miércoles, 13 de agosto de 2008

Hay 7 veces más niños pobres que ancianos en esa condición



Evolución. En 2006 y 2007 la brecha que los separa se volvió a ensanchar
Este gobierno y el que lo suceda deberán redoblar los esfuerzos para reducir la brecha entre la cantidad de niños y adultos mayores pobres. El año pasado el porcentaje de niños pobres fue siete veces superior al de los ancianos en esa condición.
Durante los años 2007 y 2006 la relación entre niños y ancianos pobres aumentó respecto de la que se había verificado durante los tres años siguientes a la crisis de 2002.
Eso se produjo porque la baja en la pobreza de los adultos mayores de 65 años fue más pronunciada a la que se registró entre los niños de hasta seis años de edad.
Un trabajo del politólogo, sociólogo y técnico de las Nacionales Unidas, Gustavo de Armas, indicó que la reducción de esa brecha será un proceso lento que no sólo dependerá de las políticas sociales que puedan instrumentar los gobiernos, sino que estará íntimamente ligado a mejoras en la inserción internacional del país y también al mercado de empleo.
El trabajo "Gasto Público e Infancia en Uruguay" está incluido en un libro sobre políticas de población que será presentado el próximo día martes 19 de agosto.
En el documento -que expresa la opinión personal del autor- se estudió la evolución de la pobreza en el país en las últimas décadas y la relación entre la cantidad de niños y de ancianos en esa situación.
La serie empieza en 1986, año en el que el ratio entre el porcentaje de niños de 0 a 5 años y ancianos pobres era de 1,94. La brecha se fue agrandando en los años siguientes aunque en niveles parecidos a los de países con características similares a las de Uruguay.
evolución. "Hasta la entrada en vigencia de la reforma (constitucional) de 1989 Uruguay presentaba un ratio entre los porcentajes de pobreza correspondientes a los niños más pequeños y los adultos mayores que no difería demasiado de la observada entre otros países similares de la región", indicó en el reporte.
La reforma de la seguridad social de 1989 ajustó la evolución de las pasividades a la del Índice Medio de Salarios.
"Es a partir de ese momento, durante la década pasada, que a pesar de la reducción de la pobreza infantil la ratio aumentó considerablemente por la simple razón de que el descenso de la pobreza entre los adultos mayores fue muy pronunciado", explicó De Armas.
En 1997 la ratio llegó a 8,75 cuando en países como Brasil, Chile y Argentina era de entre 2,6 y 3,2. En los países europeos el promedio simple del ratio era de 1,1.
A pesar de las oscilaciones que se pudieron dar en los últimos años esa "foto" muestra que la inequidad estructural de la pobreza de Uruguay respecto a otros países se mantendría, dijo De Armas a El País.
El punto más alto en la brecha se dio en 2001 cuando el porcentaje de niños pobres era casi 10 veces mayor al de los ancianos en esa condición.
Luego se produce una caída -debido a la baja en las jubilaciones generada por el desplome de los salarios- llegando a un ratio de 5,29 en 2004.
Durante los años 2005 y 2006 la relación fue de 6,62 y 6,67 respectivamente a pesar que se produjo un aumento en el gasto público social enfocado en la infancia.
"Sin perjuicio de reconocer el rumbo acertado de las reformas y políticas que en el área social ha introducido el actual gobierno, queda claro que la brecha entre generaciones al acceso de bienestar social no ha sido significativamente reducida", expresó el sociólogo.
Según De Armas, en el actual gobierno habrá una suba "levemente mayor" al 1% del Producto Interno Bruto en el Gasto Público Social a la Infancia (GPSI).
De Armas dijo que "hasta hace muy poco" Uruguay se comportaba con los adultos mayores "cual régimen de bienestar europeo" mientras trataba a sus generaciones más jóvenes "como un típico Estado latinoamericano".
De Armas destacó la suba en el GPSI realizado por el actual gobierno que sería equivalente en cinco años al 5% del PIB.
Hasta el inicio del Panes, de la ampliación del sistema de asignaciones familiares y del aumento en el gasto para la educación el gasto social "daba cuenta claramente de un sesgo pro adulto en un país en el que la pobreza afecta principalmente a niños y adolescentes", indicó el experto.
De Armas dijo a El País que a pesar del aumento en el gasto social en la infancia es probable que la brecha entre el porcentaje de niños y ancianos pobres no se reduzca "significativamente" en los próximos años.
Por un lado, porque la pobreza entre ancianos seguirá bajando y porque para dar un salto en la reducción del porcentaje de niños pobres debería darse un aumento del gasto social muy superior al previsto.
Alternativa. En su informe De Armas dijo que "el peor camino" que se podría recorrer -aunque parezca en principio el más rápido y simple- sería el de "quitarle a los viejos para darle a los niños".
"No se debe alentar la puja redistributiva entre generaciones para achicar la brecha pero sí de identificar claramente cuáles deben ser las prioridades a la hora de asignar el gasto público social y planificar las políticas".
"El desafío mayor de los uruguayos es elegir el camino más difícil: proteger a los niños sin desproteger a los mayores", indicó el especialista.
Alza de comida es nuevo riesgo
Más de 26 millones de personas en Latinoamérica y el Caribe podrían enfrentar una pobreza más profunda que la que viven actualmente si los precios de los alimentos siguen en niveles sin precedente, según un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Los gobiernos de la región deben gastar más en programas sociales y trabajar para aumentar la producción agrícola a fin de bajar los costos, dijo el BID.
De lo contrario, la gente más pobre de la región podría tener que disminuir su consumo de alimentos, alertó el organismo.
Los pobres gastan la mayor parte de sus ingresos en alimentos y el encarecimiento de éstos puede forzarlos a recortar sus comidas si no hay otra opción.
En todo el mundo, los precios de la comida se dispararon 68% desde comienzos de 2006 hasta marzo de este año, lo que desencadenó disturbios en Haití y protestas en Nicaragua. México, la segunda economía latinoamericana por tamaño, podría ver crecer el número de pobres en un tercio si los precios de los alimentos permanecen altos, dijo el BID.
Según el estudio del BID en 19 países, Haití, Nicaragua y Perú enfrentan el mayor riesgo de acentuar la pobreza. El BID aprobó US$ 500 millones en préstamos este año para que los países mejoren su producción agrícola y expandan los programas sociales para los pobres.
El País, 13 de agosto

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