viernes, 25 de enero de 2008

Rienda suelta. Los blancos en campaña


El Partido Nacional (PN), el más importante opositor del gobierno progresista, comenzó sus aprestos para la venidera contienda electoral. Sus principales sectores realizaron durante este enero una serie de reuniones con el fin de definir los pasos hacia las elecciones internas de abril de 2009. El Herrerismo (reunido el sábado 19 en Costa Azul, Rocha) despejó la incertidumbre sobre quién será su precandidato presidencial: el ex presidente de la República Luis Alberto Lacalle.

Alianza Nacional, sin dudas sobre la precandidatura del senador Jorge Larrañaga, se reunió el martes 22 en la bodega Joanicó. Y el jueves 17 lo había hecho Correntada Wilsonista (cw), el grupo liderado por el senador Francisco Gallinal, aunque todavía no resolvió si mantendrá la precandidatura de su conductor o buscará alianzas con otros sectores partidarios. Como consecuencia de la resolución adoptada en la reunión del Herrerismo, el intendente de Durazno, Carmelo Vidalín, decidió alejarse del sector para formar un nuevo grupo y así postularse a las internas por cuerda aparte. Es que el dato diferente de las distintas asambleas blancas fue la marcha atrás de Lacalle en su postura de no presentarse en representación del sector.
En Costa Azul, el ex presidente sostuvo que las circunstancias son otras a las de seis meses atrás, cuando manifestó su intención de no postularse, ya que “ni el país es el mismo, ni el gobierno es el mismo, ni el partido es el mismo que hace seis meses”. Agregó, además, que ha vivido “lo suficiente como para ser capaz de no renunciar definitivamente a nada, como lo haría cualquiera de ustedes”. Esa decisión dejó fuera de carrera al senador Luis Alberto Heber y a los intendentes Juan Chiruchi (San José) y Vidalín, quienes frente a la anterior decisión de Lacalle se aprestaban a competir por la precandidatura del Herrerismo (véase recuadro).

CÓMO COSECHAR. Desde filas blancas se afirma que el lanzamiento de la campaña electoral es responsabilidad de la fuerza política del gobierno, dado que en los primeros días de enero resurgieron los pujos reeleccionistas en el FA. Fue el senador socialista José Korzeniak quien propuso reelegir a Tabaré Vázquez, mediante una reforma constitucional a plebiscitarse simultáneamente con los comicios del último domingo de octubre de 2009. El razonamiento blanco sostiene que sus aprestos electorales son la respuesta a un gobierno que piensa en 2009 más que en gobernar.
Sin embargo, en declaraciones a El Observador (de ayer, jueves), Vázquez reiteró su postura contraria a la reelección y reiteró que no será candidato en las próximas elecciones (véase página 6).
Sin embargo, y más allá de la importancia de que el presidente intentara un nuevo mandato, el empuje electoral del pn parece sustentado en un par de datos relevantes: por un lado, las encuestas de opinión, que marcan un descenso en las intenciones de voto del fa y pronostican que por lo menos habrá segunda vuelta; y, por otro, una percepción de que el gobierno encuentra dificultades para contentar a los sectores medios de la población.
“El FA defraudó en su gestión a un importante sector del electorado que lo votó y que es independiente de los partidos políticos, que no tiene filiación partidaria.
En 2004 ese sector le dio una oportunidad al fa, ejerciendo un voto castigo a los partidos tradicionales. Hoy ese grupo, que se puede ubicar en el centro político de la población, se siente ‘mentido’, por lo cual es posible recuperar un espacio donde históricamente ha estado ubicado el Partido Nacional”, afirmó a Brecha el diputado Javier García, de Alianza Nacional.
La base para este tipo de razonamientos parece ubicarse en las resistencias que en los sectores de ingresos medios han generado el irpf y la reforma de la salud.
El otro dato de la realidad que manejan los blancos son las dificultades del fa para encontrar un sustituto de Vázquez, e incluso para hallar un presidente para la coalición. También la continua polémica interna en temas como la inserción internacional.
Por el contrario, en opinión de los dirigentes blancos, el pn aparece unido en torno a las decisiones tomadas, como la relativa a no participar en los directorios de los entes del Estado, aunque ello costara el disgusto de algunos correligionarios “desocupados”.
Para Larrañaga, la cuestión fue siempre pararse firme ante el gobierno, y por ello en la reunión del martes 22 se atrevió a emplazar al presidente Vázquez (para que adoptara un nuevo pronunciamiento sobre la reelección) y al ministro de Economía, Danilo Astori (para que se elimine la primera franja imponible por el irpf). Incluso en el plano programático fue a más, y propuso la derogación total de la reforma tributaria.
La estrategia del “Guapo”, según fuentes blancas, es pararse firme ante la izquierda, y diferenciarse fuertemente en algunos temas, pues entiende que esa es la forma de generar opinión dentro y fuera del partido. A ello atribuyen sus partidarios el mantenimiento de la primacía entre los blancos. Por el contrario, afirmaron fuentes blancas, las fugas de cw se explican en el discurso –al estilo de Alberto Volonté– de buscar puentes con el gobierno, como en el caso de la integración de los entes, en que Gallinal planteó varias veces la posibilidad de revisar la posición negativa.

