viernes, 7 de noviembre de 2008

Los más pobres comen la mitad de carne que una década atrás


Alimentación. Al consumo de calcio recomendado sólo llegan familias de mayores ingresos y al de hierro a partir del nivel medio El 20% más rico compra el doble que el 20% más pobre Aumentó la compra de pollo, según el estudio En Montevideo $ 76 por día y en el interior $ 57
La cantidad y variedad de alimentos y bebidas que compran los hogares está determinada por el ingreso. En 10 años bajó 25% el consumo de frutas y verduras, 30% el de leche y el de carne se redujo a la mitad en las familias más pobres.
Los hogares más pobres no disponen de las calorías necesarias. Al consumo de calcio recomendado sólo llegan los hogares de mayores ingresos y al de hierro a partir de nivel medio. Sí se llega a lo aconsejado de vitamina C, independientemente del nivel socioeconómico.
Esas son algunas de las conclusiones del estudio Los alimentos y bebidas en los hogares de la Encuesta Nacional de Gastos e Ingresos 2005-2006 difundida esta semana por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), que relevó durante una semana el gasto y cantidades de alimentos comprados o transferidos a 7.043 hogares representativos de todo el país.
El estudio identificó un patrón de consumo con variedad de alimentos, aspecto que constituye un factor de protección a la salud. "Sin embargo, se observó una disminución tanto en el gasto como en las cantidades adquiridas de alimentos y bebidas al comparar los resultados con los observados diez años atrás. Esta reducción es especialmente preocupante dentro de los hogares más pobres", señaló el informe.
Los hogares de mayores ingresos seleccionan carnes más magras, consumen frutas y verduras acordes a lo recomendado, lácteos en cantidad suficiente y pescado en niveles aceptables, pero su dieta tiene grasas y colesterol en exceso.
En el otro extremo, los alimentos y bebidas que compran los hogares más pobres "no alcanzan a satisfacer el requerimiento de energía; las frutas y verduras disponibles son escasas y muy por debajo de la cantidad recomendada; los lácteos son insuficientes y el pescado prácticamente no se consume. La dieta de éstos hogares tiene cantidades aceptables de grasa y colesterol pero es deficitaria en energía y en nutrientes esenciales como hierro y calcio", concluyó el estudio.
Por ejemplo, en los hogares de mayor ingreso cada persona consume 233 gramos por día de fruta. En los más pobres comen 30 gramos. Lo mismo sucede con las verduras (213 a 61 gramos respectivamente).
Además, las familias urbanas de mayor poder adquisitivo compran tres veces más carne y embutidos que las de menores ingresos. En cuanto a los lácteos, se consume en promedio una porción y media cuando lo aconsejable es entre dos y tres diarias para reducir el riesgo de osteoporosis. Los más ricos consumen más del doble que los de menores ingresos.
Dinero. En los últimos 10 años bajó el gasto en alimentos, de $ 78 por día en Montevideo en 1994 a $ 61 en 2006 (ambas cifras en $ de mayo de 2006).
El gasto promedio en alimentos y bebidas por hogar urbano era de $ 4.060 en mayo de 2006, que corresponden a $ 4.887 de octubre de 2008 ajustados por la variación del Índice de Precios al Consumo de ese período (20,37%).
Esa cifra es el 23% del presupuesto de los hogares, proporción que varía del 12% en las familias más ricas al 34% en los más pobres.
En promedio, los hogares urbanos gastaban hace dos años $ 55 ($ 66 ajustados a 2008) por persona y por día en alimentos y bebidas. La mayor proporción de ese dinero se destina a la compra de carnes, embutidos y huevos (ver infografía).
El 20% de los hogares de mayores ingresos gasta cuatro veces más en alimentos y bebidas ($ 99 en 2006, correspondientes a 119 en 2008) que el 20% de las familias de menores ingresos ($ 26 de 2006, $ 31 de 2008).
