuevo a discutir como propone el gobierno?
-Las pautas salariales fueron diseñadas en junio-julio, para un mundo que ya no es ni será. Se establecieron bajo el supuesto de que la economía seguiría creciendo a buen ritmo en un mundo parecido al de los últimos años. Cuando un país recibe un shock negativo como el que enfrentamos, se vuelve más pobre y en ese contexto resulta inconsistente fijar el salario real a 24 o 30 meses de plazo.
Dadas las circunstancias, el gobierno pudo fijar un aumento general para este semestre y ganar tiempo para ver cómo quedaba el panorama, flexibilizando las pautas y estableciendo salvaguardias.
Se optó por seguir adelante con las pautas del otro mundo. Lo mínimo que uno debería esperar es que se establezcan cláusulas de salida del acuerdo si las cosas empeoran para la rama de que se trate. Cuanta menos flexibilidad se introduzca en esta instancia, más lo va a sentir el empleo. Y una de las lecciones de crisis pasadas es que hay que preservar los empleos.
"Los bancos están bien, líquidos y fortalecidos"
-El ex ministro Danilo Astori ha dicho que, en el sector financiero, lo único que podría ocurrir es que algún banco extranjero se vaya de la plaza uruguaya. ¿Qué efecto tiene a una situación como ésta? ¿No hay riesgo de que actúe de manera negativa en la gente la "memoria" de la crisis de 2002?
-Al contrario, Uruguay ya tuvo su crisis, mejoró la regulación y el sistema financiero salió redimensionado y fortalecido. Los bancos tienen hoy muy buenos patrimonios y están extraordinariamente líquidos. Por ese frente no tendremos problemas.
-Se señala que, desde el punto de vista financiero, Uruguay tiene todo resuelto hasta 2010. ¿Es esto suficiente si la economía se enlentece, cae la actividad y la recaudación? ¿Cómo se ajusta ese escenario?
-No tiene todo resuelto porque si bien se ha trabajado en forma excelente con la deuda del Gobierno, en el caso del BCU hay un considerable stock de Letras de Regulación Monetaria en pesos que vencen todas las semanas. Sería bueno anticiparse a estos vencimientos precancelando parte de esta deuda con las mismas reservas que se ganaron antes cuando esa deuda subía. De lo contrario el BCU va a tener que ir aceptando tasas de interés cada vez mayores y sintiendo presiones sobre el tipo de cambio con la consiguiente pérdida de reservas. Es preferible que sea visto como una decisión de invertir reservas en precancelar una deuda inconveniente antes que una sangría permanente provocada por el mercado.
El País Digital, 12 de octubre

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