El presidente del directorio del INAU dejará su cargo cuando el Senado apruebe la venia de la diputada Nora Castro. Sostuvo que el ingreso del cura Mateo Méndez no fue una imposición, pero tampoco hubo mucho espacio para discutirlo". Consideró que el problema en el funcionariado del INAU no es generalizado y se da sólo entre algunos empleado del Interj.
-¿Por qué renunció a la presidencia del INAU?
-Mateo (Méndez) ingresó al Interj con un apoyo directo del presidente de la República, con una aureola y generando una expectativa muy grande. Yo creo que como presidente me equivoqué al dejar avanzar eso sin aclarar cómo iban a ser las condiciones de trabajo. Creo que las condiciones para ese proyecto no estaban dadas y lo que ahora se plantean como obstáculos estaban arriba de la mesa desde un primer momento, como la burocracia, la escasez de los recursos, las características de la organización. Cosas estructurales que los que estábamos trabajando allí casi cuatro años conocíamos muy bien y no se dio el momento de transmitir todo esto adecuadamente. Fue un error del cual en parte me siento responsable, tampoco se me dio mucho espacio para trabajar esto con Mateo antes que asumiera. Venía muy direccionado para ocupar ese cargo. Frente a la situación que se dio, de que no pudo avanzar en ese proyecto y renunció de la forma en que lo hizo, era inevitable que tenía que poner el cargo a disposición, y los hechos me confirmaron que el presidente estaba dispuesto a aceptar la renuncia.
-¿Usted fue consultado previamente y estaba de acuerdo con que Méndez asumiera la dirección del Interj o fue una imposición del presidente y el Mides?
-No fue una imposición, pero tampoco hubo mucho espacio para discutirlo. Se consultó en términos de si o no, pero no hubo posibilidad de elaborar la propuesta conjuntamente. Llevó mucho tiempo en el ingreso de Mateo todo lo que fue el discernimiento interno de su congregación, pero que fue más que nada una reflexión de ellos en lo que no pudimos incorporar la práctica que teníamos de manejo de ese sector del INAU. Lo que es mucho más complejo de lo que se puede transmitir por cualquier intermediario.
-Méndez habló de corrupción. ¿Usted qué dice?
-No, la corrupción me parece una palabra que tiene repercusiones irracionales. Una cosa es la corrupción y otra la burocracia, puede haber burocracia, manejos propios de la cultura institucional en el sentido de algunos beneficios a funcionarios o sectores. No tengo elementos como para decir que hay corrupción y si alguien los tiene tendría que hacer la denuncia del caso. Si no queda como una corrupción genérica.
-Méndez también fue muy crítico con los funcionarios del INAU, dijo que algunos no hacían su trabajo.
-Del instituto en general tengo una muy buena imagen del funcionariado. Los funcionarios se comprometieron con el proyecto de cambio, en momentos difíciles han sostenido los servicios, hay una avidez por la formación. No es un problema generalizado. Es una cierta injusticia de que por la imagen pública de un sector se hable de todos los funcionarios del INAU.
-¿Es en el Interj que se dan problemas con los funcionarios entonces?
-Son algunos funcionarios del Interj, que a veces pesan en el colectivo. Es cierto que en el Interj hay un funcionariado que todavía permanece, que es producto de una política de reclutamiento donde se contrata gente que no tiene perfil para atender a los chiquilines. Si bien ha cambiado en muchos aspectos y ha ingresado otra gente, no se ha dado con el perfil como para formar equipo que puedan sostener los proyectos. Por un lado hay gente vieja con ciertos criterios de trabajo que no son los más actualizados en cuanto a políticas de infancia, y por otro gente muy nueva que aún no tiene condiciones para acceder a los cargos de dirección de establecimientos.
-¿Durante la gestión de Méndez cambió la forma de trabajo de los funcionarios?
-Una de las fortalezas de la propuesta de Mateo fue el equipo que trajo. Mateo fue el único gerente de Interj hasta ahora con un equipo de 12 colaboradores de su confianza y apostábamos a que eso pudiera ser una masa crítica que ayudara a constituir esos equipos y establecer esos programas. Y no fue posible porque la estructura se cerró sobre si misma, quedó este equipo como un equipo externo, paralelo al resto, que no pudo de hecho hacer pie como para transformar esa realidad.
-¿Cree que en su gestión tuvo el apoyo del gobierno, del FA y de la oposición?
-De la oposición no. Del gobierno y del FA tuve apoyos importantes y algunas situaciones de problemas de comunicación que preferiría hablarlos con el presidente, a quien le solicité una entrevista. El INAU, por una cuestión incluso de estructura queda ubicado en un lugar que no está dentro del Ejecutivo, pero depende en muchas cosas de él y eso le da una fragilidad institucional muy grande. No integra ninguno de los espacios que el Ejecutivo conforma, ni los consejos de políticas sociales, ni la Junta Nacional de Drogas.
