lunes, 15 de diciembre de 2008

Ley de Educación: 46% la aprueba y 36% la rechaza





La ley de Educación, recientemente votada en el Parlamento, generó un fuerte debate en el seno de la propia izquierda y en los partidos de oposición. Un 46% de los uruguayos consultados está de acuerdo con el texto.
En pocos temas existen tantas coincidencias como cuando se afirma que la educación es clave para el desarrollo del país. Inevitablemente, en cualquier encuesta, la educación aparece entre los principales temas de preocupación de los uruguayos. También es común encontrarnos que cuando existen problemas en otras áreas, terminamos recurriendo a la educación como el mejor camino para superarlos. La delincuencia, la pobreza, los abortos, los propios derechos humanos, todos son materia que debe solucionarse con más y mejor educación. Es común escuchar que nuestra sociedad sufre una crisis de valores, por lo tanto debemos educar en valores a nuestros niños y jóvenes. A pesar de ser un tema de tanta trascendencia poco se ha hecho por cambiar nuestra estructura educativa que se arrastra desde principios del siglo pasado. Es cierto que todos los gobiernos han encarado reformas educativas de mayor o menor porte, donde algunas han sido muy sonadas como la emprendida en la época de Germán Rama, pero pocas han atacado los problemas de fondo que hacen a la calidad de la enseñanza. Este gobierno no ha sido menos que otros y también tiene su reforma educativa que principalmente ataca, mediante una ley, la estructura de poder en la enseñanza aunque no los enfoques y estructuras educativas como tal. Hace pocos días, por ajustado margen, el Parlamento aprobó una controvertida ley que es rechazada por la oposición, los sindicatos de la enseñanza y algún sector del propio FA. El congreso de la educación que fue reunido por este gobierno terminó siendo un obstáculo difícil de sortear para las actuales autoridades. Dicho congreso, controlado por los sindicatos de la enseñanza, reivindicó la autonomía total del sistema educativo del "poder político" quedando totalmente bajo control de los docentes. Este aspecto generó las discrepancias y enfrentamientos dentro de la izquierda, pero la fórmula de un poder compartido también fue rechazada por la oposición. A diferencia de 1985, cuando se aprobó una ley de Educación con el concurso de todos los partidos políticos, esta ley dio a luz bajo fuertes cuestionamientos que hacen temer por su durabilidad en caso de cambiar las actuales correlaciones de poder. La educación es un tema clave que requiere políticas de Estado que den continuidad a los cambios, sin embargo, esto no es así en la práctica.Una encuesta realizada por Interconsult, en junio del año pasado, recogía la opinión de la ciudadanía en cuanto a la participación docente en los organismos de conducción de la enseñanza. Dada la idoneidad de los docentes para orientar los planes educativos, como la de los médicos para dirigir el sistema de salud o de los militares para la defensa territorial, la mayoría de los uruguayos se inclinaba por la participación docente, aunque no en forma exclusiva como demandan los gremios. Una inmensa mayoría del 90% creía que los docentes debían estar en los organismos de conducción de la enseñanza, pero sólo una quinta parte consideraba que debía ser totalmente excluida la representación política, con un 70% que se inclinaba por una conformación mixta entre gobierno y docentes, al estilo que quedó plasmado en la actual ley. Pero más allá de este aspecto, sin duda central, en la configuración de la nueva ley, el respaldo a la misma se encuentra fuertemente condicionado por las simpatías político partidarias en una sociedad que se aproxima a las instancias electorales. INSUFICIENTE APOYODada la importancia que todos asignamos al tema educativo era de esperarse una nueva ley de Educación con apoyos importantes. Sin embargo, esto no resulta así donde menos de la mitad de los uruguayos (46%) dicen estar de acuerdo con la ley, mientras que el 36% se expresa en desacuerdo y el 15% dice no estar de acuerdo ni en desacuerdo con la misma. En estas respuestas parecen estar presentes los condicionamientos político- partidarios, con un 76% de los frentistas a favor de la ley aprobada por su fuerza política, pero con más del 60% de los simpatizantes blancos en contra, al igual que el 56% de los colorados. Claro que también encontramos un 17% de frentistas en desacuerdo con la ley, así como una quinta parte de la oposición a favor de la misma.Confirmando encuestas anteriores sobre este aspecto, en junio de este año los entrevistados por Interconsult expresaban su disconformidad con el sistema educativo, principalmente con los liceos públicos. Los juicios negativos, principalmente sobre Secundaria se agudizan en el segmento de los padres, en el que un 44% de quienes tienen hijos en edad liceal expresan total disconformidad, más un 38% que se muestra parcialmente disconformeficha técnicaEncuesta realizada por Interconsult entre los días 14 y 17 de noviembre del 2008, de acuerdo a las siguientes características:Universo: Personas mayores de 17 años, de ambos sexos, residentes en localidades mayores de 5.000 habitantes. Tamaño de muestra: 824 hogares.Diseño muestral: muestra probabilística, por conglomerados, bietápica, estratificada por zonas y nivel socio económico. Error máximo de muestreo, en base a una confiabilidad del 95%: +/- 3,2% para el total de la muestra.Las entrevistas fueron realizadas en forma personal, en los hogares de los entrevistados.Preguntas:1) ¿Está o no de acuerdo con la ley de Educación a estudio del Parlamento?2) Para la siguiente lista de valores, le voy a pedir que los ordene según su importancia, comenzando por 10 como el más importante y así sucesivamente.
Últimas Noticias, 15 de diciembre

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