viernes, 22 de mayo de 2009

Mujica y Larrañaga quieren acuerdos después de internas



Tiempo. Lacalle y Bordaberry solo aceptan consensos tras las nacionales
José Mujica quiere acuerdos con la oposición desde junio. Jorge Larrañaga está en la misma sintonía Pero para Luis A. Lacalle y Pedro Bordaberry los consensos tienen que generarse con los resultados a la vista.
El candidato oficial del Frente Amplio ha multiplicado últimamente los mensajes de que apunta a una economía ordenada, de respeto a la inversión y de diálogo y acuerdo con los partidos de la oposición. Más escuelas de tiempo completo, descentralizar la Universidad, seguridad, y una campaña limpia son temas sobre los que quiere negociar con la oposición después de junio.
Pero no todos los precandidatos opositores ven posibles los consensos con el líder del MPP. Lacalle y Bordaberry sostienen que es un tema para después de las elecciones nacionales (ver recuadro). Jorge Larrañaga, en cambio, acepta negociar desde junio.
Mujica dijo a El País que es partidario de que una vez que concluyan las internas, los presidenciables de todos los partidos se sienten a conversar para ponerse de acuerdo en llevar adelante una campaña "limpia", e intentar consensos primarios en temas relevantes como la seguridad y las escuelas de tiempo completo. Señaló que, a su entender, hay una agenda de temas trascendentes que, independientemente de quien gane las elecciones, deberán ser acordados por todos.
"No se pueden sacar aisladamente porque no se debería cometer el error de pudrir la situación política", apuntó Mujica "No pretendo tener un acuerdo sobre todo, pero si sobre algunas cosas importantes. Sobre eso sí tiene que haber acuerdo", subrayó
El margen para concertar acuerdos programáticos entre Larrañaga, precandidato de Alianza Nacional, y Mujica existe, aunque sea en los papeles.
El precandidato blanco viene planteando desde el año pasado la necesidad de establecer una serie de entendimientos entre los candidatos únicos de cada partido. Quiere "algún entendimiento", aunque más no sea genérico, dijo Larrañaga a El País.
Lacalle, por su parte, no es partidario de negociar acuerdo alguno hasta que estén los resultados de las elecciones nacionales, aseguró a El País. Y no es proclive a dialogar sobre un acuerdo programático con Mujica, anticipó.
En materia de seguridad, Mujica no quiso abundar porque quiere "hablar primero" con la oposición. Lanzar propuestas ahora "puede parecer un control del terreno, puede dar suspicacias para el otro lado", consideró. "Entonces hay que hablarlo. Hay experiencias del control del terreno, pero pueden servir también desde el punto de vista político", estimó.
Mujica se ha mostrado partidario de incrementar el trabajo de inteligencia policial en los barrios y acercar más a los efectivos a la ciudadanía. El trabajo de inteligencia apuntaría, entre otros aspectos, a acceder en forma más eficaz a los lugares de ventas de drogas y a identificar a quienes se dedican a su distribución.
Además liga el tema de la seguridad al de la educación, por considerar que una de las formas de evitar el incremento de la delincuencia infantil es a través de la extensión de las escuelas de tiempo completo.
"Me parece que hay que hacerlo porque se necesitan escuelas de tiempo completo. Seguramente que por la falta de recursos puede haber problemas; quizás se van a necesitar durante un tiempo alguna apoyatura de carácter social que no encaja con el esquema tradicional", señaló.
Dio pocas pistas de su idea: "De repente no lo podemos hacer por Primaria y hay que hacerlo como el Plan Ceibal (como iniciativa del Poder Ejecutivo) y después que esté pronto, entonces sí se lo podemos pasar a Primaria. Esto hay que hablarlo con la oposición", dijo.
UNIVERSIDAD. Mujica volvió a un tema que ya ha planteado: la descentralización de la Universidad y quiere compartir este planteo con los dirigentes opositores. "La cuestión de la Universidad, de una descentralización grande -si la Universidad acepta- es uno de los temas", dijo. "Puede salir por el camino de una reforma constitucional; no sé, no lo tengo claro", admitió. Lo que quiere es "llevar el esfuerzo universitario al interior" y considera que esto " depende de lo que plante la propia oposición".
Mujica dijo que quiere "una campaña electoral lo más limpia posible". "Si después hay que sentarse a hablar, ¿qué va a decir la gente?. Va a decir `estos son unos chantas`, razonó.
Interrogado sobre el tiempo político de estas conversaciones el líder del MPP consideró que deben abordarse entre junio y octubre.
"No pretendo tener un acuerdo sobre todo. Por lo menos que haya una sintonía antes de las elecciones", subrayó.
Para Larrañaga empleo, salud, educación, seguridad pública y desarrollo del interior son los cinco tópicos en los que debe ponerse el énfasis mayor para alcanzar un acuerdo marco para que, una vez electo el presidente para el período 2010-2015, haya un compromiso para impulsar esos acuerdos. "Hay que construir respuestas que el país precisa", sostuvo.
Para darle más respaldo a este compromiso, Larrañaga sostuvo que el acuerdo básico debe hacerse como partido y que por eso es necesario esperar a que se conozcan los candidatos de cada fuerza política.
Lacalle fue claro al decir que no va a hacer "ningún acuerdo" hasta después de octubre. Además, no está afín con tratar con el precandidato del Frente Amplio. "No se puede hacer un acuerdo con alguien como Mujica que está azuzando, tratándonos de derechistas, y no sé cuántas cosas más va a decir en esta campaña", afirmó.
Distintas visiones coloradas
Mientras el precandidato José Amorín no tiene objeciones en intentar llegar a acuerdos antes de las elecciones de octubre, sus rivales, Pedro Bordaberry y Luis Hierro se oponen. "Nosotros queremos un acuerdo al día siguiente de la elección nacional", dijo Bordaberry. Para Hierro, "si los acuerdos se plantean para después de ganado el gobierno, sí, pero antes me parece que se confunde al electorado". Amorín entiende que hay que ver como se conforman las fórmulas pero es partidario de los acuerdos interpartidarios.
Otros tiempos, otros acuerdos
Un intento de Vázquez que nunca se concretó
En febrero de 2005, pocas semanas antes de que Tabaré Vázquez asumiera la Presidencia de la República, se hizo un compromiso programático entre el mandatario electo y todos los líderes de la oposición. Ese acuerdo fue firmado en una ceremonia pública que se realizó en el Palacio Legislativo. Empero, tras la asunción de Vázquez la iniciativa no cristalizó.
Blancos y colorados se unieron para el balotaje
Tras el triunfo de Tabaré Vázquez en la primera vuelta de las elecciones de 1999, Jorge Batlle y Luis Alberto Lacalle alcanzaron un acuerdo programático por el cual los blancos se comprometieron a votar al mandatario colorado en noviembre. Con el triunfo de Batlle, el acuerdo con los integrantes del Partido Nacional se mantuvo en los primeros años de gobierno.
Una coalición de gobierno de la mano de Sanguinetti
En 1995, con el triunfo de Julio María Sanguinetti, el ex mandatario del Foro Batllista promovió la concreción de un gobierno de coalición con los integrantes del Partido Nacional.
Dirigentes de los dos partidos tradicionales formaron parte del gabinete de Sanguinetti. El dirigente blanco Alberto Volonté fue uno de los principales artífices del acuerdo.
El País Digital, 22 de mayo

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