El aumento voluminoso de ingresos y gastos anunciado ayer por el gobierno para el resto de su período refleja la utilización del fuerte crecimiento de la economía para solventar una expansión considerable de los programas sociales. El ministro Astori y su equipo anticiparon que 2007 cerrará con un robusto aumento del PBI de 7,25%, dos puntos por encima de lo previsto. También mejoraron la previsión del producto en 2008, de 3,8% a 5,25%, y para 2009 de 3,2% a 4%.
Las cifras récord de exportaciones más una recaudación impositiva superior a la prevista y la reducción del peso de intereses de la deuda pública se combinan para acumular fondos copiosos en las arcas del Estado. Se anticipó, por ejemplo, que el servicio de la deuda caerá del 34% del PBI en la actualidad al 22% en 2009, lo que equivale a un ahorro de más de US$ 2.000 millones.
Los fondos serán utilizados en programas sociales que incluyen el Plan de Equidad, la reforma de la salud y el aporte del 4,5% del PBI a la educación, meta que Astori señaló que estaba en duda pero que ahora se confirma. Se bajará además en un punto el tope del IVA, a un nivel todavía excesivo del 21%, y se aumentará el mínimo no imponible del impuesto a la renta, determinando que uno de cada cinco uruguayos que hoy pagan IRPF dejen de hacerlo.
No hay razones para dudar de la exactitud de los cálculos de la conducción económica. Pero, por un lado, algunas partidas pueden tener mejor destino, como aliviar más aún el agobio impositivo. Hay que evitar apresuramiento en volcar recursos cuantiosos en una cuestionada ley de salud y en una educación pública que hace agua por todos lados y que nadie sabe aún qué rumbo tomará. Y, por otro lado, siempre es bueno aprovechar las bonanzas para ahorrar y disponer de recursos para cuando vengan vientos contrarios.
Fuente: El Observador, 7 de diciembre
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