jueves, 26 de febrero de 2009

Una versión del circo montado por la ex-izquierda neoliberal





Ahora (la Corte de) Justicia
La Asamblea General se pronunció por la inconstitucionalidad de la Ley de Caducidad
Cuatro horas y cuarenta minutos bastaron ayer para discutir la constitucionalidad de una de las leyes más polémicas del ordenamiento jurídico uruguayo. La paulatina retirada de blancos y colorados abortó el debate sobre la Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado y llevó al cuerpo a optar entre las mociones que quedaron planteadas sobre la mesa del presidente de la Asamblea General, Rodolfo Nin Novoa.
Es llamativo que el sitio del Poder Legislativo haya informado ayer
“Sin consecuencias culminó sesión de Asamblea General”, pero no hubo sorpresas: la bancada frenteamplista votó en bloque por apoyar la inconstitucionalidad de los artículos 1º, 3º y 4º de la ley 15.848 para la investigación que busca establecer lo sucedido con Sabalsagaray. Los blancos se dividieron entre quienes optaron por no ingresar (Alianza Nacional, AN) y quienes prefrieron quedarse sólo un ratito (Unidad Nacional, Una).
Los colorados delegaron su voz en el senador Julio María Sanguinetti y el diputado Daniel García Pintos, el único de ese partido presente al momento de votar. La mañana comen-
La respuesta del presidente de la Asamblea General a la Suprema Corte de Justicia, allanándose a la exclusión de la Ley de Caducidad solicitada por la fiscal Mirtha Guianze para el caso del asesinato de la militante comunista Nibia Sabalsagaray, fue aprobada por 69 votos en 71 y hoy será comunicada oficialmente. La corte se pronunciaría antes de mitad de año.
Afuera no había un alma. Las anunciadas manifestaciones de la Plenaria Memoria y Justicia quedaron en eso. En las barras, poca gente.
Entre ellos, Macarena Gelman. Inquietos, frenteamplistas, colorados y el independiente Iván Posada esperaban alguna señal desde el Partido Nacional. Pasadas las 10.30, hora .jada para la Asamblea General, los diputados Gustavo Borsari y Carlos Mazzulo ingresaban para votar el levantamiento del receso y ganar tiempo con un cuarto intermedio.
Fractura expuesta
Pero el consenso finalmente se frustró: mientras que para el lacallismo era imperioso “dar la batalla”, para AN había temas más importantes en los que concentrarse. No obstante, el sector liderado por Jorge Larrañaga convocó a una conferencia de prensa para difundir una
declaración en la cual reitera la “incompetencia” del legislativo, acusa a la Fiscal del caso, Mirtha Guianze, de carecer de “legitimación activa”, y califica la convocatoria de ayer de “pirueta política”, “burda maniobra política” y “atropello al Estado de Derecho”. También denuncia que para el socialismo “la democracia representativa sigue siendo una estructura burguesa que debe ignorarse cuando se opone a sus designios totalitarios” y se hace eco del “legado intemporal de Wilson Ferreira”, algo que su hijo, Juan Raúl Ferreira, había pedido expresamente que no se hiciera.
Agotado el cuarto intermedio, sobre las 11.30 el timbre anunció las 11.30 el timbre anunció el comienzo de la sesión. Nin explicó el motivo de la convocatoria y dio a conocer una carta de los abogados integrantes de la Asesoría Jurídica del Parlamento con la que desmienten presiones del socialismo respecto del informe elaborado sobre la constitucionalidad de la ley. Luego, el senador frenteamplista Rafael Michelini (Nuevo Espacio) abrió el debate con una fuerte defensa de la inconstitucionalidad y constantes
referencias al contraste entre la sesión de diciembre de 1986, en que los legisladores votaron “bajo presión”, y la de febrero de este año, en la cual -dijo- “se vive un nuevo tiempo de justicia”.
La contraofensiva llegó nada más ni nada menos que del en ese entonces presidente de la República, Julio María Sanguinetti, quien defendió el carácter “pacificador” de la normativa, así como su “presunción de constitucionalidad”.
Para Sanguinetti, la norma evitó “un Ejército en permanente estado de sublevación”.
Posteriormente fue el turno de Francisco Gallinal, senador de
Una, quien respondió a Michelini, que había acusado a los blancos de “lavarse las manos” con su retirada de sala. “Este gobierno lleva cuatro años lavándose las manos porque tiene las mayorías para derogar la Ley de Caducidad y no lo hace”, lanzó Gallinal, quien durante
su intervención dio lectura a una declaración de su sector acusando al gobierno de “manipular las instituciones y debilitar permanentemente y condiciones exclusivamente
político-electorales el Estado de Derecho”. Y, al igual que AN, refirió al “aporte generoso” de Ferreira Aldunate.
Lejos de dar la sorpresa, el senador Luis Alberto Heber -que esta semana se mantuvo dubitativo entre apoyar la inconstitucionalidad o acompañar al resto de su partido- se limitó a defender el ingreso a sala de su agrupación y cuestionar el Pacto del Club Naval. Heber acusó al Frente Amplio de abandonar la movilización popular conjunta con el PN para derrocar la dictadura a cambio de pactar con los militares, e intimó al gobierno a excluir de la Ley de Caducidad “desbordes inaceptables”, como el caso de “los vuelos de la muerte”.
Un clásico
El debate cobró intensidad de la mano de una calórica intervención del diputado Daniel García Pintos (Lista 15), quien denunció al gobierno y a “las autodenominadas organizaciones de derechos humanos” de construir “un andamiaje de odio, revancha y venganza contra quienes derrotaron militarmente a la subversión”. García Pintos recordó a “el entrañable Pascasio Báez” y a “aquella limpiadora del Bowling que le pusieron una bomba y le tiraron una plancha de hormigón por la cabeza”, quienes -dijo- “no forman parte de la memoria”.
A su cruce salió el frenteamplista senador Eleuterio Fernández Huidobro, quien, tras señalar: “Si a todos los presos los llamamos subversivos al .nal estamos torturando el idioma”, aclaró que “Nibia [Sabalsagaray] no era guerrillera”. Sus palabras recogieron la adhesión de su colega de bancada y líder de Asamblea Uruguay, Danilo Astori, quien una vez .nalizada la sesión recordó “la historia de Nibia Sabalsagaray, una estudiante del Instituto de Profesores Artigas, hija de modestos trabajadores textiles, profesora de Literatura que un día fue detenida y a las pocas horas asesinada en la tortura”. Por pintar, sobre un muro, “Abajo la dictadura”
La Diaria, 26 de febrero

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