El País Digital, 3 de marzo
-¿Por qué renunció a la presidencia del INAU?
-Mateo (Méndez) ingresó al Interj con un apoyo directo del presidente de la República, con una aureola y generando una expectativa muy grande. Yo creo que como presidente me equivoqué al dejar avanzar eso sin aclarar cómo iban a ser las condiciones de trabajo. Creo que las condiciones para ese proyecto no estaban dadas y lo que ahora se plantean como obstáculos estaban arriba de la mesa desde un primer momento, como la burocracia, la escasez de los recursos, las características de la organización. Cosas estructurales que los que estábamos trabajando allí casi cuatro años conocíamos muy bien y no se dio el momento de transmitir todo esto adecuadamente. Fue un error del cual en parte me siento responsable, tampoco se me dio mucho espacio para trabajar esto con Mateo antes que asumiera. Venía muy direccionado para ocupar ese cargo. Frente a la situación que se dio, de que no pudo avanzar en ese proyecto y renunció de la forma en que lo hizo, era inevitable que tenía que poner el cargo a disposición, y los hechos me confirmaron que el presidente estaba dispuesto a aceptar la renuncia.
-¿Usted fue consultado previamente y estaba de acuerdo con que Méndez asumiera la dirección del Interj o fue una imposición del presidente y el Mides?
-No fue una imposición, pero tampoco hubo mucho espacio para discutirlo. Se consultó en términos de si o no, pero no hubo posibilidad de elaborar la propuesta conjuntamente. Llevó mucho tiempo en el ingreso de Mateo todo lo que fue el discernimiento interno de su congregación, pero que fue más que nada una reflexión de ellos en lo que no pudimos incorporar la práctica que teníamos de manejo de ese sector del INAU. Lo que es mucho más complejo de lo que se puede transmitir por cualquier intermediario.
-Méndez habló de corrupción. ¿Usted qué dice?
-No, la corrupción me parece una palabra que tiene repercusiones irracionales. Una cosa es la corrupción y otra la burocracia, puede haber burocracia, manejos propios de la cultura institucional en el sentido de algunos beneficios a funcionarios o sectores. No tengo elementos como para decir que hay corrupción y si alguien los tiene tendría que hacer la denuncia del caso. Si no queda como una corrupción genérica.
-Méndez también fue muy crítico con los funcionarios del INAU, dijo que algunos no hacían su trabajo.
-Del instituto en general tengo una muy buena imagen del funcionariado. Los funcionarios se comprometieron con el proyecto de cambio, en momentos difíciles han sostenido los servicios, hay una avidez por la formación. No es un problema generalizado. Es una cierta injusticia de que por la imagen pública de un sector se hable de todos los funcionarios del INAU.
-¿Es en el Interj que se dan problemas con los funcionarios entonces?
-Son algunos funcionarios del Interj, que a veces pesan en el colectivo. Es cierto que en el Interj hay un funcionariado que todavía permanece, que es producto de una política de reclutamiento donde se contrata gente que no tiene perfil para atender a los chiquilines. Si bien ha cambiado en muchos aspectos y ha ingresado otra gente, no se ha dado con el perfil como para formar equipo que puedan sostener los proyectos. Por un lado hay gente vieja con ciertos criterios de trabajo que no son los más actualizados en cuanto a políticas de infancia, y por otro gente muy nueva que aún no tiene condiciones para acceder a los cargos de dirección de establecimientos.
-¿Durante la gestión de Méndez cambió la forma de trabajo de los funcionarios?
-Una de las fortalezas de la propuesta de Mateo fue el equipo que trajo. Mateo fue el único gerente de Interj hasta ahora con un equipo de 12 colaboradores de su confianza y apostábamos a que eso pudiera ser una masa crítica que ayudara a constituir esos equipos y establecer esos programas. Y no fue posible porque la estructura se cerró sobre si misma, quedó este equipo como un equipo externo, paralelo al resto, que no pudo de hecho hacer pie como para transformar esa realidad.
-¿Cree que en su gestión tuvo el apoyo del gobierno, del FA y de la oposición?
-De la oposición no. Del gobierno y del FA tuve apoyos importantes y algunas situaciones de problemas de comunicación que preferiría hablarlos con el presidente, a quien le solicité una entrevista. El INAU, por una cuestión incluso de estructura queda ubicado en un lugar que no está dentro del Ejecutivo, pero depende en muchas cosas de él y eso le da una fragilidad institucional muy grande. No integra ninguno de los espacios que el Ejecutivo conforma, ni los consejos de políticas sociales, ni la Junta Nacional de Drogas.
El País Digital, 3 de marzo
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