martes, 28 de agosto de 2007

Informe sobre conflicto de la Salud


Gobierno: “Ni un paso atrás”

Lejos de ceder a la presión de los anestesistas y cirujanos que amenazan con renunciar en masa a sus puestos en Salud Pública, el presidente Tabaré Vázquez decidió ayer plantarse firme y no dar ni un paso atrás en el conflicto con los médicos por mejores salarios y condiciones de trabajo.

Ayer, ante su gabinete, Vázquez ratificó expresamente su confianza en la ministra de Salud Pública, María Julia Muñoz, decidió mantener en todos sus términos la esencialidad de los servicios que prestan anestesistas y cirujanos, y resolvió retirar la propuesta de aumento salarial de 36% que había presentado la semana pasada a los médicos del hospital Pereira Rossell, que había sido rechazada por insuficiente.

Esta decisión del presidente Vázquez fue respaldada horas después por la coalición de izquierda. La Mesa Política del Frente Amplio evaluó la situación ayer mismo y tras escuchar un informe del director general de Salud, Jorge Basso, emitió una declaración de apoyo a lo actuado por el gobierno en el conflicto con los médicos.

Con las espaldas cubiertas, la ministra Muñoz se reunió de tarde con los representantes de las sociedades anestésico- quirúrgicas en el Parlamento y les comunicó la posición del presidente, “que es la de todo el gobierno y la fuerza política”, advirtió.

Los anestesistas insistieron entonces en su reclamo de ganar $ 250 la hora (hoy ganan $ 157). Al inicio del conflicto exigían $ 340 y la propuesta del gobierno, que rechazaron, era de $ 220.

Así las cosas, la pelota pasó una vez más a la cancha del ministro Danilo Astori. Los ministerios de Salud Pública y Economía estudiarán hasta el viernes la viabilidad de otorgar el aumento reclamado por los anestesistas del Pereira Rossell y, de ser posible, en cuánto tiempo podrían llegar a los $ 250 por hora.

La ministra Muñoz aseguró a El Observador que “es muy difícil” acceder al reclamo de los médicos y estimó que la única posibilidad sería hacer un cronograma de ajustes progresivos para que “quizá en uno o dos años” se pueda alcanzar el piso que exigen los médicos.

Muñoz advirtió que el ajuste que reclaman los anestesistas del Pereira supone un incremento del 80% y que adjudicar estas cifras de un día para otro implicaría “desestabilizar” el presupuesto que destina el gobierno a la salud pública. “Afectaría la distribución de la riqueza y el crecimiento económico que vive el país”, advirtió.

José Vera, presidente de la Sociedad de Anestesiología del Uruguay (SAU) consideró que la reunión con la ministra y los diputados que median en el conflicto fue “positiva pero compleja”.

El dirigente interpretó como “bueno” el gesto de Muñoz, quien prometió consultar a Astori y considerar las propuestas de la SAU.

Este gremio y otros que integran las Sociedades Anestésico-Quirúrigicas (SAQ) evaluaron anoche por separado la evolución de las negociaciones.

Los asesores jurídicos de la SAQ redactaron una nota colectiva de renuncia, a pedido de los médicos en conflicto, que hicieron circular entre los asociados de todos los gremios que la integran.

Vázquez. El presidente Vázquez no quiso ayer discutir otro asunto con sus ministros que el conflicto de la salud. Comenzó sus palabras ante el gabinete recordando que el gobierno tiene la “obligación” de asegurar cobertura médica a toda la población y “en especial a los más necesitados”, destacó.

Una vez más aseguró que ante cualquier amenaza de inasistencia utilizará todos los métodos legales a su alcance para obligar a los médicos a cumplir con su tarea.

Vázquez escuchó las opiniones de todos sus ministros en el mismo sentido, dijo sentirse “satisfecho y orgulloso” del “equipo” formado en el gabinete.

Culminó entonces la reunión del Consejo de Ministros con un voto de confianza explícito a todos los secretarios de Estado.

Cartas de renuncia colectiva.

Mientras la negociación entre gremios médicos y Ministerio de Salud Pública (MSP) avanza o rotrocede, según el cristal con que lo mire cada sindicato, la mesa de Sociedades Anestésico-Quirúrgicas (SAQ) distribuyó ayer entre sus filiales una nota de renuncia colectiva que deberán firmar los socios dispuestos a llevar el conflicto hasta sus últimas consecuencias.

El documento, redactado por los asesores jurídicos de las SAQ, pone a disposición del gremio la renuncia de los anestesistas y cirujanos de 12 especialidades a sus cargos en el sector público.

Anoche la nota fue distribuida en una asamblea de la Sociedad de Oftalmología y, según el abogado Alejandro Abal Oliú, lo mismo harán en los próximos días otras sociedades científicas que integran las SAQ. En este sentido, los primeros en dar el paso fueron los socios de la Sociedad de Cirugía del Uruguay, cuya asamblea de la semana pasada exhortó a los socios a renunciar en masa.

Cautela. El Sindicato Médico del Uruguay (SMU) y la Federación Médica del Interior (FEMI) sienten que las negociaciones con el MSP están avanzando.

Sin embargo, les preocupa que el enfrentamiento de las SAQ con el gobierno trabe la evolución de los temas globales que interesan a los médicos.

