miércoles, 18 de marzo de 2009

Incidentes de ayer en la Cámara de Representantes (El País)



Votan Ley sobre pacientes terminales en medio de riña

Diputados. Vega del FA y Botana del PN casi se trenzan

"¡Dale guapo!", arengaba con ironía la diputada Sandra Etcheverry al frenteamplista Álvaro Vega, segundos después de que se trenzara con el nacionalista Sergio Botana en medio del debate por la ley de voluntad anticipada en enfermos terminales.

Como impulsado por un resorte, Botana saltó de su banca y corrió unos metros hacia donde se encontraba Vega, que lo esperó con los puños cerrados y a la defensiva, tirándose hacia atrás. Unas cuatro o cinco legisladores los frenaron a tiempo y evitaron un nuevo show de pugilismo en plena Cámara de Diputados. Etcheverry se quedó aplaudiendo sola: "¡Dale guapo! ¡Dale Vega, vení!", arengaba desde su banca mientras Botana volvía a sentarse.

El incidente se produjo mientras se discutía en el Parlamento el proyecto de ley que habilita a los pacientes a solicitar en forma anticipada la suspensión de tratamientos médicos en caso que sufran enfermedades terminales.

Hubo un primer amague de trifulca, y ocurrió cuando Vega reaccionó con furia a dichos de Botana. Vega había criticado la postura negativa de los blancos a votar el proyecto. Habló de que con la tesitura del Partido Nacional el mundo podría seguir viviendo como en la época de los dinosaurios.

El diputado blanco respondió aludiendo a la profesión de médico que ejerce Vega. "Con declaraciones como esas es comprensible que haya gente que no quiera dejar su vida en manos de algunos médicos", disparó.

Ahí el legislador frenteamplista se levantó de su banca dispuesto a pelear. Botana también se paró y esperó. Jorge Patrone (Asamblea Uruguay) agarró a Vega de la parte de atrás del saco y lo contuvo. El aire de tensión quedó instalado desde ese momento.

Pablo Iturralde (Alianza Nacional) pidió la palabra para intentar calmar los ánimos. "Yo me anoté, pedí la palabra, dije que era lamentable que las cosas se resuelvan a los piñazos, que se tiene que resolver democráticamente", recordó Iturralde a El País.

"Vega provocó durante toda la sesión. Se metió con la Iglesia, se metió con el Partido Nacional, provocó permanentemente y con tono prepotente", agregó.

Iturralde relató que en determinado momento de su alocución, sintió que Vega lo interrumpía. "Me gritaba algo y yo no entendía qué era; Botana me dijo que me estaba gritando `¡cagón!` y entonces le pidió que aflojara, le hizo gestos con las manos para que afloje, y ahí Vega le respondió: `¡y vos también sos un cagón!`, narró Iturralde.

En ese instante fue que Botana salió como disparado de su banca, bajó dos o tres escalones y atravesó corriendo unos cuantos metros del hemiciclo rumbo al lugar de Vega.

Llegó ya bastante atorado por algunos diputados que se lanzaron a contenerlo, pero igual alcanzó a tirar varios manotazos al aire. Vega se levantó, reculó y puso los puños en guardia. Ningún golpe llegó a destino. Fue un desprolijo mar de brazos. Entre unas tres personas frenaron a Botana que volvió, con el rostro desencajado, a sentarse en su banca. Atrás suyo, Etcheverry estaba de pie aplaudiendo y arengando. Pero la pelea había terminado. La ley se aprobó por mayoría y se acabó el debate.

"Tema de hombres". Desde su despacho, Botana -flamante presidente de la bancada de Diputados del Partido Nacional- dudaba si hablar o no del tema. No se mostraba ni arrepentido ni orgulloso. "Me faltó el respeto y reaccioné. Lo que sucedió no está bien, pero no sé si estuve mal. Es un tema delicado, se estaba hablando del delgado límite entre la vida y la muerte; se mezclaron valores éticos con principios morales y la fe de cada uno", argumentó.

"Ya fue, ya fue", repitió en todo momento y destacó que no precisa pedirle disculpas a Vega. "Se las pedí a a la bancada del Frente Amplio", acotó.

"Es un tema de hombres, no debe ser así, pero fue así", remató Botana, cabizbajo.

Vega, por su parte, dijo que Botana "se metió con mi profesión, y eso me parece una falta de respeto".

El diputado frenteamplista, Luis Gallo -quien junto al colorado Washington Abdala impulsaron el proyecto- se mostró "dolorido" por el epilogo que tuvo la discusión de la norma.