"El 20% de hogares de mayores ingresos adquiere más del doble de alimentos y bebidas que el 20% más pobre", señaló el estudio INE.
En promedio, diariamente se adquieren 1.638 gramos por persona, que aportan 2.432 calorías, cifra que supera en 14% las necesidades de energía que son de 2.125 calorías.
Sin embargo, en los hogares más pobres las calorías aportadas por la comida que adquieren (1.796) no alcanzan para cubrir las necesidades de energía ni de nutrientes esenciales como el calcio y el hierro.
Además, la principal fuente de alimentación en los hogares urbanos son los panificados (20% de las calorías) y los cereales (16%), seguidos por las carnes y embutidos (11%) y aceites y grasas (11%).
Dieta con más grasas de las recomendadas
Los alimentos adquiridos por los hogares contienen una elevada cantidad de grasas, particularmente de saturadas, que sobrepasan los límites máximos compatibles con un adecuado nivel de salud, indicó el INE.
"Las grasas representan un 34% de las calorías, cuando no es deseable que superen el 30%. Una elevada porción de éstas (40%) son de origen animal. Esto determina que la cantidad de ácidos grasos saturados (12% de la energía del total) y de colesterol (337 mg.) estén por encima de lo recomendado", señaló el informe.
Este tipo de dietas, con grasas saturadas, trans y colesterol están asociadas a un mayor riesgo de tener enfermedades coronarias. Además, la dieta observada en el estudio contiene cantidades excesivas de ácidos grasos Omega 6 y una relación elevada entre Omega 6 y Omega 3 "que está asociado con enfermedades cardiovasculares" y cáncer.
A esos factores, se suman la escasa cantidad que se adquiere de frutas, verduras y pescado, alimentos que previenen la obesidad, diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer. En cuanto al pescado, se consume un tercio de lo recomendado (ver tabla de metas nutricionales)
Bajó el consumo de frutas y leche
El gasto y el consumo de carne y derivados disminuyó en la última medición de 2005-2006 respecto a 1994-1995. Se pasó de comprar 211 gramos en Montevideo a 200 gramos y de 189 gramos a 142 gramos en el interior.
La caída fue en todos los cortes pero especialmente en cuadril, colita y costillas, y también bajó el consumo de carne picada.
El pollo es la única carne que mostró un aumento de consumo, tanto en Montevideo como en el interior (de 19 a 25 gramos y de 16 a 24 gramos respectivamente).
Además, bajó la compra de verduras, tubérculos y frutas en los hogares. La adquisición de leche, en tanto, también disminuyó. "Los hogares más pobres son los que consumen menor cantidad de leche y derivados a pesar de ser los hogares donde viven más niños", destacó el INE. Algo similar ocurre con el pan y cereales: "Una vez más los hogares pobres son los más afectados. Disponen de la mitad de pan y cereales que hace 10 años".
Se gasta un tercio más en la capital
Los hogares urbanos consumen más alimentos (46) que quienes viven en el medio rural (29). "Una amplia variedad de alimentos disponibles en el hogar normalmente se acompaña de una mayor variedad de nutrientes esenciales. Esto reduce la probabilidad de carencias específicas de vitaminas y de micronutrientes", señala el informe del INE.
En Montevideo los hogares destinaban en 2006 $ 63 a alimentos y bebidas por persona y por día (equivalentes a $ 76 de 2008). Ello es un tercio mayor que el gasto en los hogares de las localidades grandes del interior ($ 48 de 2006; $ 57 de 2008) y casi 45% más que en los pequeños pueblos ($ 44 de 2006; $ 53 de 2008).
En el interior se consumen más panificados, cereales, papas y azúcar que en Montevideo, similares cantidades de carne y la mitad de pescado.
El País Digital, 7 de noviembre

No hay comentarios:

Placa de Facebook

Webmaster/Editor

Prof. Daniel Solari Derquin