domingo, 24 de junio de 2007

Prensa: Visión crítica del diario La República

La batalla por más recursos para la enseñanza se debió dar en el Consejo de Ministros

El gobierno enfrenta tensiones con la sociedad, por nueva tributación y presupuesto para la enseñanza

De hoy en más el gobierno entra en una etapa de tensiones con la sociedad, donde existe toda la impresión de que la fuerza política que lo sustenta no ha sabido administrar los tiempos.

El cuerpo educativo influye en toda la sociedad.

Si miramos la marcha de la economía, tanto en lo macro como en lo micro, existe la sensación de que las cosas van bien, tanto para los sectores pudientes como para los más desposeídos.

El tema es que por acciones del gobierno y no por desidia ­ aunque el error del suministro de gas muestra carencias de gestión­, se está acumulando una serie de problemas que genera preocupación en la ciudadanía y que permiten que una oposición por lo general pobre en ideas, comience a frotarse las manos esperando el malestar de la gente.

Nadie más o menos sensato hubiera permitido que la reforma tributaria y la Rendición de Cuentas se superpusieran en el tiempo. Si esto ha ocurrido, como está pasando, es porque no hay un cable a tierra que sepa detectar que la reforma tributaria, por más que sea verdad que al 80% no lo perjudique, es el tema de conversación diaria en los hogares uruguayos.

Mucha gente sabe que a partir del 1º de julio va a tener menos dinero en sus bolsillos y eso se traslada al conjunto de la sociedad, incluso en aquellos sectores que pueden verse beneficiados por la nueva tributación.

Los hombres del gobierno y los dirigentes del Frente Amplio parecen creer que alcanzará con el primer impacto que va a recibir ese 80% no perjudicado, para que se desinfle el drama. Y esto es un grave error, porque los perjudicados van a ser titulares de los medios de comunicación y el primer punto de la agenda de la oposición.

Parecen no darse cuenta de que hay sectores prendidos con piolines de las capas medias, que van a sentir el golpe y que se van a retraer en un comienzo, pero pueden participar más adelante de la protesta.

Estos sectores, además, son los que tienen diversos vínculos con la enseñanza y la educación. Estamos hablando de los profesionales, que no son todos ricos en nuestro país, pero también nos referimos a comerciantes y empresarios, pequeños y medianos, a trabajadores calificados, que han hecho una gran apuesta familiar a que el futuro de sus hijos está directamente vinculado a la gratuidad y a la calidad de la enseñanza.

Muchas veces se ha dicho, creo que con razón, que el tema de la reforma tributaria no hay que verlo por el lado de si se terminan pagando 500 pesos más o menos, sino que hay que analizarlo desde el punto de vista de si es más justo y si a la vez permite obtener más beneficios del Estado y la sociedad.

Por eso la crisis del gas ­circunstancial, por cierto­ y no dar señales claras e impactantes de que el país prioriza la enseñanza por encima de otros sectores, son dos malos ejemplos que no ayudan a comprender los alcances de la nueva tributación.

La gente tiene la sensación de que con la reforma tributaria se le saca una pequeña parte al que le sobra, mientras que a la vez se le saca una pequeña parte al que le falta.

Esta sensación va acompañada de otra: que con la reforma tributaria y más adelante con el nuevo sistema de salud, salen fortalecidos los sectores más humildes y la burocracia estatal, achicando el nivel de vida de amplios sectores de las capas medias, en tanto los poderosos, como los de la industria frigorífica y la banca internacional, siguen, como el whisky, tan campantes.

Ante este panorama, en el cual las reformas ya están en marcha y seguramente podrán ser corregidas en el futuro, el gobierno tendría que tener un trato especial con los actores de la enseñanza, que no sólo participan del acto educativo sino que son también activos promotores de cultura, de estados de ánimo y de formas de sentir la vida. Si la depresión gana a los docentes del país, pierde el país entero y será muy difícil reconstruir y potenciar el bloque del cambio.

Errores de conducción

Toda esta situación se ha visto agravada por errores conceptuales de conducción política. Nadie puede entender que todos los ministros apoyen la propuesta de Rendición de Cuentas y que a las 24 horas los parlamentarios, que responden a esos ministros, se estén batiendo por modificarla, y muchas veces con razón.

No es correcto sostener que los parlamentarios del Frente Amplio tienen libertad de acción, porque el Parlamento es un poder independiente del Poder Ejecutivo. El Parlamento es independiente; los que no son independientes son los legisladores frenteamplistas, que deben responder a los acuerdos alcanzados en el Consejo de Ministros. Los parlamentarios independientes son los blancos, los colorados y los del Partido Independiente.

La batalla por más recursos para la enseñanza se debió dar en el Consejo de Ministros, donde además, es bueno recordar que el ministro de Economía, Danilo Astori, tiene un solo voto, porque Asamblea Uruguay no está a la cabeza de ningún otro ministerio.

Esta práctica de trasladar las resoluciones trascendentes del gobierno al ámbito parlamentario es el mayor defecto que ha tenido este gobierno, que en algunos momentos ha perdido el ejercicio de la centralidad.

Mañana, cuando se reúnan el Presidente de la República y la bancada de parlamentarios, es la oportunidad de recobrar esa centralidad que nunca se debió perder, así como la capacidad de escuchar uno al otro. Centralidad que traerá consecuencias negativas o positivas de acuerdo al punto de vista de cada uno, pero que es imprescindible para gobernar.

Sin esa centralidad, que no es pechereada, que no es autoritarismo, que también es saber escuchar, el Frente Amplio no repite en las próximas elecciones, porque la gente termina sin identificar dónde está el poder al cansarse de presenciar cómo los gobernantes viven en un estado deliberativo permanente. *

Fuente: La República, 24 de junio

NDR: A confesión de parte, relevo de pruebas. Estas son las primeras críticas al Gobierno de Tabaré Vazquez por parte de este medio de prensa oficialista. Cuando el río suena, agua trae, dicen.

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