viernes, 13 de febrero de 2009

Daños del colector serían más graves de lo estimado



Informe. Director de Desarrollo Ambiental llamado a Junta
El colector pierde al menos en tres puntos. Sin embargo, un informe realizado en 2006 por la misma empresa que construyó la megaestructura señala que hay 32 juntas con "defectos". La Junta convocará a Néstor Campal para que informe.
Traer una "isla flotante" desde Irán para trabajar en la construcción del colector, y llevarla después a Alemania, le costó a Montevideo US$ 1.500.000.
La tarea de evaluación de daños se encomendó en 2004 a la empresa alemana Hochtief (la misma que construyó el colector), asociada a la firma local CSI Ingeniería S.A., con quienes la Intendencia capitalina firmó un contrato por US$ 656.000 y 82.000 euros.
Estos montos hablan a las claras de la magnitud de la obra y de lo que podría costar la reparación del colector, cuya vida útil estimada es de 50 años.
Según la Intendencia, pese a las pérdidas, las aguas se mantienen dentro de una calidad aceptable, lo cual parecería tener una explicación por dos condiciones naturales: el asoleamiento de los efluentes y la salinidad del mar.
Sin embargo, la situación preocupa a la Intendencia, a la Dinama y a la oposición política, que reclama respuestas.
LAS JUNTAS. El informe final del consorcio Hochtief, de diciembre de 2006, señala que "las 12 juntas inspeccionadas mostraban defectos similares con mayor o menor grado de deterioro". Y que "era de esperar que cualquiera de las 20 juntas restantes se encontrarían en condiciones similares".
Tras llegar a esta conclusión, la empresa y la Intendencia decidieron poner fin a las tareas.
A tres años de distancia, no se ha podido encarar aún una reparación del colector.
El 5 de noviembre de 2002 venció el seguro contratado para la cobertura del emisor subacuático por US$ 25.000.000. El colector continuó sin cobertura debido a que los reaseguradores exigieron como condición previa, la renovación de la evaluación del emisario.
El último estudio, de la Facultad de Ingeniería, determinó que hay fallas de origen, que no cubre el seguro, por lo que la Intendencia estudia iniciar una demanda multimillonaria a los responsables de la obra.
PREOCUAPACIÓN. Curiosamente, una de las personas que más conoce sobre el colector subacuático es el actual ministro de Medio Ambiente, Carlos Colacce, quien en su calidad de ingeniero fue director de obra durante la construcción.
En 2003, cuando se constataron las pérdidas, Colacce advertía ante la Comisión de Medio Ambiente y Salud de la Junta Departamental que encarar las tareas de reparación sería una tarea harto compleja, por la envergadura de la obra y por la turbidez de las aguas, donde los buzos trabajan con una visibilidad prácticamente nula.
Ayer, la edila colorada Cristina Ferro dijo a El País que llamará a Sala al director de Desarrollo Ambiental de la Intendencia, Néstor Campal, para que explique la magnitud del problema.
"No se puede ser tan insensible y decir ante tamaño desastre ambiental que es necesario pero no urgente reparar el colector", se quejó Ferro.
Una obra faraónica
El emisario fue construido en el período que va del 12/06/86 al 09/07/91.
Está situado en el punto más austral de Montevideo, la "Punta Brava" de Punta Carretas, donde se encuentra el histórico faro.
Su orientación es de Norte a Sur, con una longitud total de 2.335 metros.
Fue construido a partir de tubos metálicos de 50 metros de largo en promedio, con un diámetro interno de 1.76 metros.
Está dividido en cuatro zonas, una terrestre y tres marítimas. El tramo terrestre tiene 300 metros: son tubos de acero soldados entre sí con un forro de hormigón. El primer tramo de río es de 530 metros en zanja, recubierto con piedra; el segundo de 1.300 metros, enterrado dos metros, y el último de 195 metros. A final hay varios tubos de salida.
En la "Punta Brava" hay una estación de bombeo que impulsa las aguas cloacales y evita que ingrese agua de mar.
El País Digital, 13 de febrero

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