martes, 14 de agosto de 2007

Prensa: Tomamos prestado el Editorial

Deuda urbana

GERARDO SOTELO

El Senado se apresta a considerar una solución legislativa a los empresarios agropecuarios endeudados. La iniciativa se parece bastante a la propuesta de la bancada emepepista, aunque mantiene la consideración "caso a caso" promovida por el equipo económico, lo que permitió al ministro Astori ufanarse de que no se trata de un "perdona tutti". En efecto, si algo no consagra el sistema político uruguayo es que semejante beneficio no es para todos. En esta porción de la pampa húmeda, tales favores quedan reservados a los empresarios que producen sobre el suelo patrio, es decir, en el medio rural. Quienes deciden cultivar sus emprendimientos sobre el duro hormigón, en cambio, deberán valérselas por sí mismos en caso de contratiempos financieros.

Modestamente, propongo que la dirigencia política abandone su impostura y reconozca de una vez que los empresarios agropecuarios gozarán de privilegios y que el resto de los orientales correrán en su socorro si sus establecimientos peligran desaparecer.

La nueva iniciativa que procura solucionar la situación de los empresarios rurales endeudados nos pone sobre aviso, además, de la importancia de contar con un ministro afín a la causa. Si Jorge Lepra fuera a la industria y el comercio lo que Mujica es a la ganadería y la agricultura, cientos de productores urbanos tendrían hoy una luz de esperanza. Acaso miles de familias rurales, vinculadas a la vida obrera o comercial, no habrían sido desalojadas de su medio ni soportado el desamparo de la desocupación y el desarraigo. Tendríamos así a todos los uruguayos iguales ante la ley y la política.

Imaginemos por un instante las consecuencias de un hipotético Ministerio de Asuntos Urbanos, o incluso uno de Industria y Comercio (como antes se denominaba la cartera de Lepra) cuyo titular anduviera de berrinche en berrinche, hasta lograr una solución para un conjunto de empresarios endeudados hasta los fundillos. Imaginemos una circunstancia idéntica a la actual en la que el ministro Astori aclare que el gobierno no aplicará una condonación a los deudores urbanos sino, simplemente, "un nuevo instrumento financiero".

Veamos cómo diría la crónica periodística: "El acuerdo establece que para ser considerado dentro del programa, el productor (urbano) deberá tener ingresos netos del núcleo familiar menores a $ 150.000 anuales, activos (sin contar el local comercial o industrial) menores a cincuenta mil dólares, residir en el medio urbano o en poblaciones mayores a cinco mil habitantes, contratar mano de obra permanente y no haberse endeudado en forma fraudulenta". Con sólo sustituir "tierra" por "local" y "rural" por "urbano", habremos establecido un beneficio inédito para la sufrida "familia ciudadana". Claro que los beneficios de unos son los sacrificios de otros, o dicho de otro modo, para que un sector pueda ser recontraprotegido y su ministro obtener de berrinches victorias, otro tiene que pagar el pato y producir sin chistar. O fundirse sin miramientos.

Fuente: El País, 14 de agosto

NdR: Teníamos pronto un Editorial al respecto, puesto que venimos siguiendo el tema de cerca. Pero el periodista "le pega al clavo" mucho mejor que nosotros.

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