Los grandes gremios sienten que su propuesta de reestructura del trabajo médico, la regularización de los profesionales contratados por Comisiones de Apoyo y la reestructura de los servicios de salud estatales (ASSE) está muy cerca de concretarse.

Sin embargo, los dirigentes creen conveniente que los anestesistas flexibilicen su postura para evitar que su particular puja con el MSP arruine esos planes.

Otra asamblea. La asamblea de la Sociedad de Anestesiología del Uruguay (SAU) consideró anoche que los telegramas colacionados enviados el fin de semana por el MSP para obligar a los anestesistas a cubrir las guardias en el Pereira Rossell “agravaron” la situación y “entorpecieron” las negociaciones.

Hubo fuertes acusaciones hacia el gobierno y la ministra Muñoz, aunque al cierre de esta edición había indicios de que los anestesistas esperarán a ver qué presenta el viernes el MSP para endurecer su postura.

Pese a los caldeados ánimos el presidente de este gremio, José Vera, resaltó la “unidad de los gremios médicos” para resolver el conflicto y la inclusión de la mesa de las SAQ, por primera vez, en las negociaciones con el MSP.

El punto de vista del Gobierno

La Mesa de las Sociedades Anestésico-Quirúrgicas (SAQ) es una piedra en el zapato de la ministra de Salud Pública, María Julia Muñoz, desde antes que asumiera este gobierno. Las malas relaciones del gremio con la administración frenteamplista comenzaron en la transición de gobierno, cuando anestesistas y cirujanos pidieron entrevistarse con la futura ministra y ésta no pudo recibirlos por “motivos de agenda”.

En aquella época, el economista Daniel Olésker, actual director general de Secretaría del MSP y ex asesor de la Federación Uruguaya de la Salud (FUS), se constituyó en el único interlocutor de las SAQ y dijo públicamente que no las consideraba un gremio, sino una filial del Sindicato Médico del Uruguay (SMU).

Por eso, cuando más adelante Muñoz convocó al SMU para integrar el Consejo Consultivo de la reforma sanitaria, las SAQ pusieron el grito en el cielo y apelaron a diferentes recursos para ser reconocidas como gremio y no como un conglomerado de sociedades científicas.

La exclusión de las SAQ de la discusión de la reforma abonó el campo para posteriores conflictos. Como el que desató la llegada de oftalmólogos cubanos para analizar a uruguayos con cataratas (2005) y la expulsión del carismático dirigente de las SAQ, Gustavo Bogliaccini, de la jefatarura del Servicio de Emergencia del Hospital Maciel (2006).

Desde las SAQ suelen decir que la ministra Muñoz actúa movida por

“persecusión sindical”. Desde el gobierno se argumenta que el gremio promueve conflictos políticos, teniendo en cuenta que sus principales dirigentes están vinculados al Partido Nacional.

El gremio retruca con que José Vera, el presidente de la Sociedad de Anestesiología (SAU) que inició el conflicto, es comunista.

No obstante, son las SAQ en su conjunto las que ejercen mayor presión contra el gobierno. En ese ámbito, el cirujano Bogliaccini es un peso pesado.

La S.A.Q y Comisión de Salud de Diputados

La Mesa de las Sociedades Anestésico-Quirúrgicas (SAQ) es un sindicato fundado en 1992, tras un plebiscito en el que anestesistas y cirujanos se escindieron del Sindicato Médico del Uruguay (SMU).

La integran casi 1.500 médicos que practican técnicas quirúrgicas y anestesia en 12 sociedades científicas, entre éstas la Sociedad de Anestesiología que inició el conflicto el 8 de agosto pasado.

La mayor parte de los socios de las SAQ son cirujanos generales (430), ginecólogos (370) y anestesistas (300).

Un decreto gubernamental aprobado en 1972 estableció que para aplicar anestesia un médico debe especializarse y estar registrado como tal.

La especialización dura alrededor de cuatro años e implica conseguir el diploma de la Escuela de Graduados de la Facultad de Medicina, inscripción en la Caja Profesional y el registro ante el Ministerio de Salud Pública.

Según denunció la Sociedad de Anestesiología del Uruguay y admitió el director general de los servicios de salud estatales (ASSE), Baltasar Aguilar, en los últimos meses el MSP contrató médicos sin especialización para suministrar anestesia.

Si los socios de la SAU resolvieran renunciar en masa, el MSP no podrá recurrir otra vez a este sistema considerado “grave” e “irregular”. Para suplir las faltas el MSP deberá contratar servicios en otros hospitales o, en su defecto, comprar las prestaciones a instituciones privadas.

Desde que la Comisión de Salud de Diputados media en el conflicto médico, todo el mundo considera que hubo avances aunque en las reuniones se prorroguen las negociaciones entre las partes. En cualquier caso, los mediadores actúan con conocimiento de causa: Quintín Olano (PN) es ginecólogo; Luis Gallo Cantera (FA) es cirujano pediátrico; Luis Gallo Imperiale (FA) es anestesista jubilado e intensivista; Miguel Asqueta (PN) es internista; y Alvaro Vega (FA) es cirujano.

Fuente : El Observador, 28 de agosto

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