"Estoy muy dolorido por lo que pasó, hay que repensar las actitudes que tenemos. Por más duro que haya sido el debate parlamentario no podemos dejar que impongan esta serie de descalificativos", dijo.

Gallo cuestionó los términos "más que ofensivos" a la profesión médica con que Botana se dirigió a Vega.

Por su parte, el diputado frenteamplista Carlos Gamou, lamentó que se le acusara de falta de ética a un "señor médico como Álvaro Vega".

"Que me lo diga en la cara"

Sin quererlo, el legislador blanco Pablo Iturralde quedó en el medio de la discusión entre el frentista Álvaro Vega y el nacionalista Sergio Botana. Quiso mediar, pero, según Iturralde, Vega siguió hostigándolo desde atrás, al grito de "¡cagón, cagón!". "Si realmente me quiere decir algo, va a tener que decírmelo en lo cara", desafió. También criticó al frentista Carlos Gamou. Dijo que éste acusó al Partido Nacional de "hacer política barata con los enfermos terminales".

Polémica de ocho años

La polémica por el proyecto de voluntad anticipada no es nueva: tuvo ocho años de discusión en el Parlamento. Finalmente ayer la cámara de Diputados sancionó la ley que habilita a los pacientes a solicitar en forma anticipada la suspensión de tratamientos médicos en caso de enfermedades terminales. El objetivo de la ley es que cualquier paciente pueda expresar en forma anticipada y por escrito su oposición a los tratamientos que "prolonguen la vida en detrimento de la calidad de la misma" si en el futuro tiene una enfermedad terminal, incurable e irreversible. De igual forma, se podrá expresar la voluntad anticipada para que los tratamientos médicos sigan hasta el último día de vida. El proceso no es simple: antes de suspender el tratamiento, el diagnóstico de enfermedad "incurable e irreversible" deberá ser certificado por el médico tratante y ratificado por un segundo médico en la historia clínica. Además, el médico deberá comunicarlo a la Comisión de Bioética de la institución.

El País Digital, 18 de marzo

Trifulca en Cámara de Diputados

El Partido Nacional no tiene una postura definida sobre el tema. El diputado Pablo Abdala dijo que le parece un proyecto sensato

Nuevos incidentes se registraron en la Cámara de Diputados entre los legisladores Sergio Botana (Alianza Nacional) y Álvaro Vega (MPP) mientras se discutía el proyecto de ley que habilita a los pacientes a solicitar en forma anticipada la suspensión de tratamientos médicos en caso que sufran enfermedades terminales.

Álvaro Vega aseguró a EL PAIS digital que el conflicto comenzó cuando se mezclaron cuestiones personales en la discusión. "El diputado Botana se metió con mi profesión, y eso me parece una falta de respeto", aseguró.

Al parecer el diputado nacionalista luego de escuchar la exposición de Vega, que alentaba el proyecto, le habría dicho que cuando se escuchan declaraciones como esas es posible comprender por qué mucha gente no quiere dejar su vida en manos de los médicos.

Allí Vega, molesto, se acercó a la bancada del Partido Nacional. Fue detenido por otros diputados de su sector y cuando parecía que todo volvía a tomar calma, Bortana salió corriendo de su banca y se lanzó al diputado Vega tirando algunos golpes de puño que no se concretaron.

Vega reconoció que insultó a Botana e incluso aseguró: "me acordé de su madre, anque no la conozco". Varios diputados intentaron terminar con el conflicto, mientras otros alentaban la pelea.

Ley de voluntad anticipada

Finalmente la discusión pasó a la votación que resultó afirmativa con votos del Frente Amplio y del Partido Colorado. El Partido Nacional y el frenteamplista, Juan Andrés Roballo, se pronunciaron en contra.

La iniciativa original es de los diputados Luis José Gallo (Asamblea Uruguay) y el colorado Washington Abdala, y dispone que toda persona mayor de edad y "psíquicamente apta" tiene derecho a oponerse en forma anticipada y por escrito a los tratamientos que "prolonguen la vida en detrimento de la calidad de la misma", si en el futuro tiene una enfermedad terminal, incurable e irreversible. De igual forma, se podrá expresar la voluntad anticipada para que los tratamientos médicos sigan hasta el último día de vida.

Por unanimidad, la comisión de Salud de Diputados aprobó varios cambios incluidos al texto por el Senado y el proyecto fue incluido en el orden del día de la cámara baja para hoy. Luego de ocho años de discusión, se prevé que hoy el Parlamento sancione definitivamente la ley.

