viernes, 8 de mayo de 2009

Larrañaga sale a confrontar con Lacalle, que evita ir al choque






Internas. Precandidato de Alianza dice que el FA usará tema corrupción
La interna nacionalista levantó temperatura. Larrañaga, abajo en las encuestas, endureció el discurso contra Lacalle, que a su vez recordó "la campaña" contra el senador sanducero en 2004. En la UNA preocupan las posibles heridas.
En su casa en Carrasco, Luis Alberto Lacalle comenzó el día ayer leyendo una entrevista en Búsqueda, donde su adversario Jorge Larrañaga insistió en que la gente lo percibe "de derecha" y advirtió que el Frente Amplio pondrá sobre el tapete las denuncias de corrupción en su gobierno, si gana el 28 de junio. "Yo no voy a destapar el tarro. Pero (Lacalle) no puede decir tan suelto de cuerpo que no tiene responsabilidad en esos episodios", dijo Larrañaga.
El domingo en Paysandú, Larrañaga se sintió impulsado a "marcar diferencias" para sacudir la modorra de la contienda y que no sea como "la paz de los sepulcros".
Los nuevos ataques de Larrañaga fueron motivo de consulta ayer en una entrevista matutina en radio Rural, donde Lacalle respondió con algo de ironía: "Larrañaga se preocupa por la táctica del Frente si yo gano la interna. Agradezco su advertencia, pero yo creo que no será una campaña para revolver el pasado". Y siguió: "Él sabe lo que es. Él mismo fue objeto de viles ataques (en la campaña pasada). Es lo que le pasa al que va adelante, le apedrean el rancho. Esto no es un juego de ajedrez, esto es rugby, esto es fútbol americano. Esto no es para flojos. Tengo las canillas bastante marcadas, pero siempre mantuve la serenidad".
En la entrevista con Búsqueda, el propio Larrañaga hace referencia a este episodio: "...en las últimas elecciones fui víctima de ataques políticos orquestados desde el Frente Amplio con el tema de mi familia y el tema del subsidio".
Después de hablar en radio Rural, Lacalle corrigió su estrategia: decidió no comentar los nuevos embates de Larrañaga y así lo hizo saber cuando lo consultó El País. Lacalle informó la decisión a su entorno y, en los contactos bilaterales, dirigentes de Unidad Nacional (UNA) transmitieron que no se realizarían comentarios públicos.
Todos acataron la premisa. Pero, por lo bajo, en la UNA cuentan que el endurecimiento del discurso anti lacallista de Larrañaga "cayó muy mal", genera preocupación y existe "clima de pesar y de decepción" por la situación. No saben si Larrañaga seguirá esta línea pero, en todo caso, se afirma que la estrategia de la UNA se irá redefiniendo con el paso de los días.
"Los herreristas hemos bancado todo. Somos viejos lobos de mar", respondió un legislador. Siempre fuera de grabador, otro opinó que la estrategia de Larrañaga es "errada" porque "da sensación de desesperación" y "desde que le pega a Lacalle ha bajado en las encuestas". Así, se afirma que los blancos de pura cepa no quieren "un escenario como el de 1999" y por eso no gustan los ataques a Lacalle, menos de parte de un dirigente que logró unir al partido en la campaña pasada.
En la UNA dicen que los ataques de Larrañaga no afectarán la chance electoral de Lacalle, pero sí pueden perjudicar al Partido Nacional, mirando a la elección de octubre.
Del otro lado, los referentes de Alianza Nacional siguen la línea de su líder, aunque algunos admiten que a veces Larrañaga tiene "salidas de tono" que favorecen a Lacalle.
PASADO. Los casos de corrupción durante el gobierno de Lacalle "son un peligro, un flanco débil" porque "pueden ser usados" por el Frente Amplio para "pegar" en una campaña "dura" con el ex presidente como candidato, dijo a El País el senador Eber Da Rosa, uno de los dirigentes más cercanos a Larrañaga e integrante de su comando electoral. Para Da Rosa, los dichos de Larrañaga no están motivados por su posición en las encuestas ni suponen un ataque a su adversario. Más allá de lo que afirman los aliancistas, parece claro que la dura salida de Larrañaga se produce ante las cifras que lo dan por debajo de Lacalle y sobre todo luego de la última encuesta de la empresa Equipos.
"No coincidimos en no hablar de las diferencias para evitar que eso quiebre la unidad del partido", dijo Da Rosa, que defendió el derecho de Larrañaga a decir "cuáles son los flancos" con los que la oposición le puede "pegar" al Partido Nacional. Según Alianza Nacional, los supuestos casos de corrupción en el gobierno de Lacalle son el talón de Aquiles de los blancos. "Nosotros no lo acusamos directamente de hechos irregulares, sino lo que hacemos es advertir que estos hechos pueden ser usados por la izquierda en una campaña dura hacia octubre", precisó Da Rosa.
En la misma línea que Larrañaga, el diputado de Alianza Nacional Sergio Botana aseguró a El País que Lacalle "siempre se hace la víctima" y que eso "lastima" al Partido Nacional.
"Es un gran dirigente, pero que no se haga más la víctima. Se hizo la víctima cuando lo bajaron del ómnibus (que integraba la caravana de dirigentes en la gira previa a las elecciones nacionales del año 1984) y le dio resultado. Se hizo la víctima cuando las denuncias de Juan Andrés Ramírez. El año pasado también se fue del Directorio y se sintió agraviado porque Larrañaga le pidió que mantuviera el orden. Ahora también se hace la víctima. Es alevoso, estas cosas van calentando y terminan mal", afirmó Botana.
En Búsqueda, Larrañaga dijo que "toda vez que se muestra un crecimiento de Lacalle, no crece el Partido Nacional". También pidió "no chuparse el dedo" y advirtió que si José Mujica "le dijo coimero a (Ignacio) De Posadas, imagínense lo que pueden terminar diciendo de Lacalle".
El País Digital, 8 de mayo

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