A su regreso del exilio, el 16 de junio de 1984, Wilson Ferreira Aldunate, cayó prisionero de la Dictadura Militar hasta el 30 de noviembre del mismo año en el Batallón de Artillería de la ciudad de Trinidad.
Cinco días después de la Elecciones Nacionales fue liberado. Como para que no quedaran dudas que el Pacto del Club Naval entre militares, Frenteamplistas y Colorados, se celebró para excluir a Wilson de participar de esa instancia nacional.
Desde la Plaza Constitución de Trinidad, antes de dirigirse a Montevideo en el marco de una movilización popular conmovedora, pronunció este discurso:
“Después de once años y medio, estoy rodeado de mi pueblo. Los últimos cinco meses y medio los he pasado entre cuatro paredes y en silencio. En silencio total, sin posibilidad de hablar, teniendo únicamente el contacto, cuatro horas por semana con mis abogados y con mi familia. Ustedes saben bien lo que significa para un hombre extrovertido como yo, que siente la necesidad de comentar todo lo que en el país va ocurriendo, en momentos en que lo destruye la angustia de no poder ser partícipe de esa aventura que está viviendo su partido y su pueblo. Experimentamos una derrota el último 25 de noviembre. Fuimos derrotados ¿Qué es una derrota más o una derrota menos?, obtener menos votos que el adversario tradicional cuando eso nos ha pasado diez y cien veces en la historia y de cada uno de esos episodios hemos salido más grandes y mas fortalecidos. Los Blancos piensan como se piensa la historia, pero de ella lo que importa es lo que falta por escribir. Son las páginas en blanco, las que tendremos que empezar a elaborar hoy”.
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