Abdala dijo a EL PAÍS digital que este proyecto comprende a los casos en los que está comprobado por diagnóstico médico que la enfermedad no tiene vuelta atrás y que también se busca evitar el "encarnizamiento terapéutico", es decir tratar de sostener por todos los medios una vida que se está extinguiendo.

"El proyecto original le da el derecho al paciente de recorrer con dignidad el pasaje de la vida a la muerte de manera pacífica y sin alteraciones", expresó el diputado colorado.

Abdala explicó que durante la preparación del proyecto se realizaron consultas a cátedras de Teología, a especialistas de la Iglesia Católica, de la comunidad judía y también a la Iglesia Evangélica.

DEBATE. Abdala no se preocupa demasiado ante la posibilidad de una fuerte oposición a este proyecto ya que "en Uruguay es poco probable que haya una visión unánime de las cosas".

Reconoció que algunas personas puedan creer que esto es estar a favor de la extinción de la vida, pero reiteró que este tema no es eutanasia, sino que es darle la posibilidad a alguien que se está muriendo de hacerlo con dignidad.

"Si hubiese una remota posibilidad de que esa persona tenga una chance de vivir, el proyecto no camina. Sólo lo hace cuando es un caso que no tiene vuelta atrás", puntualizó el legislador uruguayo.

Abdala se puso como ejemplo y dijo que en su caso le gustaría tener la libertad de decirle al médico que lo deje morir en paz si las posibles medicaciones o intervenciones no aseguren que esa situación se vea revertida.

FAMILIA. El proyecto también establece que si el paciente no está en capacidad de comunicarse, sus familiares podrán ser quienes decidan la transición.

"Ahí seguramente haya otro punto de debate y alguien pueda sostener que es alterar la voluntad del paciente", afirmó el diputado colorado.

Pero recordó que la familia también sufre en esas situaciones y son ellos quienes nos representan. Sí aclaró que un padre, hijo o esposa no tienen el derecho de decidir sobre la vida de esa persona, pero sí que si el paciente se muere y no puede comunicarse, se eviten medicaciones e intervenciones que no le salvarán la vida.

LEGALIDAD. Abdala mencionó otro punto importante que tratará el proyecto y es que algunos médicos en estas situaciones actúan por debajo de la norma. "Es la realidad", dijo.

Además pueden verse enfrentados a una demanda penal por omisión de asistencia por no aplicar una medicación o intervención que estirara la vida —aunque no la salvara— de ese paciente.

"Está mal regulado el ciudadano que puede ser paciente y también está mal regulado el médico para estos casos", agregó.

Abdala dijo que se termina generando una relación "non sancta" al lograr que la familia termine hablando por abajo de la mesa con el médico. "Todo se hace a la uruguaya y por abajo de la mesa", explicó.

"Lo que estamos haciendo con el doctor Gallo es sincerar una realidad que no es nueva en el mundo. No estamos innovando nada. Todos los debates en Uruguay se dan atrasados y este es un tema que está bastante superando en el mundo. Uno tiene derecho a morir con dignidad", finalizó Abdala.

Pablo Abdala: "Creo que es un proyecto sensato"

El Partido Nacional no tomó una posición unánime respecto al tema y el año pasado hubo dentro de esta colectividad política posiciones encontradas en este sentido.

El diputado nacionalista Pablo Abdala, quien dijo a EL PAÍS digital que no participará de la sesión por temas personales, indicó que su postura es favorable a que el paciente terminal pueda decidir sobre la posibilidad de prolongar su vida con tratamientos médicos o no, tal como lo hizo el año pasado.

"Yo personalmente voté a favor. Creo que es un proyecto sensato y no me violenta desde mi punto de vista filosófico. Soy católico practicante, pero entiendo que esto está dentro de los parámetros tolerados por la propia Iglesia, en el sentido de no facilitar el ensañamiento terapéutico", expresó el legislador.

Según explicó, el proyecto no promueve la eutanasia activa, ya que no establece la utilización de procedimientos para terminar con la vida del paciente. "Se trata de un consentimiento libre y voluntario (del enfermo), que hay que otorgarlo con todas las garantías que prevé la ley y naturalmente en el ejercicio más absoluto de la libertad de conciencia", aclaró.

Sin embargo, reconoció que se trata de un "tema delicado" y entiende que otros puedan manifestarse en contra.

El País Digital, 18 de marzo

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