miércoles, 5 de noviembre de 2008

Por un voto salió ley de aborto



Polémica por el aborto. La Cámara de Diputados aprobó esta madrugada por 49 votos a 48 el proyecto de despenalización; ahora se aguarda el anunciado veto del presidente Vázquez
La despenalización del aborto fue aprobada esta madrugada por 49 votos contra 48. Pero todavía no hay ley: el proyecto volverá al Senado porque recibió cambios que nadie esperaba.
Como pocas veces, el resultado de la votación de la ley de salud sexual se mantuvo incierto hasta el final, casi a las 3 de la mañana y tras doce horas de sesión. En el Frente hubo 49 votos a favor (incluyendo los diputados del MPP Alvaro Vega e Ivonne Passada, que en principio iban a votar negativo el proyecto en general) y dos votos en contra: Juan Andrés Roballo de Alianza Progresista (que se opone a la despenalización por razones filosóficas) y Víctor Semproni (MPP), que advirtió que habrá un "enfrentamiento innecesario" con el Poder Ejecutivo. Semproni dijo que estaría a favor de la despenalización si directamente se eliminara el delito, pero no de la "legalización".
El diputado de Artigas, Carlos Maseda (Vertiente Artiguista). dijo que no está "a favor ni en contra" y se retiró de sala. También se abstuvo el colorado Washington Abdala, que propone una consulta popular. Los 48 votos en contra pertenecen a todos los diputados blancos, colorados y el Partido Independiente.
El artículo segundo, que establece que los derechos sexuales y reproductivos son derechos humanos universales, fue votado en forma negativa por 48 en 97, debido a que Vega no levantó la mano. Lo mismo el artículo 9, que establece las condiciones para realizarse un aborto (penurias económicas, sociales, familiares o etarias).
Por eso el texto debe volver al Senado. Si allí se aprueban los cambios, el texto será ley y recién en ese momento vendrá el veto presidencial.
Varios diputados blancos elogiaron al presidente Tabaré Vázquez por su anuncio de veto y algunos frenteamplistas hicieron una crítica indirecta al presidente.
El caso más claro fue el del diputado de Asamblea Uruguay Luis José Gallo, que recordó el caso del presidente francés Giscard D´Estaing, que en la década del 80 le dijo al Papa Juan Pablo II que no vetaría la ley que legalizaba el aborto en Francia. Gallo recordó que D´Estaing era católico, pero le explicó al papa que -al ser presidente de un Estado laico- no podía "imponer sus convicciones personales a los ciudadanos". Gallo admitió a El País que su referencia a D´Estaing fue un mensaje a Vázquez.
El diputado Alvaro Vega (Espacio 609), que preside la comisión de salud, se lamentó: "Mañana tendremos la misma situación: no resolvimos nada". Y criticó a quienes no votan la ley por convicciones personales: "Nadie le pide a un católico que se haga el aborto. Que alguien se muera por hacerse un aborto es una monstruosidad. Pero peor es que las convicciones personales son las que provoquen esto".
Luego vinieron elogios de los nacionalistas. Sergio Botana admitió que "aplaude" el veto del presidente. Alvaro Delgado apuntó: "Reconocemos la actitud del presidente que se jugó por lo que creía y está dispuesto a vetar".
CIFRAS. Gallo mencionó que se realizan unos 33.000 abortos por año y que la clandestinidad hace que las mujeres con dinero pueden hacerse abortos en buenas condiciones y el resto "en las peores condiciones". Habló de una "clara tendencia a la liberalización" en el mundo y que Uruguay es uno de los seis países del mundo con prohibición total hacia el aborto.
El País, 5 de noviembre
El diputado blanco Dardo Sánchez presentó el informe en nombre de su partido. Argumentó que la ley viola de manera "flagrante" un tratado internacional ratificado por Uruguay, al no proteger la vida antes de los doce días de gestación.
Botana fue más directo: "Esta es la ley del aborto. Es el asunto más simple que me toca enfrentar en este período, aunque tal vez el más delicado. Opto por la vida y no por la muerte. Es cierto que la muerte no se siente en la panza, pero la vida se protege desde la concepción porque allí nace".
Botana se refirió a los dichos del monseñor Nicolás Cotugno y admitió que le gusta que "la Iglesia sea radical en un tema como este".
RECHAZO. Roballo, que se definió como parte de un movimiento humanista cristiano y con opción de izquierda, empezó su discurso diciendo que está "en contra" de la ley y que "se está errando el camino". Pero aclaró que su posición va más allá de su creencia religiosa y que votaría en contra si no fuera cristiano.
Vega está a favor de la despenalización, pero tiene una opinión muy negativa sobre el resto de la ley, que "cambia un modelo autoritario por otro". "¿Por qué tengo que poner en una ley que la sexualidad es también para divertirse?", preguntó. Se va "dolorido" de la sesión, por no poder resolver un problema que "afecta a los más pobres".
Su colega del MPP, Ivonne Passada, se mostró a favor de una consulta popular, que "hubiera evitado un cruce de caminos". Hubiera sido mejor "esta ley en otro escenario político y social, sin estar sobre la mesa el peso de la propia Iglesia", indicó. Possada cree que "no se va a solucionar los problemas de fondo"
La diputada Eleonora Bianchi (Vertiente) dijo que estar a favor de la despenalización no implica estar a favor del aborto.
El colorado Abdala protestó porque "no se puede estar en la misa y en la procesión" al mismo tiempo, en el sentido de que la mayoría de los frentamplistas apoya la ley, pero el presidente "la vetará".
El País Digital, 5 de noviembre

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