REALINEAMIENTOS. Como la historia del pn demuestra, no todo es color de rosa a la hora de dirimir diferencias internas, y por ello la interrogante es cómo será el clima para definir el candidato. Recuérdese las internas de 1999, cuando el precandidato Juan Andrés Ramírez la emprendiera contra su contrincante Lacalle, acusándolo de enriquecimiento ilícito.
En estos días hubo una suerte de remake de aquel episodio cuando Ramírez se refirió al sector de Gallinal en términos despectivos, afirmando que no pesa en la interna partidaria.
Ello ya mereció una respuesta del líder de cw, quien señaló a Brecha que en su sector hay un “enorme malestar con Ramírez, que ahora apareció de vuelta después de estar concentrado en lo suyo, siempre dándole a alguien. ¿A santo de qué? Parece que quiere empujar para otro lado, como cuando trabaja de abogado para el gobierno frenteamplista de Antel”.
Más allá de este cruce de palabras, en filas del sector mayoritario no se plantea reiterar la polémica de 1999 y sí recrear la tranquila disputa de 2004. La Alianza se siente segura ganadora y sus dirigentes piensan que la candidatura de Lacalle afectará más al Partido Colorado que a sus votantes. Si por autodefinición el sector de Larrañaga se siente de centro y sus esfuerzos están dirigidos a ganarse los “votos prestados” con que contó el fa, para abarcar todo el espectro electoral el pn requiere un sector atractivo para la derecha. Con un Lacalle participando activamente en la campaña hacia las internas y también en las nacionales, sostienen dirigentes de la Alianza, primaría el voto útil y los sectores más conservadores serían atraídos por la única fuerza que puede derrotar al fa. Eso dejaría al Partido Colorado en el reducido porcentaje que obtuvo en las pasadas elecciones y acotaría las posibilidades de Pedro Bordaberry, quien aparece con mayor propensión a disputar ese electorado de derecha.
Sin embargo, el Herrerismo no parece dispuesto a ser el reducto más a la derecha del pn, y de ahí que busque reformular el sector, aun a costa de su nombre, buscando alianzas con otros grupos partidarios no considerados “conservadores”, como el de Gallinal.
Por su parte, Gallinal dijo a Brecha que en la reciente reunión de su sector “se ratificó que cw es un sector libre, autónomo e independiente, que tiene su propio perfil y que a nuestro juicio es fundamental para el triunfo del Partido Nacional. Estamos dispuestos a recorrer un camino propio, sin perjuicio de que puedan alcanzarse algunos entendimientos o acuerdos con otros sectores del partido”.
Incluso, añadió, en caso de que se diera la polarización que ha vaticinado Larrañaga en diversas declaraciones públicas, “la presencia de Correntada es fundamental. Un sector que tiene dos senadores, cinco diputados, un intendente y figuras de relieve en todo el país, diría que es desequilibrante”.
Por otro lado, si la lógica del Herrerismo es ampliar su espectro, el desprendimiento de Vidalín no es una buena noticia, confesó a Brecha el senador Luis Alberto Heber. El intendente de Durazno “tiene un estilo muy especial que quizás tenga un cauce en el Partido Nacional, no podemos negarlo. Su posicionamiento con la juventud, su nivel de popularidad, demuestra que es un tipo que tiene su incidencia en sectores donde el Herrerismo no penetraba con fluidez. Al partido le agrega, aunque también lo puede hacer con una candidatura al Senado y no necesariamente a la Presidencia”.
Sin igualar las personalidades, Heber advirtió que al fa le ocurrió lo mismo con el líder del mpp, José Mujica, quien también con un estilo llano y de buen diálogo con la gente arrimó muchos votos como candidato al Senado. Pero si bien las formalidades del caso aún no se han cumplido, en filas herreristas se estima que Vidalín renunciará al sector a mediados de febrero.
Un primer análisis permite concluir, con base en lo dicho por Heber, que el alejamiento del intendente de Durazno perjudicaría las chances del Herrerismo. Pero si efectivamente tiene llegada a sectores como los jóvenes o votantes menos identificados con la concepción de derecha del Herrerismo, entonces la disputa podría darse con el electorado de Larrañaga. Sin embargo, desde filas de Alianza se dijo que Vidalín carece de aparato partidario, muy necesario para las internas, y que no se sabe cuáles serán los ejes de su discurso.

Fuente: Brecha, 25 de enero

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